Consecuencias de la pandemia

Michel constata muchas dificultades para sellar un acuerdo de reconstrucción

Merkel y Sassoli, al llegar al Parlamento Europeo en Bruselas.

Merkel y Sassoli, al llegar al Parlamento Europeo en Bruselas. / periodico

Silvia Martinez

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El mensaje ha sonado alto, claro y preocupante: "Solo lo conseguiremos si todos y cada uno acepta dar un paso hacia el otro. Si estados miembros o instituciones siguen bloqueados en sus puntos de vista, no habrá solución y no estaremos a la altura del desafío para este proyecto europeo que nos une". A menos de diez días del inicio de la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, convocada para tratar de cerrar un acuerdo sobre el próximo presupuesto europeo y el fondo de recuperación, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha dibujado un panorama muy complicado y con prácticamente todos los elementos del paquete abiertos y sin acuerdo.

Desde el tamaño que debe tener el marco financiero plurianual para los próximos siete años o el fondo de recuperación hasta el porcentaje a distribuir en forma de préstamos y ayudas a fondo perdido, los criterios para distribuirlas, el papel de las distintas instituciones en el control de los planes nacionales de reforma, la condicionalidad de las ayudas y su vinculación con los objetivos climáticos o el estado de derecho, la creación de nuevos impuestos para financiar el presupuesto, cuándo empezar a devolver la deuda emitida para financiar la recuperación o los plazos para la utilización del dinero. 

La intención de Michel es presentar una propuesta de compromiso en las próximas horas con concesiones hacia los llamados países 'frugales' -Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia- para tratar de evitar su veto en el Consejo Europeo pero sin desdibujar el gran fondo anticrisis de 750.000 millones propuesto por Bruselas para ayudar a los países más golpeados por la pandemia, como Italia y España

"No se puede perder más tiempo"

Aún así, su impresión, tras la primera ronda de consulta concluida la semana pasada, "es que todavía no hemos llegado al final de la negociación" y que "nos queda mucho trabajo por delante", ha alertado ante el Parlamento Europeo, minutos después de que la cancillera alemana, Angela Merkel, instara ante la misma audiencia, en su primer viaje oficial fuera de Alemania desde el estallido de la pandemia, a cerrar un acuerdo urgente porque la Unión Europea "no puede perder más tiempo". 

Merkel, que ha presentado las prioridades de la presidencia rotatoria que lidera este semestre su país, ha utilizado el pleno para recordar lo que lleva semanas advirtiendo al resto de líderes europeos: que "la situación es extraordinaria", que "la cohesión es un imperativo político", que "la solidaridad europea no es un gesto humanitario" sino "una inversión sostenible" y que serán necesarias "concesiones" por parte de todos. De ahí, ha insistido, en su propuesta personal, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, de un fondo de recuperación de 500.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido. 

Un plan recogido posteriormente por la Comisión Europea en su propuesta, junto a una segunda partida de 250.000 millones en forma de préstamos avalados por el presupuesto de la UE, y que los 'frugales' tratan de sabotear reduciendo de tamaño, revisando la clave de reparto y condicionando la distribución del dinero al cumplimiento de reformas que no solo sean determinadas por Bruselas en el marco del ejercicio de recomendaciones específicas por país sino también los gobiernos europeos.

Minicumbre preparatoria en Bruselas

Por eso Alemania está dispuesta a hacer ese esfuerzo de 500.000 millones. "Una Europa justa es vital para que haya cohesión. Es la receta contra aquellos que debilitan nuestra democracia", ha avisado durante un discurso muy europeísta antes de una minicumbre con Michel y los presidentes de la Comisión, Ursula von der Leyen, y del Parlamento Europeo, David Sassoli, en la que los cuatro líderes han considerado "esencial" llegar a un acuerdo en la cita de la semana próxima.

Más allá de la urgencia generada por el coronavirus, la democristiana alemana ha ofrecido una visión profundamente europeísta, poniendo el acento en la protección del medio ambiente, el papel de Europa en el mundo y, sobre todo, en los derechos fundamentales. "Una pandemia no puede ser excusa para socavarlos", ha advertido alertando de que "los enemigos de Europa se frotan las manos con esta crisis" y que "el regreso del nacionalismo no significa más control sino menos" porque "nos protege más una mayor Europa que menos".