Videoconferencia de donantes al rescate del Líbano

Francia y la ONU lideran una cumbre para coordinar el envío de ayuda masiva y urgente para hacer frente a la crisis que vive el país, agravada tras la explosión de Beirut

Un niño limpia en la plaza de los Mártires de Beirut, donde el sábado hubo protestas contra el Gobierno.

Un niño limpia en la plaza de los Mártires de Beirut, donde el sábado hubo protestas contra el Gobierno. / periodico

AFP

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Donantes internacionales, como Francia, España, Estados Unidos, China, Rusia o Egipto, entre otros, se reúnen este domingo en una videoconferencia de apoyo al Líbano, mortificado por una enorme explosión que ha dejado muerte y devastación en Beirut y por la rampante crisis económica y social, agravada por la pandemia de coronavirus.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha pedido unidad y una acción internacional coordinada. Por el momento, España enviará un cargamento de ayuda de emergencia a Líbano el próximo martes, que saldrá de la base aérea de Zaragoza. Sánchez ha recordado también que España está especialmente implicada con la estabilidad en Líbano y en toda la región a través de UNIFIL, ya que es el segundo contribuyente de tropas a la misión de mantenimiento de la paz en la zona.

La reunión, organizada por la ONU y Francia, ha empezado a las 14.00 horas y marca el principio de una "iniciativa urgente y de esperanza para el futuro" del país, según ha subrayado el Elíseo. El presidente francés, Emmanuel Macron, primer dirigente extranjero en visitar la capital libanesa después de la explosión, ya prometió el jueves una ayuda rápida y masiva de la comunidad internacional.

El presidente de EEUU,  Donald Trump, anunció en un tuit el sábado que participaría en la reunión. "¡Todo el mundo quiere ayudar!", añadió, mencionando que había hablado con Macron.

También participan Estados árabes del Golfo, como Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. También asisten las instituciones europeas para movilizar ayuda. Mientras que Irán, país que ejerce una enorme influencia en el Líbano a través del grupo chiíta Hezbolá, "no ha expresado su voluntad de participar", ha confirmado la presidencia francesa. Israel, país con el que Líbano no mantiene relaciones diplomáticas, no participa pero tras la explosión ya ofreció su ayuda. 

Primeros envíos de ayuda

Los colaboradores de Macron no han querido adelantar la cantidad que podría acordarse el domingo, pero la ONU ha estimado que solo el coste de las necesidades sanitarias asciende a 85 millones de dólares.

De momento, el titular de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, ha avanzado que Berlín destinará diez millones de euros adicionales en concepto de ayuda inmediata al Líbano.

Y Francia ha puesto en marcha un puente aéreo y marítimo para transportar ayuda médica y alimentaria. Serán más de 18 toneladas de medicamentos, equipamiento sanitario y vacunas y unas 663 toneladas de productos, raciones y complementos alimentarios. El Ministerio de Exteriores francés ha avanzado que en los próximos días es posible que se envíen 20.000 toneladas de trigo y otras 20.000 de harina y ha detallado que se está en contacto con las autoridades libanesas y Naciones Unidas para identificar las necesidades sobre el terreno.

El objetivo inmediato "es atender las necesidades de emergencia del Líbano, en condiciones que permitan que la ayuda vaya directamente a la población", ha explicado el Elíseo, que cita la "consolidación de edificios dañados, ayuda médica de emergencia, ayuda alimentaria y la restauración de hospitales y colegios". Se seguirá "la metodología" de las organizaciones internacionales para "no emitir un cheque en blanco al gobierno libanés", ha añadido Francia.

La enésima catástrofe

La explosión en Beirut, aparentemente causada por el almacenamiento de miles de toneladas de nitrato de amonio en un depósito del puerto, es la enésima catástrofe que ha caído sobre el Líbano. El país lleva meses sumido en una crisis económica muy grave, marcada por una depreciación sin precedentes de la moneda, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.

El sábado miles de manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad. Encabezados por oficiales jubilados, irrumpieron en la sede del ministerio de Relaciones Exteriores, proclamándolo "cuartel general de la revolución". Las protestas dejaron un balance de un policía muerto y más de 700 heridos.

El primer ministro de Líbano, Hasán Diab, propuso este mismo sábado anticipar las elecciones parlamentarias, asumiendo que "la explosión que sacudió el puerto se produjo debido a la corrupción". "Estoy preparado para asumir la responsabilidad del Gobierno durante los dos próximos meses hasta que todos los partidos acuerden la próxima fase a seguir y el lunes convocaré al Consejo de Ministros para organizar estas elecciones anticipadas", anunció.

Francia ha señalado que estas manifestaciones "muestran la exasperación, la angustia de la población, la necesidad de que las cosas cambien". El presidente libanés, Michel Aoun, rechazó el viernes una investigación internacional sobre la explosión en el puerto de Beirut, que dijo que pudo haber sido causada por negligencia o por un misil.