TENDENCIAS SOCIALES

El humor político clandestino resurge con fuerza en la Rusia de Putin

El presidente ruso, Vladímir Putin, este jueves durante una videoconferencia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, este jueves durante una videoconferencia. / periodico

Marc Marginedas

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Dicen los expertos que el<strong> humor político clandestino</strong>,  es decir, los chistes chascarrillos que critican de forma mordaz al régimen y a sus gobernantes, son uno de los recursos con que cuentan las sociedades de países totalitarios para reafirmarse ante la propaganda. Una suerte de válvula de escape para la ciudadanía en lugares donde no se puede debatir la actuación de los dirigentes ni criticar las disfunciones del sistema.

"Son muy importantes; en EEUU tenemos pocos chistes políticos, porque los debates se producen en el Parlamento o en los diarios", constata desde Washington <strong>Leon Aron</strong>, director del laboratorio de ideas American Enterprise Institute, especialista en Estudios de Rusia y nacido en la URSS aunque emigrado a Norteamérica en los 70. "Es vital; como el oxígeno; la forma que tienen los ciudadanos de demostrar que no son tontos y que no se les ha lavado el cerebro", sostiene desde el Reino Unido el doctor Jonathan Waterlow, autor del <strong>libro</strong> Solo es un chiste, camarada; humor, confianza y vida diaria bajo Stalin, que estudia el humor político durante el régimen estalinista.

La URSS, como estado que no creía en el pluralismo y suministraba grandes dosis de propaganda a sus ciudadanos, ha sido uno de los países donde más floreció este tipo de humor. Y lejos de despreciarlo, los sucesivos mandatarios soviéticos le prestaron siempre gran atención, ya que era el reflejo del verdadero estado de la opinión pública. "Los servicios secretos informaban al Kremlin; las bromas sobre Brezhnev a finales de los 70 influyeron en Gorbachov en los 80", asegura Aron.  

Contenidos corrosivos

Pese a que algunos de sus contenidos son tremendamente corrosivos para el sistema, su existencia no presupone que la sociedad esté dispuesta a iniciar una revolución. "Es un acto de desafío, más que una rebelión; uno se ríe, alivia la tensión y luego vuelve al trabajo sin que la cosa vaya a más; no conozco ningún caso en que los chistes, por sí solos, hayan derribado a un régimen", sostiene Waterlow.

Desde la reciente votación en Rusia sobre la reforma constitucional, aprobada entre denuncias de manipulación, cientos de chistes circulan por internet, burlándose del desarrollo de la consulta y sacando punta a la intención del presidente de perpetuarse en el poder.

La situación se asemeja a lo vivido bajo el mandatario del longevo dirigente soviético <strong>Leónid Brezhnev</strong>. Durante esa época se hacía chanza "acerca del líder, un anciano que iba perdiendo capacidades a ojos vista; a Putin le puede pasar lo mismo", advierte Aron. "Las bromas actuales no tienen nada que ver con los chistes intensos de la época de Stalin; entonces, hacer una gracia podía enviarte 10 años al Gulag; más bien se parecen a los de los años 70 bajo Brezhnev; entonces ya no había ya peligro y se bromeaba de forma relajada, como si se hablara del tiempo", apunta Waterlow.  

Estos son algunos de los chistes que van de boca en boca estos días sobre la reforma constitucional de Putin:   

Sobre el recuento en la votación

-"Fuimos al colegio electoral y descubrimos que alguien voto por nosotros.

-Pues imagínate cómo ha sido para los miembros de la comisión del colegio: vinieron a trabajar y alguien ya había contado los votos por ellos".

Sobre la participación

-"Participación, 68%; a favor, 78%; en total 146%. Todo encaja".

Sobre la reforma constitucional

-"Vladímir Vladímirovich (Putin), tengo dos noticias, una buena y otra mala.

-Empiece por la buena.

-La Constitución ha sido aprobada.

-¿Y la mala?

-Nadie votó a favor de las enmiendas".

La permanencia de Putin en el poder

-"El presidente dijo que había que cambiar la Constitución porque en la Constitución estaba establecido que había que cambiar al presidente".

La votación y el coronavirus

-"Los moscovitas han dejado de contagiarse de coronavirus para no perderse la votación sobre las enmiendas constitucionales". 

Sobre la pérdida de las libertades

-"¿Y no es demasiado tarde para incluir en la Constitución un artículo sobre el derecho a inhalar oxigeno y a exhalar dióxido de carbono?"

Sobre la misma Constitución

-"Se ha producido un hecho interesante; nuestro Gobierno no muestra la Constitución en imágenes porque resultaría un plagio del Kamasutra".

Sobre la vida cotidiana

-"Para no explicar a la gente porqué vivimos tan mal, se aprobó una nueva Constitución en la cual está establecido (por ley) que vivimos bien".   

Sobre las prebendas para animar la participación

-"Esperamos una nueva festividad; el Día de la Aprobación" (de la Constitución).

Sobre los derechos de los homosexuales

-"Aunque nuevamente han enmendado la Constitución, han olvidado el arco iris".  

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