VERDAD, ATREVIMIENTO O MENTIRA

Trump amenaza con cerrar Twitter por fiscalizar la veracidad de sus afirmaciones

Trump, en guerra contra Twitter, restringe la inmunidad de las redes sociales.

periodico

Ricardo Mir de Francia

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Donald Trump vuelve a estar en pie de guerra. Esta vez contra las redes sociales, a las que amenaza con regular estrictamente o simplemente cerrarlas en respuesta a la decisión de Twitter de fiscalizar la veracidad de sus afirmaciones en la plataforma. “Los republicanos sienten que las redes sociales silencian completamente las voces conservadoras. Vamos a regularlas estrictamente o a cerrarlas antes de que puedan salirse con la suya”, escribió el presidente de Estados Unidos en su red social de cabecera. De hecho, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, ha anunciado que Trump firmará este jueves una orden ejecutiva sobre las redes sociales, aunque no ha dado detalles sobre el contenido de la orden.

La pataleta llega horas después de que Twitter refutara por primera vez los mensajes del presidente con una advertencia a sus usuarios en la que tacha de falsas algunas de sus afirmaciones

Twitter llevaba mucho tiempo en el ojo del huracán por la laxitud con la que implementa sus propias reglas de uso, que prohíben conductas como el acoso, la incitación a la violencia, la manipulación informativa o los ataques de la integridad de las elecciones. A principios de mes anunció medidas para combatir la desinformación sobre el coronavirus, comprometiéndose a etiquetar la información falsa o en disputa sobre el virus, “independientemente de quien la propague”. Desde entonces ha borrado algunos tuits del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el venezolano, Nicolás Maduro

Pero Trump había sido intocable hasta ahora, a pesar de la ligereza con la que utiliza las redes para propagar desinformación, acosar a sus detractores o radiar toda clase de peligrosas teorías conspiratorias. Desde que llegó a la Casa Blanca, el republicano ha desdeñado la verdad como imperativo en el discurso político, uno de los principios básicos de los sistemas democráticos. Según el recuento de The Washington Post”, ha pronunciado más de 18.000 afirmaciones falsas o incorrectas en sus tres años de presidencia. Muchas de ellas en Twitter. Una barra libre que podría haberse acabado. 

El martes aparecieron las dos primeras advertencias junto a sendos tuits de Trump en los que volvía afirmar que la expansión del voto por correo a la que están recurriendo algunos estados para sortear en las complicaciones planteadas por el coronavirus durante las elecciones de noviembre conducirán a un fraude monumental. “Se robarán urnas, se falsearán papeletas e incluso se imprimirán ilegalmente o se firmarán de forma fraudulenta”, dijo el presidente en respuesta a la decisión del gobernador de California de permitir que todos los electores puedan votar por correo. “Esta será una elección amañada. No lo permitiré”. 

Debajo del tuit apareció una advertencia en azul de la compañía de Silicon Valley: “infórmese sobre la realidad del voto por correo”. Un enlace que da paso a una aclaración en la que se dice que las afirmaciones del presidente “no están corroboradas, según ‘CNN’, ‘The Washington Post’ y otros”. El texto añade que “los expertos sostienen que el voto por correo muy raramente está ligado al fraude” y llega a decir que lo de la elección amañada es una “afirmación falsa”. 

La compañía que dirige Jack Dorsey explicó después que, si bien el tuit de Trump no viola sus términos de uso, “contiene información incorrecta sobre el proceso electoral”. El presidente no tardó en reaccionar acusando a la compañía de “interferir en las elecciones presidenciales” al “reprimir la libertad de expresión”. Unas quejas que fueron amplificadas por su jefe de campaña Brad Parscale. “Siempre supimos que Silicon Valley utilizaría todos los resortes para obstruir el mensaje del presidente Trump a sus votantes”, dijo tras anunciar que su equipo retiró hace unos meses su publicidad de la red social por considerarla políticamente parcial. 

La decisión de la compañía se aceleró después de que esta misma semana estallara una nueva polémica a raíz de la campaña lanzada por el presidente en Twitter para acusar sin pruebas a un comentarista de televisión de estar implicado en el supuesto asesinato de una de sus asesoras. El objeto de sus infundadas teorías es el excongresista de Florida y actual presentador de MSNBC, Joe Scarborough, con el que ha mantenido sonoros enfrentamientos dialécticos. Scarborough estaba en Washington cuando su asesora murió hace casi dos décadas en Florida por una enfermedad cardiaca no diagnosticada, según determinó entonces el informe forense. 

No es la primera vez que Trump propaga burdas teorías conspiratorias para dañar a sus críticos. Antes de entrar en política fue el principal artífice de la tesis que sostenía que Barack Obama nació en Kenia y, más tarde acusó al padre de Ted Cruz, su rival en las primarias republicanas, de estar implicado en el asesinato del presidente Kennedy.