GUERRA EN EL PAÍS AFRICANO

El Gobierno libio reconocido por la ONU avanza y reconquista Sirte

Egipto, aliado del mariscal Hafter, propone un alto el fuego tras las últimas derrotas

Combatientes leales al Gobierno apoyado por la ONU en Libia celebran el avance de este sábado.

Combatientes leales al Gobierno apoyado por la ONU en Libia celebran el avance de este sábado. / periodico

Mohamad abdel Kader (Efe)

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Milicias a las órdenes del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), apoyadas por mercenarios sirios reclutados por Turquía, reconquistaron este sábado la estratégica localidad de Al Wishka y alcanzaron el centro de la ciudad costera de Sirte, en el centro de Libia, informaron fuentes oficiales.

Según el comandante Abdelhadi Drah, uno de los portavoces de la operación Volcán de la Ira, que aúna las milicias del GNA y de la ciudad-estado de Misrata, sus fuerzas también arrebataron la localidad de Buwairat Hassoon, en la carretera entre Sirte y el oasis de Jufrah, a las milicias bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo en el este y hombre fuerte de Libia.

Fuentes de las milicias en vanguardia informaron a Efe, por su parte, que unidades del GNA y de Misrata penetraron hasta el centro de Sirte, situada a 400 kilómetros al este de Trípoli, y obligaron a las tropas de Hafter a huir en dirección sureste.

Hafter, en retirada

"Más de una veintena de vehículos escaparon por la carretera que une (la ciudad meridional de ) Ubari con Bengasi", segunda urbe en importancia de Libia y capital del este del país, subrayaron.

Las informaciones no han sido confirmadas ni desmentidas hasta el momento por la fuerzas de Hafter (LNA), en retirada desde hace dos semanas junto a los mercenarios rusos, sirios y sudaneses que le apoyan.

La reconquista de Al Wishka y Sirte suponen el último éxito de la operación lanzada hace dos semanas y que ha permitido a la coalición entre el GNA y Misrata recuperar, con la ayuda militar de Turquía, las posiciones que Hafter había conquistado en el oeste hace un año, cuando levantó el asedio a la capital.

En apenas dos semanas, el LNA se ha visto obligado a abandonar la base aérea de Al Watiya, esencial en la guerra de drones, las ciudades de Tarhouna y Bani Walid y las posiciones en el interior y exterior del antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, en desuso desde el 2014 y clave para cualquier conquista o defensa de la capital.

Propuesta egipcia

En este contexto, Egipto -uno de los países aliados de Hafter- presentó este sábado una iniciativa de diálogo para Libia que incluye un alto el fuego desde el lunes y la exigencia de la retirada de todos los mercenarios extranjeros de territorio libio por las dos partes.

En una declaración pública difundida por la televisión egipcia y en presencia del mariscal Hafter, con el que hoy se entrevistó en El Cairo, el presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, pidió asimismo la desmovilización de todas las milicias y entrega de armas.

La solución para el conflicto el Libia pasa por "una iniciativa libia-libia" sin injerencias de actores extranjeras, indicó Al Sisi.

En su intervención, Hafter defendió la iniciativa egipcia ya que en su opinión pretende asegurar la soberanía de Libia, acabar con los grupos terroristas e invitar a un diálogo con participación de líderes tribales, jóvenes, oenegés y agrupaciones de mujeres para crear un consejo presidencial nuevo y un gobierno de unidad nacional que serán ratificados por el Parlamento.

"Estos objetivos que son globales y claros están armonía con la iniciativa egipcia y (...) esperamos que consiga un respaldo internacional para garantizar su éxito y que Libia llegue a un punto seguro", dijo.

Hafter también atacó a los "invasores turcos", que apoyan al GNA, y afirmó que su intervención "tiene el objetivo de aumentar la polarización interna proporcionando el Gobierno de Acuerdo Nacional, que no es constitucional, armas y mercenarios".

Reapertura del flujo petrolero

En el frente oeste, la milicia "Protección de la Instalaciones Petroleras" anunció la reapertura del oleoducto que comunica el yacimiento de Al Sahrara, en el sur, y la refinería de Mellitah, que explotan multinacionales extranjeras como Repsol, Total o Eni en colaboración con la compañía Nacional de Petróleo libia (NOC).

El oleoducto es vital para garantizar el suministro eléctrico en la capital y otras grandes ciudades del oeste, como Sabrataha, y asegurar el flujo de combustible.

Los últimos avances del GNA, que se produjeron después de que la ONU anunciara esta semana un nuevo acuerdo entre los contendientes para recuperar el diálogo bajo la fórmula 5+5, han devuelto el reparto territorial de Libia a la situación previa al asedio de Trípoli y recuperado el equilibrio político de cara a una negociación con Rusia, como pretendía Turquía.

Conflicto multinacional

Desde que en abril del 2019 Hafter -al que apoyan Jordania, Arabia Saudi, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Sudán, Rusia y Francia- pusiera cerco a la capital para arrebatársela al GNA -al que apoyan Italia, Catar y Turquía-, el enfrentamiento fratricida se ha tornado en un conflicto multinacional privatizado sin ejércitos, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros. 

Desde entonces han muerto más de 1.800 personas -entre ellas unos 400 civiles-, en torno a 20.000 han resultado heridas y alrededor de 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos en el oeste del país.

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