decisión de la casa blanca

Europa pide a Trump que reconsidere su decisión de abandonar la OMS

Donald Trump saluda mientras sube al Air Force One para viajar a Florida, este miércoles.

Donald Trump saluda mientras sube al Air Force One para viajar a Florida, este miércoles. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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La Unión Europea ha pedido a Estados Unidos que “reconsidere” su decisión de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS), un día después de que Donald Trump diese por "terminada" la relación de su país con la agencia de Naciones Unidas. “Las acciones que debilitan los resultados internacionales deben ser evitadas”, afirma el comunicado de la Comisión Europea. “La cooperación y la solidaridad multilateral es la única forma de ganar esta batalla”. La decisión estadounidense llega en plena pandemia de coronavirus, cuando la OMS trata de coordinar la respuesta internacional, sirviendo de foro para los contactos entre países y coordinando los esfuerzos para encontrar una vacuna al Covid-19. Quizás el peor momento posible para dejarla sin una parte importante de su financiación. 

No están del todo claros los pasos para consumar la salida estadounidense de la OMS, organización a la que ha pertenecido desde su fundación en 1948. Algunos expertos consideran que podría necesitar la autorización del Congreso, aunque otros presidentes fueron capaces de desvincularse de tratados internacionales sin que el Legislativo se inmiscuyese en su camino. “Este es un ámbito legal turbio”, le ha dicho a la revista ‘Nature’, Jennifer Kates, directora de Salud Pública de la Kaiser Foundation. No parece, sin embargo, que a Trump le vaya a temblar la mano. Desde que llegó a la Casa Blanca, el republicano ha socavado de forma concienzuda el multilateralismo, reduciendo sensiblemente la participación de EEUU en el organigrama de Naciones Unidas

Antes de romper con su agencia de Salud Pública, sacó a su país de la UNESCO y el Consejo de Derechos Humanos, recortó las aportaciones al Fondo de Población y la agencia encargada de ayudar a los refugiados palestinos y se salió del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, auspiciado por la ONU. También esta vez la espantada tiene mucho que ver con la política interna de EE UU y la búsqueda por parte de Trump de chivos expiatorios a los que poder culpar de su muy criticada gestión de la pandemia. La primera potencia mundial es el epicentro del coronavirus, con más de 100.000 muertos y 1.8 millones de contagios. 

“Hemos planteado reformas detalladas que deben ser puestas en marcha y con las que la organización debe comprometerse, pero se han negado a actuar”, dijo Trump el viernes para justificar su ruptura con la OMS, tras acusarla de estar “completamente controlada por China”. El republicano ni siquiera ha esperado a que se cumplieran los 30 días de plazo que dio a su secretario general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, para que se comprometiera a llevar a cabo reformas de calado. En la reciente asamblea anual del organismo, Tedros anunció una “evaluación independiente” para extraer lecciones de cara a futuras pandemias, pero pasó por alto las urgencias de Washington. “En estos momentos lo más importante es acabar con el fuego, salvar vidas”, dijo entonces. 

Trump ya había congelado los cerca de 450 millones de dólares en contribuciones obligatorias que su país aporta a la OMS, cerca del 15% de su presupuesto general, tras acusarla de haber sido demasiado blanda con China o haber tardado demasiado en alertar al mundo sobre la transmisión entre humanos del virus. Pero lo cierto es que durante los dos primeros meses de la pandemia Trump no solo ignoró las advertencias que llegaba de la OMS, sino también de sus propios servicios de inteligencia o de los epidemiólogos de la Administración. Mantuvo que el virus estaba totalmente controlado, llegando a decir que desaparecería “milagrosamente”.

“Esto nunca tuvo nada que ver con las reformas. Era todo mentira”, ha dicho el senador demócrata, Chris Murphy. “Siempre fue una maniobra de distracción, un chivo expiatorio. Abandonar la organización castra nuestra capacidad para frenar futuras pandemias y deja a China como referencia mundial en materia de salud pública. Es una pesadilla”. Pekín se comprometió recientemente a aportar 2.000 millones de dólares a la agencia de la ONU para luchar contra el coronavirus.