Crisis sanitaria

La UE mantendrá el veto de entrada a los viajeros de EEUU y Rusia

Dos turistas rusos consultan una guía de Barcelona en su idioma al salir de una tienda de suvenirs de la zona de Sagrada Família, en septiembre del 2014

Dos turistas rusos consultan una guía de Barcelona en su idioma al salir de una tienda de suvenirs de la zona de Sagrada Família, en septiembre del 2014 / periodico

Silvia Martinez

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Si no se produce ningún revés de última hora, la Unión Europea abrirá sus fronteras exteriores a partir de este miércoles 1 de julio aunque, tal y como estaba previsto, de forma muy limitada y restringida. De momento, solo permitirá la entrada a los viajeros procedentes de una quincena de países terceros, que gozan de una situación epidemiológica similar o mejor a la europea, y entre los cuáles no figuran ni Estados Unidos ni Rusia ni prácticamente toda Latinoamérica, salvo Uruguay, por no tener bajo control una pandemia que sigue en muchos de esos países en fase ascendente.

Tras tres reuniones fallidas de los embajadores permanentes de la UE la semana pasada y un fin de semana de intensas consultas a nivel político, la presidencia de la UE, que lidera este semestre Croacia, ha lanzado este lunes el procedimiento escrito para aprobar formalmente los criterios que determinarán qué países son considerados seguros y, por lo tanto, pueden restablecer sus conexiones con el continente europeo. Todos los estados miembros tienen de plazo hasta este martes a las 12 del mediodía para confirmar si aprueban la recomendación, la rechazan o se abstienen. “Si se ha lanzado es porque consideran que ya han alcanzado la mayoría cualificada necesaria para aprobarlo”, apuntan fuentes diplomáticas.

En la lista provisional de países autorizados figuran menos de una veintena de territorios terceros: Argelia, Australia, Canadá, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Corea del Sur, Tailandia, Túnez, Uruguay y China, a los que se suman Andorra, Mónaco y el Vaticano. En el caso de China, el país donde surgió el covid-19 que ha paralizado el planeta, sus viajeros podrán acceder a la UE pero siempre y cuando actúen con reciprocidad. Es decir, eliminen el veto a los europeos. En todo caso, sí podrán seguir accediendo a territorio comunitario determinados colectivos de otros países como profesionales sanitarios, diplomáticos, estudiantes y trabajadores altamente cualificados si su trabajo resulta necesario.

Criterios de apertura

En la confección del listado, los gobiernos europeos, que tienen la competencia exclusiva en la gestión de sus fronteras y que por tanto tendrán en su mano aplicar o no la recomendación, han tenido en cuenta distintos criterios: el número de nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la tendencia ascendente o descendente de la pandemia, las medidas adoptadas (rastreo, test y medidas de contención) así como la fiabilidad de los datos ofrecidos por países terceros y la reciprocidad, lo que ha obligado a la presidencia croata de la UE a redoblar los esfuerzos para encontrar un compromiso aceptable para todos.

La negociación, reconocen distintas fuentes diplomáticas, ha sido "muy complicada” y "compleja" debido a los diferentes intereses nacionales y a la necesidad de pactar una solución que evite una apertura caótica de las fronteras, que pueda poner en peligro de nuevo la libre circulación dentro del espacio Schengen. “Ha costado porque no todos los países tienen el mismo punto de vista. Algunos piensan que la UE puede ser un poco más generosa. Otros piensan que tiene que ser restrictiva. Algunos han querido ver el ejercicio en clave diplomática. España, desde el principio, lo ha tenido muy claro: esto no es un ejercicio diplomático” sino “de sanidad”, ha recordado la ministra de Exteriores, Arancha González-Laya, en una entrevista en la Cadena SER. 

"Un ejercicio de responsabilidad"

“Esto no es un ejercicio diplomático, para ser simpático o antipático hacia otros países. Es un ejercicio de responsabilidad y así lo han entendido el resto de socios de la UE”, ha indicado en relación al temor de que el veto a determinados países, como Estados Unidos, que mantiene cerrada su frontera a los europeos, pudiera provocar nuevos conflictos diplomáticos.

En cuanto a la creación de una “lista muy corta” ha primado sobre todo el criterio epidemiológico y el principio de “precaución”, debido a que la pandemia no ha llegado a su pico en el continente americano y en muchas zonas de África y de Oriente Próximo están en fase ascendente. Por ello, la lista será flexible y será revisada cada dos semanas de forma que los países podrán entrar o salir de ella en función de la evolución de la pandemia y de posibles rebrotes.