ESCALADA DE TENSIÓN

El deterioro de la relación EEUU-China se acelera

Xi Jinping y Donald Trump, en la cumbre de Pekín del 2017.

Xi Jinping y Donald Trump, en la cumbre de Pekín del 2017. / periodico

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el camino que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había diseñado en busca de su reelección, dos de sus activos eran la fase uno del acuerdo comercial con el que logró una tregua en la guerra arancelaria que abrió con China y su buena relación personal con Xi Jinping. Eso era antes de que la pandemia del coronavirus y la cuestionada respuesta de Trump a una crisis que sigue azotando sanitaria y económicamente a EEUU hiciera añicos su estrategia electoral.

Conforme China se enmaraña ahora en la campaña, la relación bilateral entre Washington y Pekín se deteriora a pasos agigantados hasta llegar a lo que algunos, incluyendo el ministro de Exteriores chino Wang Yi, consideran su punto más bajo desde que reanudaron relaciones en 1979. Y dos acciones ejecutivas firmadas por Trump este martes en la Casa Blanca, una ley del Congreso que sanciona a individuos y entidades por la Ley de Seguridad Nacional aprobada para Hong Kong y un decreto que elimina el trato preferencial que recibía la isla, hunden aún más a los dos países en la espiral de enfrentamiento.

“Hong Kong será ahora tratada igual que la China continental: sin privilegios especiales, sin tratamiento económico especial, sin exportación de tecnologías sensibles”, explicó Trump en una rueda de prensa, a la que casi inmediatamente le llegó la respuesta de Pekín. En un comunicado este miércoles, el Ministerio de Exteriores chino anunció, sin dar detalles, que “para salvaguardar sus intereses legítimos, China lanzará las respuestas requeridas, incluyendo imposición de sanciones en entidades y personal de EEUU relevantes”. Y se condenaron las medidas de Washington como “una crasa interferencia en asuntos de Hong Kong y asuntos internos de China”, acusando a EEUU de “violar gravemente el derecho internacional y normas básicas de relaciones internacionales”.  

Un cúmulo de enfrentamientos

La escalada de Hong Kong es trascendental pero es también el último ejemplo de un cruce de acciones y réplicas intensificados en los últimos días. El martes mismo China anunció que impondrá sanciones al gigante de defensa estadounidense Lockheed Martin en represalia por la decisión de la Administración Trump de mantener la venta de armas a Taiwán, que el Departamento de Estado ratificó la semana pasada con el anuncio de un acuerdo de 620 millones de dólares con Taipei.

El lunes, además, China había anunciado sanciones contra cuatro prominentes republicanos, incluyendo los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, como castigo por la decisión de la Administración Trump de sancionar a altos cargos chinos por la persecución de los uigures, castigo que llegó días después de que Trump estampara su firma en una ley sobre los derechos humanos de la minoría musulmana.

En la poblada agenda de elementos de enfrentamiento entra también el Mar del Sur de China, con el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo elevando las críticas esta misma semana y aliándose con los pequeños vecinos ante “reclamaciones ilegítimas” de China. Y es explosiva también la tensión en el campo tecnológico, donde EEUU está presionando a otros países para tomar partido contra Huawei en sus planes de redes 5G. En su rueda de prensa el martes, por ejemplo, Trump se atribuyó la decisión de Boris Johnson de excluir a la tecnológica del Reino Unido.

Coronavirus y Biden

Consideraciones políticas internas están afectando tanto a China, que colecciona conflictos no solo con Washington, como a EEUU. Y para Trump el asalto a Pekín es fundamental especialmente a la hora de desviar el foco de su gestión ante la pandemia, así como para atacar a su rival demócrata, Joe Biden.

Esa realidad se hizo obvia en su comparecencia del martes. Las acciones relativas a Hong Kong, Trump las despachó en los primeros minutos de una intervención de más de una hora. Y si la isla la mencionó en siete ocasionesBiden apareció en su discurso 30 veces, incluyendo la acusación de que “toda su carrera ha sido un regalo al Partido Comunista chino”, y “China” o “chino”, en 62.

Hablando de “la plaga que se derrama desde China”, Trump aseguró que Pekín “podría haberla detenido”. Y reiteró una de sus acusaciones habituales: “Hacemos a China totalmente responsable por esconder el virus y esparcirlo por el mundo”.