El presidente de Bielorrusia admite haber contraído el covid-19

Tras semanas de negarse a imponer medidas de <strong>confinamiento social</strong>, calificando de "psicosis" las informaciones sobre la extensión de la epidemia por todo el mundo, Aleksándr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, ha tenido que admitir este martes que había contraído el virus del covid-19. "Hoy tienen ustedes enfrente a un hombre que ha conseguido sobrevivir al coronavirus de pie; los doctores han llegado a esta conclusión ayer (lunes); asintómatico", ha declarado el mandatario, con un deje de satisfacción, durante un encuentro con miembros del estamento militar en Minsk.

La referencia a afrontar la enfermedad "de pie" no es gratuita, de acuerdo con la terminología empleada por Lukashenko. De hecho, en abril, durante el periodo más crítico de la crisis sanitaria, cuando los contagiados se contabilizaban por miles en los países vecinos, el presidente bielorruso llegó a declarar, durante un partido de hockey sobre hielo en el que él mismo participaba, una frase que a muchos sonó a lapidaria: "Mejor morir de pie que vivir sentado". Entre los consejos que llegó a dirigir a sus conciudadanos para afrontar la enfermedad, hubo recomendaciones tales como beber vodka o acudir a la sauna. 

Remedios caseros

Más allá de remedios caseros, lo cierto es que el líder bielorruso ha evitado adoptar medidas que pudieran dañar la economía con la mirada puesta en las inminentes elecciones presidenciales, convocadas para el próximo 9 de agosto. Manifestaciones opositoras de cientos de ciudadanos tienen lugar a diario en las principales ciudades del país para protestar por las trabas impuestas a los aspirantes que podían hacerle sombra.  

Hace unos días, la comisión electoral local hizo públicos los nombres de los candidatos a presidente, entre los que no estaban los dos únicos aspirantes capaces de competir con Lukashenko: Víktor Babariko, un banquero muy conocido, y Valery Tsepkalo, exdiplomático al frente de un parque tecnológico. Este último, incluso, ha tenido que huir del país, concretamente a Moscú, temeroso de ser arrestado. 

La gestión gubernamental de la enfermedad, que orillaba con el negacionismo, ha contribuido a soliviantar los ánimos en amplios sectores de la sociedad en contra del jefe del Estado. Pese a que no se decretó el cierre de las escuelas, muchos padres declinaban enviar a sus hijos a los centros de enseñanza ante el temor de que pudieran resultar contagiados. Debido a la falta de información oficial, muchos ciudadanos se conectaban a redes sociales como Telegram para conocer el verdadero alcance de la pandemia en el país.