El drama de la discriminación

La violencia racista, una lacra que también asola Brasil

Manifestación contra Bolsonaro y el racismo, el pasado domingo en Brasilia.

Manifestación contra Bolsonaro y el racismo, el pasado domingo en Brasilia. / periodico

Abel Gilbert

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Enzo celebraba el domingo su cuarto cumpleaños con su familia en su casa de Magé, en la periferia de Río de Janeiro, cuando un hombre le disparó en el pecho. El asesino solía publicar en su cuenta de Instagram fotografías vestido como militar. El hashtag  #BlackLivesMatter (las vidas negras importan), que brotó en Estados Unidos para denunciar la violencia contra la población negra, se esparció rápidamente por las redes sociales en Brasil. El drama de Enzo fue precedido por otro de similares características en la misma 'ciudad maravillosa' el pasado mes de mayo, aunque con una mínima diferencia: al niño João Pedro le dispararon por la espalda en el marco de una operación policial. La sucesión de hechos todos casi iguales entre sí no hizo más que recordar que la rodilla del uniformado que apagó la vida de <strong>George Floyd</strong> en Minneápolis es un peso cotidiano sobre los afrobrasileños.  

"Hablar sobre el racismo es eliminar la máscara de castidad de la promiscua sociedad brasileña. Es denunciar los mitos permanentes de una democracia racial que nunca existió en ese país", asegura la filósofa Katiuscia Ribeiro. El Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) le ha puesto números a esta certeza: casi ocho de cada 10 personas que mata la policía son negros. Su letalidad, sostiene, es 21 veces mayor a la de la fuerza de seguridad norteamericana, y se agravó con la llegada de la ultraderecha al Gobierno, en el 2019.

El factor Bolsonaro

"Los negros no hacen nada, creo que ni sirven como reproductores", llegó a decir Jair Bolsonaro en el 2017, cuando sus aspiraciones presidenciales llamaban a risa. Bolsonaro designó a Sergio Camargo como presidente de la Fundación Palmares, creada hace tres décadas por el Estado para promover los valores de la cultura afrobrasileña. Y a pesar de llevarla en su sangre, como el 55% de la población, Camargo  tildó semanas atrás al movimiento negro de "escoria maldita" "vagabundos".

El pasado 13 de mayo, día que se conmemora la abolición de la esclavitud de 1888, exaltó la figura de Isabel, la princesa que promovió el fin de ese régimen.  Un descendiente de Isabel, el diputado bolsonarista Luiz Philippe de Orléans y Bragança, ha respaldado las opiniones de Camargo. El historiador Douglas Belchior les recordó a ambos que el 13 de mayo es "la mentira cívica" de la "elite" y que "la población negra continúa estructuralmente en el mismo lugar que el día después de la abolición". La pandemia se ha convertido en otra de las constataciones: los efectos destructivos del covid-19 son cinco veces mayores en los afrobrasileños.

Las marcas de la desigualdad

El 75% de los casi 60 millones de pobres en Brasil son negros. Según una encuesta realizada en conjunto por Oxfam Datafolha,  más de la mitad de sus habitantes opinan que ellos ganan menos por su condición racial.  La federación que agrupa a las mujeres que trabajan en el servicio doméstico (Fenatrad), por lo general negras y mulatas, acaba de denunciar que son obligadas a ir a realizar las tareas de siempre en las casas de sus "dueños" a pesar de la cuarentena y bajo la amenaza de ser despedidas.

Mirtes Renata es una de esas mujeres. Como no tenía a quién dejarle a su hijo de cinco años, lo llevaba al lujoso apartamento de la ciudad nordestina de Recife donde limpiaba y cocinaba. A Mirtes le ordenaron salir a la calle a pasear el perro. Se fue creyendo que su hijo estaría a resguardo. Pero Miguel Otávio Santana da Silva abandonó el apartamento en su búsqueda ante la mirada indiferente de la propietaria, llegó a un área sin protección y cayó desde 35 metros de altura.  

"Si fuera el heredero de la patrona, Miguel estaría vivo", señaló Flávia Oliveira, columnista de opinión del diario carioca 'O Globo'.  "Esto selló el destino al que los niños negros están vinculados por un proyecto inhumano y macabro, disfrazado de fatalidad". Mirtes se ha quedado sola. Dice que de haber sido ella la responsable directa de la muerte, su rostro se habría diseminado por todas las pantallas de televisión y su nombre se habría impreso con las letras de la infamia. "Pero la cara de ella no puede estar en los medios, no se puede revelar", dijo sobre la empleadora. La mujer fue arrestada por homicidio involuntario. Pagó la fianza y salió de inmediato en libertad.

Morales acusa a Bolsonaro de respaldar el golpe de estado en su contra

Evo Morales asegura que la embajada brasileña en La Paz participó del golpe de Estado que lo sacó del poder en noviembre pasado. La diplomacia de Jair Bolsonaro no solo se reunió con sus adversarios. "El Gobierno de facto debe aclarar los motivos" de los vuelos a Brasil que realizó el avión presidencial tras la asonada, pidió Morales antes de volver a reclamar la legitimidad de su victoria electoral. De acuerdo con 'The New York Times', "un minucioso examen de los datos de la elección boliviana sugiere que el análisis inicial de la OEA que planteó dudas sobre fraude electoral -y ayudó a derrocar a un presidente- fue defectuoso".

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