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Fuertes protestas en Bolivia para pedir elecciones

Protesta en El Alto para pedir elecciones.

Protesta en El Alto para pedir elecciones. / periodico

Abel Gilbert

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Jeanine Áñez retornó sus funciones como mandataria interina de Bolivia después de más de dos semanas de aislamiento por el contagio del covid-19. Se encontró un país convulsionado. La oposición realizó masivas protestas en defensa de la realización de las elecciones presidenciales el 6 de septiembre. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) fijó una nueva fecha el 18 de octubre,pero existe el temor de que la contienda vuelva a aplazarse.

El Gobierno provisional, surgido del golpe de Estado de noviembre pasado, alega que la situación derivada de una pandemia que ha provocado la muerte de 2.647 personas y contagiado a 71.181, no genera las condiciones para celebrar los comicios. La crisis sanitaria es severa en Bolivia, uno de los países más afectados del mundo por el coronavirus si se tiene en cuenta su población, de 11,4 millones de habitantes. Los hospitales se encuentran al borde del colapso. Pero el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del expresidente Evo Morales, favorito en las encuestas, cree que el Gobierno intentará por todos los medios evitar su retorno al poder, y por eso dificulta una salida electoral de la crisis política.

Áñez calificó de "irresponsables" y "canallescas" las movilizaciones en las que convergieron el MAS y la Central Obrera Boliviana (COB). "No tenemos que pensar solamente en política", se quejó. Las protestas se sucedieron en distintas ciudades, pero tuvieron especial repercusión en Cochabamba, a casi 400 kilómetros de La Paz, y El Alto, la populosa ciudadela que rodea a la capital, a unos 4000 kilómetros de altura. "Saludamos el gran esfuerzo del pueblo que, pese a todas las dificultades, se manifestó hoy por la vida y la democracia. Es la gran conciencia de los bolivianos que saben que los grandes problemas se resolverán con unidad por nuestra dignidad y soberanía", dijo Morales desde Buenos Aires, donde se encuentra exiliado.

El secretario ejecutivo de la COB, Juan Carlos Guarachi, intimó a las autoridades electorales a retractarse. De lo contrario, Bolivia será escenario de una huelga general a partir del 3 de agosto. "El pueblo pide a este Gobierno cumplir con la fecha de las elecciones, basta de prorrogas a título de la pandemia, que la han ido politizando: ni squiera han llegado a tiempo los respiradores y los insumos de bioseguridad", dijo el dirigente durante el llamado "cabildo del millón" realizado en El Alto.

Desgastar a Áñez

El Gobierno considera que el sindicalismo y el MAS buscan desgastar políticamente a Áñez, cuyo futuro electoral se ha desdibujado ostensiblemente desde que comenzó la pandemia. Las fuerzas que derrotaron a Morales en las calles a fines de 2019 no tienen un candidato fuerte para competir con Luis Arce, el exministro de Economía de  Evo y abanderado del partido en los comicios que se encuentran en el limbo.

El ministro interino de la Presidencia, Yerko Núñez, acusó a la oposición de incumplir las medidas de distanciamiento social y el uso de mascarillas. Los que convocaron a las protestas, advirtió, podrían ser acusados de delitos contra la salud pública. El ministro del Interior, Arturo Murillo, minimizó la capacidad de convocatorio de sus adversarios. "Gracias pueblo alteño por cuidar sus vidas, gracias por no salir y exponerse. Estas muestras de salvajismo son la verdadera cara de los fracasados, querían convulsionar y no pudieron. Esperemos que esta pequeña movilización no genere muchos contagios y no lamentar pérdidas humanas".

Las elecciones, que deben facilitar la renovación del Congreso bicameral, hegemonizado por el MAS, buscan llenar el vacío derivado de la anulación de la contienda de octubre pasado. En aquella oportunidad, Morales se declaró declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo en el primer turno. Las denuncias de fraude de la derecha, que se encuentran aún bajo investigación judicial, condujeron a su Gobierno a un callejón sin salida. Su salida del Ejecutivo se aceleró después de las presiones de la policía y las Fuerzas Armadas.