COMICIOS EN EUROPA DEL ESTE

Bielorrusia celebra las presidenciales más tensas en un cuarto de siglo

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Marc Marginedas

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"En el autobús, todos hablan de las elecciones; hay mucha incertidumbre, nadie sabe lo que va a pasar mañana". Marharyta Turava, una joven de 24 años originaria de Tarasovo, una localidad de 1.300 habitantes en la periferia de Minsk, es muy consciente del trascendental momento que vive Bielorrusia. Cerca de siete millones de electores han sido convocados a las urnas para decidir si renuevan el mandato del presidente Aleksándr Lukashenko tras más de un cuarto de siglo al frente del país. La oposición ha logrado unirse en torno a Svetlana Tikhonóvskaya, esposa de un popular bloguero vetado por las autoridades como aspirante, congregando en sus actos electorales a multitudes no vistas en los tres últimos decenios.

"Iré a votar con mi familia y nos haremos una foto; para nosotros será como una fiesta; todo el mundo quiere participar en el cambio", continúa Marharyta a través del teléfono. Representante de una generación que solo ha conocido a la Unión Soviética a través de los libros de texto, lamenta "vivir en Europa", pero constatar cuando viaja que su país "es diferente". "Los jóvenes hemos decidido que todo esto ya se acabó", concluye. 

La respuesta de la oposición

La oposición ultima ya los preparativos ante la certeza de que los resultados proclamarán de nuevo a Lukashenko como jefe del Estado. En internet circulan dos planes de accion, que incluyen concentraciones pacíficas ante los colegios electorales hacia la hora del cierre para exigir un recuento público, y manifestaciones en el centro de Minsk el mismo domingo por la noche. También se contempla la posibilidad de una huelga general el próximo lunes.

Además, se ha habilitado una página web (<strong>'Golos'</strong>, o voz en ruso) donde se realizará un escrutinio alternativo a través de mensajes de whats app y fotografías que vayan enviando los votantes durante el día y que luego se cotejarán con los resultados oficiales. Ya hay cerca de un millón de ciudadanos registrados, pese a que su coordinador, Ilyá Shapotkovski, fue detenido el martes, el mismo día en que comenzaban las votaciones adelantadas. Los comicios se celebrarán sin la presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que ni siquiera han sido invitados por el Gobierno.  

Las últimas horas antes de la jornada electoral han estado marcadas por la tensión. Maria Moroz, jefa de campaña de Tikhonóvskaya, fue arrestada de nuevo este sábado, horas antes de que Maria Kolesnikova, una de las tres mujeres que han unido fuerzas contra Lukashenko, corriera la misma suerte, aunque ésta última fuera liberada al cabo de poco rato. Una manifestación de ciclistas cerca de la plaza de la Victoria en Minsk acabó el viernes por la noche con varias detenciones, practicadas no solo por la policía, sino por el Ejército. Dos personas fueron hospitalizadas, según ha informado en su página web Viasna, una oenegé local de derechos humanos, que ha contabilizado además cientos de encarcelamientos en las últimas semanas entre los entornos de los candidatos descartados por la junta electoral, y los observadores independientes.

La actitud que adopte Rusia

Una de las grandes incógnitas es la actitud que adopte Rusia ante la eventualidad de un cambio de Gobierno en un país que, pese a los altibajos, ha estado dirigido por un aliado en el último cuarto de siglo. "Creo que Rusia en estos momentos se limita a observar", asegura a EL PERIODICO desde Varsovia Valeri Tsepkalo, uno de los candidatos descartados, quien ha tenido que huir del país ante la presión policial. A diferencia de lo que sucedió en Ucrania en el 2014, la oposición bielorrusa, consciente de la dependencia de Rusia, no aspira a romper los lazos con Moscú. "Solo queremos democracia; aspiramos a una buena relación con nuestros vecinos, Rusia, Ucrania y la UE, sin formar parte de ninguna entidad (supranacional) o bloque", subraya el político.

La posibilidad de que el Kremlin recurra a la fuerza para evitar perder la influencia en Minsk está en la mente de todos, pero es considerada "un error" por Dmitri Nabosha, fundador de Sports.ru y Tribuna.com, dos webs deportivas y próximo a la oposición. "Rusia ha pagado caro, con aislamiento internacional su intervención en Ucrania", recuerda, apuntando a la vez que Moscú tiene "otros medios" para presionar.