INJERENCIAS RUSAS

El Parlamento acusa a los gobiernos de Londres de "mirar hacia otro lado" ante la interferencia constante de Putin

La comisión de Inteligencia y Seguridad denuncia que los servicios secretos del país son el principal objetivo del Kremlin

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El Periódico

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La comisión de inteligencia y seguridad del Parlamento de Westminster acusó este martes a los servicios de inteligencia británicos de "mirar hacia otro lado" ante la intromisión rusa en asuntos del país y al Gobierno de "infravalorar" el peligro que esto suponía. Y denunció que "la influencia rusa en el Reino Unido es la nueva normalidad".

En su informe de cincuenta páginas, concluye que existen evidencias "creíbles" de que Moscú intentó alterar el <strong>referéndum de independencia escocés de 2014</strong>, pero que ni el Gobierno ni los servicios secretos se preocuparon de investigarlo. También explica que "fue imposible" demostrar que Rusia intentó interferir en la consulta del brexit del 2016.

Acusa a los "sucesivos gobiernos" británicos de recibir "con los brazos abiertos" a los oligarcas rusos y sus millones, proporcionándoles un medio para blanquear el dinero en Londres -califica Londres de "lavandería"- y facilitándoles conexiones en los niveles más altos con acceso a empresas y figuras políticas. También advierte de que algunos miembros de la Cámara de los Lores tienen vínculos con compañías estatales rusas establecidas, aunque no facilita nombres.

Noticias falsas

El informe explica que, debido a que el sistema electoral británico es difícilmente manipulable, esta interferencia se abordó a través de las redes sociales y mediante la creación de noticias falsas. Cita como prueba "la preponderancia de historias a favor del brexit y contra la Unión Europea" en medios estatales rusos como Russia Today o Sputnik TV en el momento de celebrarse el referéndum. Y también la publicación de bots (programas informáticos que repiten una información) y trolls (personas falsas) en Twitter.

Stewart Hosie, diputado nacionalista escocés y miembro de la comisión, explicó en la rueda de prensa de presentación del informe que en marzo de 2018 se demostró la "vulnerabilidad de nuestro país en manos de Putin". Se refería al envenenamiento en territorio británico del exagente ruso Sergei Skripal. En aquel entonces Rusia negó toda implicación, pero el caso desembocó en una oleada de expulsiones cruzadas de diplomáticos entre Londres y sus aliados y Moscú. "Los políticos no quisieron saber lo que pasaba y evitaron buscar pruebas", añadió Hosie.

La investigación de la comisión buscaba responder a la inquietud generada por la supuesta interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016 y el impacto de las campañas de desinformación provenientes de Rusia. La entonces primera ministra, Theresa May, acusó a Rusia de propagar "historias falsas para sembrar la discordia en occidente y socavar nuestras instituciones".

Principal objetivo

El informe dice que parece que Rusia considera que el Reino Unido es uno de sus principales objetivos de inteligencia. Cree que la actual ley de secretos oficiales no es suficiente y exige una nueva legislación para brindar a los servicios de inteligencia las herramientas que necesitan para enfrentar a "este adversario muy capaz" y para cortar la "financiación ilícita de la élite rusa".

La comisión inició la investigación en noviembre de 2017. Las conclusiones fueron entregadas a Boris Johnnson el pasado mes de octubre, pero éste no quiso publicarlas en ese momento para que no interfiera en las elecciones del 12 de diciembre en las que arrasó. La comisión criticó esta decisión y también que los servicios secretos no quisieran colaborar en la investigación. Se limitaron a remitirles seis líneas. Desde Moscú, se ha ninguneado el informe. El ministerio de exteriores ruso lo ha calificado de "rusofobia".