Dimite el asesor científico del Gobierno británico por saltarse el confinamiento para ver a su amante

Neil Ferguson, el científico que persuadió a Boris Johnson para que cambiara de estrategia ante la expansión del coronavirus e impusiera el confinamiento, ha dimitido como consejero del Gobierno por saltarse sus propias normas en los encuentros con su amante.   

La historia del especialista en Biología Matemática del Imperial College, a quienes sus colegas describen como un “adicto al trabajo”, fue desvelada por el 'Daily Telegraph' horas después de que el Reino Unido se convirtiera en el país con más muertes de Europa a causa de la epidemia. Con Ferguson en las portadas de diarios e informativos, acompañado del relato minucioso de sus envites amorosos, cualquier recriminación al Gobierno ha quedado en segundo plano.

Error de juicio

El científico, de 51 años, mantiene una relación con Antonia Saats, de 38. La mujer está casada y es madre de dos hijos, pero el suyo es un matrimonio ‘abierto’. Desde el 23 de marzo, fecha en que comenzó el confinamiento, la pareja se vio en al menos dos ocasiones. Saats, que vive en el sur de Londres, cruzó en su coche la capital hasta el domicilio del epidemiólogo en el centro de la ciudad. La mujer se saltó así el confinamiento y la distancia social, que rigen actualmente para 66 millones de británicos, por recomendación del propio Ferguson.

“Acepto que cometí un error de juicio e hice lo que no debía. Por eso he dejado mi participación en SAGE (Grupo Asesor Científico para Emergencias)”, señala el matemático en un comunicado, en el que dice arrepentirse “profundamente” de su comportamiento.  El científico contrajo el virus e incluso, como él mismo ha reconocido, pudo haber contagiado al primer ministro, con quien compartió el 15 de marzo una rueda de prensa. Después de aislarse en cuarentena durante dos semanas, ya repuesto, se reunió con su amante.

Cambio de estrategia

Ferguson era uno de los 23 miembros de SAGE. Como resultado de los trabajos del equipo de investigadores que dirige en el Imperial College, a mediados de marzo publicó un informe en el que advertía de la posibilidad de que se produjeran en el Reino Unido entre 250.000 y 500.000 muertes por Covid-19, si no se introducían severas medidas de distancia social. Johnson, que hasta ese momento seguía la estrategia de contagio sin restricciones, para lograr “inmunidad colectiva”, dio un giro radical e impuso el confinamiento. En estos momentos, Ferguson defiende el continuar con la mayor parte de las restricciones “hasta que esté disponible una vacuna”.