Historia de un mito

La casa natal del Che Guevara en Argentina no tiene quien la compre

Una fotografía de Castro tomada en la década de los 60 junto a Ernesto Che Guevara

Una fotografía de Castro tomada en la década de los 60 junto a Ernesto Che Guevara / periodico

Abel Gilbert

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"Se vende".  Lo que se busca es un comprador para la casa rosarina donde vivió los primeros meses de su vida Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che. En un mundo donde se ha fijado un precio para las camisetas, muñecos, tazas, mochilas y llaveros con la imagen de aquel que fuera bautizado en Cuba como "el guerrillero heroico", la subasta de su morada natal en la ciudad que es también la de Leo Messi, no pasó inadvertida.

De acuerdo con el diario Página 12 de Buenos Aires, la vivienda, de unos 250 metros cuadrados y estilo señorial, fue adquirido hace 18 años a unos propietarios de simpatías conservadoras por dos empresarios, Francisco Farrugia y Manuel de la Rica Pascual, ambos de explícitas simpatías con Guevara. Nunca lo habitaron, ni siquiera lo alquilaron. Trataron de convertirlo en una suerte de paso obligado de aquellos turistas interesados en el origen argentino de uno de los mitos políticos de los años sesenta. Nunca consiguieron autorización, entre otras razones porque un edificio compartido no puede convertirse en museo.

Ahora que Argentina está sumida en una crisis doble, la heredada del Gobierno de derechas (2015-19) y la profundizada por la pandemia; en estos momentos en que el negocio de compra y venta de propiedades se ha derrumbado más de un 60% debido a la cuarentena, Farrugia y de la Rica Pascual, dos hombres que han pasado los 70 años, decidieron que es tiempo de hacer algo rápido con la casa del Che.

"Población de riesgo"

"Queremos colocar ordenadamente nuestro patrimonio. Somos población de riesgo en la pandemia del covid-19", explicó el primero de ellos, que reside en la ciudad brasileña de Salvador. Farrugia nació en Totoras, una ciudad ubicada a 70 kilómetros de Rosario.  Cuando era estudiante, vivió a pocos metros de la casa que terminó adquiriendo en 2002. Por entonces residía en Milán. Un día leyó en Il Corriere della Sera que aquel inmueble donde nació el Che estaba en oferta. Se puso en contacto con De la Rica Pascual, quien vivía en Madrid. No dudaron en adquirirlo. Más que una operación comercial, la consideraron un acto de defensa de un patrimonio histórico

La otra casa del Che

Con desazón comprobaron que para los turistas, la única casa del Che que puede visitarse es la que se encuentra en la provincia de Córdoba, en la localidad de Alta Gracia, a unos 700 kilómetros de la capital argentina. El Che pasó varios años en sus sierras para curarse del asma que siempre lo aquejó. Fue vecino del ilustre compositor español, Manuel de Falla. Apenas los separaba una pared y el pequeño Ernesto la saltaba para robarle fruta al autor de El amor brujoFidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales peregrinaron reverentes a Alta Gracia.  Rosario siempre les resulto esquiva.

En rigor, la vivienda rosarina de los Guevara fue provisional. Los historiadores no se ponen de acuerdo en cuánto tiempo se alojó con sus padres y hermanos. La relación del Che con Argentina reviste por lo demás de aristas complejas. Promovió en 1964 y desde La Habana una aventura armada contra un Gobierno constitucional, de Arturo Illia, que terminó en un desastre. El foco guerrillero que intentó abrir en 1966 en Bolivia tenía como objetivo ulterior retornar triunfalmente a su propio país y llevarlo por la senda del socialismo. El Che fue asesinado en octubre de 1967. Durante los años que gobernó Morales en Bolivia, Quebrada de Yuro, la zona donde fue derrotado y luego fusilado, tuvo un fuerte crecimiento turístico. Tal vez Farrugia y de la Rica Pascual pensaron que ese paseo temático podría haber comenzado en Rosario.

La figura de Guevara es, más allá de su museo, objeto de una controversia que entra y sale de escena cuando se discute sobre las razones de la violencia política que atravesó Argentina décadas atrás. El Gobierno del presidente Mauricio Macri llegó a calificar de "aberración" que una escuela de la norteña provincia del Chaco reivindicara al Che durante un acto conmemorativo del Día de la Bandera, en junio de 2019.

Otras escuelas del país propusieron entonces rebautizar a sus establecimientos con el nombre del guerrillero. "En el país de las desmesuras parece que todo es posible", se quejó por entonces el diario Clarín. Ahora, en plena era del covid-19, bajo un Gobierno peronista que tiene una tolerancia de bajas calorías hacia lo que simboliza el mito, la primera casa del "comandante eterno" es objeto de una incierta transacción inmobiliaria. No tiene aun compradores aunque recibieron ofertas desde Rusia y hasta Turquía.