excolonia británica

El debate sobre la ley del himno deja 300 detenidos en Hong Kong

Adrián Foncillas

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Las protestas contra una ley que blindará al himno nacional de los rutinarios escarnios han dejado 300 detenidos y menos ruido del anunciado. La jornada integraba el febril calendario de movilizaciones frente a la actividad parlamentaria en Hong Kong y Pekín que según el bando antigubernamental pretende limar la autonomía de la excolonia. Es previsible que las concentraciones continúen este jueves contra la ley de seguridad nacional que prevé aprobar la Asamblea Nacional Popular en Pekín.

Los jóvenes se habían conjurado anoche en las redes sociales para impedir el acceso al Legco o Parlamento local de los representantes en una maniobra similar a la que emplearon cuando se iba a tramitar la ley de extradición. La policía había aprendido la lección y ya anoche se concentró en sus aledaños. Unos 3.000 agentes con recio material antidisturbios han limitado el acceso y formado barreras de agua en el distrito de Admiralty que acoge al Parlamento insular. Su presencia ha arruinado el plan de los antigubernamentales y les ha impedido que repitieran el asalto sobre el Parlamento del pasado año. Tampoco han funcionado los clavos lanzados al pavimento para pinchar los neumáticos a primera hora de la mañana, sus conducciones deliberadamente lentas ni otras tácticas de sabotaje.

Las movilizaciones se han desplazado a Mongkok, Central y otros distritos de la excolonia. Unos 300 jóvenes han sido detenidos, según las fuentes policiales. Dos adolescentes con cócteles molotov, gafas y cascos han sido arrestados en Sham Shui Po antes de que pudieran utilizarlos. Los enfrentamientos durante el día han sido de baja intensidad, si atendemos a la casuística hongkonesa, y a media tarde habían quedado extinguidos. La policía utilizó balas de gas pimienta en los momentos más tensos.

Un año de cárcel

El Parlamento debatirá durante cuatro días la ley del respeto al himno que contempla penas de un máximo de un año de prisión y multas de hasta 50.000 dólares de Hong Kong (unos 5.900 euros). El rito de los silbidos a 'La marcha de los voluntarios' en los acontecimientos deportivos indigna a los chinos del interior y ha acabado con la paciencia del Gobierno local. En el último año se ha popularizado 'Gloria a Hong Kong', el himno oficioso que cualquier revuelta necesita para concitar el entusiasmo. Ni el 'Dios salve a la Reina' ni 'La marcha de los voluntarios' arraigaron con fuerza en la excolonia.

Es probable que la temperatura alcance el punto de ebullición mañana si el legislativo chino aprueba la ley para "prevenir, frustrar y castigar" las amenazas a la seguridad nacional. Contempla delitos como la subversión, el separatismo, el terrorismo o la injerencia extranjera y abre la puerta a los órganos de seguridad del interior en la excolonia. Los sectores antigubernamentales alertan de que finiquitará la política de "un país, dos sistemas" y las libertades heredadas de los británicos. La normativa, contemplada en Ley Básica o Constitución de Hong Kong, no pudo ser aprobada en más de 20 años por la oposición popular. Las injerencias de Washington en la excolonia, las protestas violentas del pasado año y las elecciones de septiembre, en las que el bando prodemocrático aspira a una inédita victoria, han empujado a Pekín a incluirlas el Anexo III para eludir el trámite del Parlamento insular.

China la juzga imprescindible para impedir que se repitan los desórdenes violentos que el pasado año devastaron la economía y erradicar el intervencionismo extranjero al que culpa de atentar contra su soberanía nacional.

Taiwán ofrece protección

La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, ha repetido hoy que su Gobierno formará un comité adhoc y aprobará otras medidas especiales para acoger a los hongkoneses huidos. El plan consiste en destinar un presupuesto para que puedan vivir y trabajar en Taiwán. La presidenta había recibido críticas en las últimas semanas por la escasa correspondencia entre sus encendidos discursos de solidaridad hacia los hongkoneses y la ausencia de acciones concretas. Tsai arrasó en las elecciones de enero con un discurso que enfatizaba su apoyo a la lucha democrática en la excolonia y alertaba de las amenazas que se cernían sobre Taiwán.