CORONAVIRUS
Trump restringe la entrada a EEUU desde Brasil
Donald Trump y Jair Bolsonaro son dos líderes en sintonía, incluso en su polémica defensa del desaconsejado uso de la cloroquina y la hidroxicloroquina contra el coronavirus, pero la pandemia ha levantado una barrera entre ambos. Este domingo, conforme EEUU se acerca a las 100.000 víctimas mortales en la pandemia y cuando Brasil se ha confirmado como el segundo del mundo con más casos registrados por delante de Rusia, y con 22.666 personas fallecidas ya, la Casa Blanca ha anunciado que restringe la entrada de viajeros no estadounidenses procedentes del país sudamericano.
La orden dictada por la Casa Blanca, que entrará en vigor el viernes, es similar a la que desde hace meses prohíbe la entrada a quienes en los 14 días previos a su llegada a EEUU han estado a China, la mayoría de países europeos, Reino Unido e Irlanda e Irán. No afecta a estadounidenses o residentes legales y a sus familiares directos, así como tampoco a un número limitado de visados, y queda exento el comercio bilateral.
Ya esta semana Trump había avanzado que estudiaba imponer la restricción, que la portavoz de la Casa Blanca, Kaleigh McEnany, ha definido este domingo en el anuncio oficial de “acción decisiva” del presidente “para proteger el país”.
Varapalo para Bolsonaro
Aunque no ha habido un comunicado oficial desde Brasilia Filipe Martins, asesor especial de la presidencia de Bolsonaro, ha intentado enmarcar en una serie de tuits la decisión de Washington como una mera formalidad. “No hay nada específico contra Brasil”, ha escrito, instando a “ignorar la histeria de la prensa”.
Horas después ha colgado un hilo minimizando la importancia de la restricción y ha reuiteado un mensaje del Consejo Nacional de Seguridad de EEUU en el que se anuncia la donación de 1.000 ventiladores médicos y se dice que “EEUU reconoce los fuertes esfuerzos del gobierno brasileño”.
Pese a esos tuits, lo cierto es que la decisión de Washington es un varapalo para Bolsonaro, que vive fuertes momentos de tensión política. El presidente ha perdido dos de sus ministros de salud y está siendo cuestionado por su gestión ante una pandemia que amenaza con activar una bomba de muerte y miseria en el país pero a la que él ha restado importancia, ignorando advertencias de expertos médicos o burlándose de medidas de distanciamiento social.
Este mismo domingo participó, sin mascarilla, en una de las manifestaciones que él mismo arenga para defender a su gobierno en medio del escándalo político intensificado desde la dimisión del ministro de Justicia ante los intentos de Bolsonaro de blindar a sus hijos para evitar que sean investigados.
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