Condenado por descuartizamiento

El rey de Tailandia conmuta la pena de muerte al catalán Artur Segarra

El catalán Artur Segarra, condenado a muerte en Tailandia, confiesa el asesinato de su compatriota

El catalán Artur Segarra, condenado a muerte en Tailandia, confiesa el asesinato de su compatriota. / periodico

Efe

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El rey de Tailandia ha conmutado la pena capital a la que fue condenado el catalán Artur Segarra por el asesinato en el 2016 del empresario David Bernat en Bangkok, por la cadena perpetua, lo que allana el camino hacia una futura extradición. El Departamento de Correccionales ha confirmado este lunes a la agencia Efe que Segarra está entre los reos que se han beneficiado del perdón real con motivo del 68 cumpleaños del monarca Vajiralongkorn.

El indulto sobre la pena capital y la imposición de la cadena perpetua abre la puerta a que el reo, quien lleva en prisión desde febrero del 2016, pueda iniciar la solicitud de traslado a una cárcel en España una vez cumpla al menos ocho años de prisión en el país asiático. Además, conforme al dictamen de los jueces, el condenado deberá devolver a la familia de la víctima unos 20.000 euros que logró sustraer de las tarjetas de crédito del fallecido.

Sentencia firme

El 20 de noviembre de 2019 el Tribunal Supremo de Tailandia dejó en firme la sentencia y mantuvo la pena capital contra el español por el secuestro, robo y asesinato premeditado de su compatriota, entre otros delitos. Según la investigación, Segarra asfixió a Bernat con una bolsa de plástico, descuartizó su cadáver  y luego lo arrojó al río Chao Phraya de Bangkok. Los forenses determinaron que antes de fallecer, la víctima fue sometida a torturas y vejaciones, así como a privación de agua y comida durante seis días, para forzarle a dar las contraseñas de sus cuentas bancarias. Bernat, de 39 años, era un reputado consultor informático que se embolsaba casi 1.500 euros diarios trabajando para los gobiernos de Irán y Birmania.

Además, los investigadores hallaron pruebas de la compra, antes del crimen, de un congelador para guardar el cuerpo sin vida o el alquiler de una casa a las afueras de Bangkok donde el condenado escondió parte del material utilizado en el asesinato. 

Segarra, quien durante todo el proceso judicial mantuvo su alegato de inocencia, confesó por primera vez, el 23 de diciembre del año pasado, ser el autor del crimen en una carta para pedir clemencia al monarca y evitar su ejecución.

El convicto admitió en la misiva, a la que tuvo acceso en exclusiva Efe, que la noche del 19 de enero del 2016 mató a Bernat al reaccionar de manera violenta durante una abrupta pelea con la víctima, aunque evitó pronunciarse sobre lo que sucedió después del asesinato.