ELECCIONES EN FRANCIA

Macron naufraga en las municipales

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Eva Cantón

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En el Elíseo llevan días digiriendo la derrota y dejando caer el mensaje de que las elecciones municipales no tienen una lectura en clave nacional, pero los primeros resultados provisionales dejan claro que el partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM), ha sufrido un serio revés a dos años de las presidenciales.

En un contexto marcado por una pandemia sin precedentes y tras un periodo convulso por la revuelta de los chalecos amarillos y las protestas contra la reforma laboral, LREM, nacida en 2016 para llevar a Macron al Elíseo, ha fracasado en su intento de anclarse en esa Francia pegada al terruño donde el poder seguirá en manos de los ‘viejos’ partidos políticos.

Si en 2017 el Partido Socialista y Los Republicanos quedaron seriamente dañados a nivel nacional, ahora recuperan su vitalidad mostrando que el duelo entre izquierda y derecha no ha desaparecido. El mapa del poder local se reequilibra además hacia la izquierda gracias al notable avance de los ecologistas en una jornada que ha dejado el triste récord de una abstención masiva de casi el 60%.

París seguirá en manos de la socialista Anne Hidalgo, que renueva mandato con un 49% de sufragios, según las estimaciones del Insituto Ipsos. Y el candidato ecologista Grégory Doucet pone fin al dominio de Gérard Collomb en Lyon con un 53% de las papeletas.

El avance de Europa Ecología los Verdes, iniciado en las europeas de mayo del 2019 al convertirse en la tercera fuerza más votada, se acentúa un año después. Empujados por un confinamiento que ha desvelado las virtudes de ciudades más verdes, más silenciosas y más respirables, el partido vence también en Estrasburgo, Besançon, Tours, Poitiers o Lille donde por un estrecho margen desbanca tras casi dos décadas en el Ayuntamiento a la ex ministra socialista Martine Aubry. Nancy y Burdeos giran igualmente a la izquierda.

El presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, ha reivindicado la victoria en la mitad de las ciudades de más de 9.000 habitantes. Aliado en muchos casos con La República en Marcha, la derecha vence en Lorient, Nimes, Colmar o Toulouse. Para el líder socialista, Olivier Faure, los resultados muestran un “impulso” en toda Francia que permite a socialistas y ecologistas “lograr formidables victorias”.

En Marsella, la segunda ciudad del país, la coalición progresista ‘Primavera marsellesa’ liderada por Michèle Rubirola pondrá fin a un cuarto de siglo de gobierno de la derecha al cosechar el 40% de los votos. Según las primeras estimaciones, el alcalde saliente, Jean Claude Gaudin, octogenario barón de Los Republicanos, no cederá las llaves del consistorio a su heredera, Martin Vassal, diez puntos por detrás de su rival.

Pasar página

Emmanuel Macron intentará pasar rápidamente la página del naufragio municipal con una agenda que desde este lunes se orienta hacia lo que queda de legislatura y en la que será clave el diseño del nuevo mundo post covid-19 y la reconstrucción económica y social del país.

El presidente prepara una amplia remodelación gubernamental dejando en el aire el futuro del primer ministro, Edouard Philippe, que este domingo ha sido elegido alcalde de Le Havre con un contundente 59% de los votos y supera en popularidad a Macron por su gestión de la crisis sanitaria. En los últimos días, el propio Philippe ha alimentado el misterio al declarar que su objetivo es ser alcalde de la localidad normanda “rápidamente”.

Macron recibirá este lunes a los miembros de la llamada Convención ciudadana –encargada de hacer propuestas en materia de medio ambiente- y después volará a Berlín para reunirse con la canciller Angela Merkel, por primera vez cara a cara desde el inicio de la epidemia de coronavirus. El martes asistirá a una cumbre del G5 en Mauritania.

Protocolo sanitario reforzado

Francia ha celebrado los comicios tres meses después de la primera vuelta electoral organizada en plena expansión del coronavirus y en medio de la polémica sobre los riesgos de exponer a la población al contagio. A pesar de que el virus ha retrocedido, los electores han seguido esquivado las urnas.

En esta ocasión, las medidas sanitarias se han reforzado. Era obligatorio el uso de mascarilla para entrar en los colegios electorales, donde los apoderados estaban protegidos por mamparas y el aforo era limitado. Estaban llamados a las urnas 16,5 millones de electores para decidir la composición de los equipos municipales en las 4.820 localidades donde el resultado de la primera vuelta no fue definitivo.