GUERRAS COMERCIALES

Trump impone aranceles a 1.150 millones en productos franceses en represalia por la 'tasa Google'

Sede de Google en el Reino Unido, en Londres.

Sede de Google en el Reino Unido, en Londres. / periodico

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todos los elementos del ya conocido manual político de Donald Trump volvieron a desplegarse el viernes, cuando la oficina del Representante Comercial de su Administración anunció la imposición de nuevos aranceles a Francia en represalia por la llamada “tasa Google”, que gravará a empresas tecnológicas estadounidenses por sus actividades digitales en el país aunque no tengan fuerte presencia física. Según el anuncio, Washington responderá al impuesto galo del 3% que afectará a gigantes como Apple, Amazon, Facebook o Google gravando con un 25% productos cosméticos, de belleza y bolsos por valor de 1.150 millones de euros, aunque pospone la recolección de los gravámenes 180 días “para permitir tiempo adicional para conversaciones bilaterales y multilaterales que podrían llevan a una resolución satisfactoria de esta cuestión”.

El movimiento es otra muestra de la disposición de Trump a recrudecer las guerras comerciales, incluso con el riesgo que ello representa para una economía global fuertemente golpeada por la pandemia del coronavirus, pero tiene también elementos que muestran los cálculos electorales del republicano. Al dar margen hasta enero de 2021 para aplicarlos, evita antes de los comicios de noviembre una medida que repercutirá en los bolsillos del estadounidenses, muy dañados ya por los efectos económicos de la pandemia en EEUU. Y en una concesión a críticas internas de importadores y empresarios, la Administración ha sacado de la lista de productos afectados el queso, el champagne y útiles de cocina, además de rebajar al 25% gravámenes que llegó a amenazar con ser de hasta el 100%.

Amenaza también para España

Los aranceles como herramienta de presión, no obstante, son parte fundamental de la estrategia política y negociadora de Trump. Y Francia es el primer país afectado por este recrudecimiento pero puede no ser el último. En junio la oficina comercial lanzó un estudio sobre la posibilidad de imponer aranceles  a nueves países, incluyendo España, y la Unión Europea, que estudian o ya han aprobado tasas digitales a los titanes de Silicon Valley similares a la de Francia, que EEUU considera que “no son razonables” y sí “discriminatorias”. Y después del miércoles, cuando acaba el plazo para presentar comentarios a ese estudio, la Administración podría anunciar una lista de productos amenazados por nuevos gravámenes.

Desde Bruselas el viernes el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, replicó al anuncio de Washington prometiendo que “la respuesta de Francia no cambiará” y aseguró que “si no hay una solución internacional para finales de 2020 aplicaremos, como siempre hemos dicho, nuestro impuesto nacional”.

La apuesta de Le Maire es que lleguen a buen puerto negociaciones en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pero las perspectivas no son halagüeñas. En junio el secretario del Tesoro de EEUU dijo a los ministros de economía de España, Francia, Italia y Reino Unido que las conversaciones individuales habían alcanzado un impasse y se retiró advirtiendo de una respuesta con medidas "proporcionalmente pertinentes". La única vía que algunos observadores ven posible ahora es que se marque un impuesto mínimo global para todo tipo de multinacionales.

El <strong>Gobierno español </strong>tiene en marcha la creación de un nuevo impuesto a determinados servicios digitales, un proyecto de ley que está siendo tramitado en el Parlamento. La 'tasa Google' gravará aquellas empresas con ingresos anuales totales de al menos 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los tres millones de euros.