RELACIONES EEUU-MÉXICO

Espinosa visita de López Obrador a Trump

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en una rueda de prensa el pasado 17 de marzo.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en una rueda de prensa el pasado 17 de marzo. / periodico

Idoya Noain

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Lo que debería ser normal, una reunión entre mandatarios de dos países vecinos, se ha convertido en un asunto espinoso en el caso de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y su homólogo de México, Andrés Manuel López Obrador, que en el primer viaje al exterior de su mandato aterriza este martes por la noche en Washington (en un vuelo comercial y tras realizarse la prueba del coronavirus a petición de la Casa Blanca).

Para los dos líderes el encuentro el miércoles es ocasión de marcar la entrada en vigor el 1 de julio del USMCA, el acuerdo de libre comercio entre los dos países y Canadá con que han dado relevo al Nafta, pero la ausencia del primer ministro Justin Trudeau y otros elementos del viaje lo han hecho controvertido, a ambos lados de la frontera.

Nada aparece en la agenda pública relativo a la inmigración, uno de los elementos fundamentales en la relación bilateral, marcada por los insultos y las medidas draconianas de Trump pero donde, tras tensiones, los dos líderes populistas (en el caso de Trump de derecha y en el de López Obrador de izquierda) han elevado la cooperación.

De insultos a "amigos"

Enterrados han quedado los días en que Trump, que lanzó su candidatura en 2015 asegurando que México enviaba a EEUU “violadores, narcotraficantes y criminales”, ponía sobre todo el foco en que México pagaría su proyecto para ampliar el muro en la frontera. También, aquellos en que AMLO, cuando era candidato, denunciaba las “políticas de odio” de Trump y comparaba sus comentarios denigrantes sobre los mexicanos con los de Adolf Hitler sobre los judíos. Ahora suelen emplear el término “amigos” para hablar de la relación.

Hay numerosas voces críticas con el viaje en México y también en EEUU, donde los demócratas han acusado a AMLO de prestarse a participar en una maniobra de imagen de Trump en plena campaña electoral, una en la que ha vuelto a hacer de la mano dura con la migración asunto nuclear.

La semana pasada, en una de sus defensas de un viaje que puso en marcha Washington y en cuya agenda no hay una rueda de prensa conjunta ni de momento anunciados encuentros con demócratas o con la comunidad mexicana, más allá de una cena el miércoles con empresarios, AMLO declaró: “No soy un vendepatria. Se puede tener una muy buena relación con un país como Estados Unidos, que es un país vecino, manteniendo nuestro decoro, nuestra dignidad, nuestra independencia, nuestra soberanía”. Este lunes insistió en la defensa. “Ha habido una relación de respeto no solo al gobierno, sobre todo al pueblo de México, no es el mismo trato de antes, es una situación completamente distinta”, dijo en rueda de prensa.

Los presidentes están al frente de dos países golpeados por la pandemia del coronavirus, no solo en términos sanitarios sino también económicos, y con sus gestiones de la crisis ampliamente cuestionadas. AMLO enfrenta también otro de los estallidos habituales de violencia en el país, con una matanza reciente de 26 jóvenes en un centro de rehabilitación y un atentado de los narcos contra el responsable de seguridad ciudadana de la capital.