ACOSO A LA OPOSICIÓN EN RUSIA

El Kremlin se niega a abrir una investigación sobre el envenenamiento de Navalni

La presidencia de Rusia reta a los médicos alemanes a hallar la sustancia que, según sus palabras, causó el "envenenamiento" del bloguero

Yúlia Navalnáya, la esposa del opositor ruso supuestamente envenenado, llega al hospital Charité de Berlín, este martes.

Yúlia Navalnáya, la esposa del opositor ruso supuestamente envenenado, llega al hospital Charité de Berlín, este martes. / periodico

Marc Marginedas

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Nada de lo dicho durante el lunes por los médicos del hospital Charité de Berlín será tenido en cuenta en Rusia. El Kremlin no ve necesidad alguna de iniciar una investigación para determinar las causas de la súbita hospitalización, la semana pasada, del bloguero Alekséi Navalni tras indisponerse durante un vuelo de regreso a Moscú desde Siberia, pese a que los doctores alemanes que le tratan aseguraron haber hallado en los análisis médicos indicios de "intoxicación mediante una sustancia" aún por determinar.

Ha sido precisamente este último punto -la incapacidad de los doctores alemanes de determinar ese elemento extraño- en el que se ha escudado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, para responder con una rotunda negativa a las crecientes demandas, procedentes tanto del interior como del exterior de Rusia, de iniciar pesquisas judiciales por envenenamiento. "Si la sustancia es identificada, eso entonces será una razón para (abrir) la investigación", ha declarado Peskov, quien asegura no entender por qué los doctores berlineses "se dan prisa" a la hora de hablar de envenenamiento. Las acusaciones de que el presidente ruso, Vladímir Putin, está involucrado, insiste el responsable, no "se sustentan".

Tres días ingresado

El bloguero estuvo tres días ingresado en un centro hospitalario de Omsk (Siberia) mientras se decidía el tira y afloja entre el personal médico local, que se resistía a dejarlo marchar, y la familia, que quería evacuarlo a Europa Occidental para ser tratado allí, un periodo que, según su entorno, podría haberse utilizado para eliminar el veneno de su cuerpo sin dejar rastro para posteriores análisis.  En cambio, ese lapso temporal, según la versión del vocero de Kremlin, habría permitido "salvar la vida" de Navalni.  

Se trata de la segunda ocasión en que Navalni ha sido envenenado en poco más de un año. En verano del pasado año, en medio de protestas callejeras contra manipulación en las inminentes elecciones municipales, el opositor también fue hospitalizado de forma polémica y diagnosticado por los médicos rusos con una alergia. Esta vez, las cosas parecen haber ido mucho más lejos, dada la seriedad de los efectos de la sustancia en el organismo del activista.

Clamor entre la UE

El clamor entre los países miembros de la UE es unánime a la hora de exigir acciones concretas por parte de las autoridades rusas. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha sido rotundo en la condena: "Es imperativo que las autoridades rusas inicien una investigación independiente y transparente del envenenamiento de Navalni". Unas palabras que en líneas generales fueron repetidas por el presidente francés, Emmanuel Macron, y la cancillera alemana, Angela Merkel.  

El suceso dejará al activista fuera de la circulación durante las próximas semanas o incluso meses, en un momento crucial para el país. Rusia celebrará el próximo 13 de septiembre elecciones locales en las que se elegirán a 18 gobernadores regionales y otros cargos electos, justo cuando la popularidad de Putin ha descendido a cotas prácticamente no vistas desde su llegada al poder en el año 2000.