Tensión en Bolivia ante la falta de acuerdo para fijar la fecha de las elecciones

La presidenta interina de Bolivia, Janine Áñez, y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha hecho un llamamiento a un nuevo diálogo con las fuerzas opositoras, los movimientos sociales y la Central Obrera (COB) para evitar una fractura política en Bolivia, esta vez relacionada con la fecha de los próximos comicios generales. La oposición pide que se celebrenantes del 18 de octubre, como ha decidido el TSE. Pero esa solicitud había sido rechazada.

El intento de una solución consensuada al conflicto, con la mediación de Naciones Unidas y la UE, fracasó la madrugada del domingo y se encaminaba a un nuevo traspié. Añéz y los jueces del TSE se sentaron solos en la mesa de negociaciones, apenas acompañados por representantes de la Iglesia Católica, los sectores patronales y dos candidatos presidenciales sin posibilidad de llegar al Palacio Quemado por las urnas.

Bolivia se encuentra empantanada y sin salida desde el momento en que el tribunal electoral suspendió una contienda que estaba prevista para el 6 de setiembre. Áñez defendió la postergación por los efectos económicos y sociales del covid-19, que  ha matado a más de 3.700 personas e infectado a otras 90.000. "Hubo una necesidad mayor, no fue capricho de nadie”, dijo. El diario paceño 'Página Siete' lamentó en su editorial que las partes involucradas en el conflicto hagan pocos esfuerzos por escucharse. “Áñez optó por un discurso político tradicional; es decir, de defensa ante los adversarios y de promoción de su figura".

Huelga general

La mandataria provisional es una de las candidatas de la contienda, aunque con escasas posibilidades de vencer. El Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, quien fue desplazado del poder en noviembre pasado como consecuencia de un golpe de Estado, se encuentra no obstante primero en las encuestas. Su candidato, el exministro de Economía, Luis Arce, ha reconocido que solo a través de una negociación se podrá definir el nuevo día de la votación.  

Sin embargo, Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la COB, reiteró que la central obrera propondrá a sus bases convocar una  huelga general indefinida con nuevas movilizaciones. “Nuestra pelea es con el TSE”, sentenció. "Levanten los bloqueos, no se escondan en los movimientos sociales", le pidió el expresidente Carlos Mesa al MAS y los sindicalistas. Mesa es el único candidato en condiciones de derrotar a Arce en una segunda vuelta, siempre que lo acompañen todas las fuerzas que rechazarían la vuelta al Ejecutivo del partido de Morales.

Los sectores más duros que rodean a Áñez, entre ellos el ministro de Gobierno, el empresario Arturo Murillo, quieren acusar de "genocidio" al MAS por llamar a las movilizaciones en medio de la pandemia. "Históricamente, los gobiernos de derecha han criminalizado la lucha de los movimientos sociales pese a que su sacrificio logró avances importantes para toda la sociedad.  Valoramos el esfuerzo del pueblo que se moviliza por la democracia y condenamos la represión que sufre", respondió Morales desde el exilio argentino.

Crisis sanitaria

"Bolivia es un país maltratado, violentado históricamente por la política. Sólo así se puede entender que viva al filo del abismo", consideró el diario El Deber en su editorial. La tensión en las calles es acompañada por un agravamiento de la crisis sanitaria. "Lastimosamente los hospitales de La Paz tienen oxígeno para 48 horas más. Pese a los esfuerzos que estamos haciendo, los bloqueadores hasta han hecho  zanjas  para que no pasen los cisternas", aseguró el ministerio de Salud. Morales respondió que el desabastecimiento de oxígeno "se debe a que Gobierno de facto no tomó previsiones en cinco meses de cuarentena. Recién el 31 de julio aprobó un decreto que autoriza importación. La negligencia e insensibilidad es de Áñez no del MAS".