PERFIL

Michèle Rubirola pone fin al reinado de la derecha en Marsella

Médico de 63 años, la ecologista será la primera mujer en ocupar la alcaldía de la segunda ciudad francesa

Michèle Rubirola habla con la prensa tras ser nombrada alcaldesa de Marsella.

Michèle Rubirola habla con la prensa tras ser nombrada alcaldesa de Marsella. / periodico

Eva Cantón

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Hubo suspense hasta el final porque, al salir de las urnas sin mayoría absoluta, las llaves de la alcaldía estaban en manos de los 101 consejeros municipales que este sábado le abrieron finalmente las puertas del consistorio. A sus 63 años, la médico de la Seguridad Social Michèle Rubirola ha puesto fin a un cuarto de siglo de reinado de la derecha convirtiéndose en la primera alcaldesa de Marsella al frente de una inédita coalición formada por ecologistas partidos de izquierda.

"Sobre Marsella ha soplado un gran viento de libertad, igualdad y fraternidad. Siento un enorme orgullo al representaros. Seré la alcaldesa de todos los marselleses", dijo emocionada al tomar posesión del cargo tras recibir la banda tricolor de manos de su predecesor, el octogenario barón de Los Republicanos Jean-Claude Gaudin, que ocupó durante 25 años el despacho con vistas al Viejo Puerto y no optaba a la reelección.

Hace tan solo unos meses, ni Gaudin ni la mayoría de los marselleses conocían a Rubirola, nieta de inmigrantes catalanes y napolitanos que de pequeña soñaba con trabajar en África como voluntaria.

Gran alianza

Militante de izquierdas desde los 70 y ecologista convencida, se unió en el 2002 al partido Europa Ecología Los Verdes, pero le costó aceptar la cabeza de cartel de Primavera Marsellesa, una gran alianza nacida después del drama de la calle Aubagne que, en el 2018, provocó ocho muertos por el desplome de varios edificios en pleno centro de la ciudad.

En ese momento, sindicatos, asociaciones y partidos de oposición se dieron cuenta de que solo una gran alianza tenía posibilidades de terminar con la hegemonía local de Los Republicanos. Rubirola aceptó ser la cabeza de cartel a pesar de no tener más ambición que cambiar la vida de la gente.

 "No me levanté un día diciendo quiero ser alcaldesa de Marsella", llegó a decir esta candidata discreta que antes de la segunda vuelta electoral del 28 de junio hizo campaña en sus días libres, porque en plena crisis del covid-19 se dedicó más a la medicina que a la política.

"Nuestra candidata no va a conquistar el poder, está decidida a cambiar la ciudad con un objeto político no identificado que va desde los electores de Macron hasta los de Mélenchon" decía en Le Figaro el socialista Benoît Payan, miembro de la coalición y adjunto a Rubirola.

Muy vinculada a la ciudad

Para Noël Mamère, antiguo candidato ecologista a las presidenciales del 2002, en su triunfo han podido pesar sus fuertes vínculos con la ciudad y su capacidad para unir. Rubirola creció en el barrio popular de Rouet, donde sigue viviendo.

Durante 15 años ejerció como médico de familia en zonas desfavorecidas, donde se ocupaba sobre todo de los jóvenes, un sector de la población que conoce bien de la época en la que fue delegada municipal de salud y juventud.

Juega bien al baloncesto y formó parte del primer equipo mixto del Olympique de Marsella. Tiene tres hijos de 38, 32 y 23 años, violoncelista, educadora social y estudiante, respectivamente.

Descrita como una persona serena, poco preocupada por su imagen y sin pelos en la lengua, quienes la conocen auguran grandes cambios en la ciudad mediterránea. El programa de Primavera Marsellesa da prioridad a la vivienda digna, la renovación de los colegios, un aire y un mar más limpios y los empleos locales y duraderos.