Crisis sanitaria

El látigo de Nápoles

Vicenzo De Luca, presidente autonómico de la Campania, ha conseguido evitar la hecatombe por el coronavirus a base de mano dura y humor

El presidente autonómico de Campania, Vicenzo De Luca.

El presidente autonómico de Campania, Vicenzo De Luca. / periodico

Rossend Domènech

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"Si te encuentro por la calle, por el paseo marítimo, ganduleando en los bancos, preparando una fiesta de licenciatura...yo te incendio con el lanzallamas y os cierro incluso WhatsApp". "El cuatro de mayo no rompáis filas, o paro los trenes y os meto en cuarentena”. Y así, hasta un ya famoso "cierre de fronteras" entre la región de Campania y el resto de la península italiana para evitar, con el paro de los trenes en Roma, "la invasión del Norte".

A sus 71 años, Vincenzo De Luca, filósofo, historiador y presidente autonómico de Campania (Nápoles) con casi seis millones de habitantes, ha ganado el desafío de que en la zona con más alta densidad de población de Europa (1.500 habitantes por kilómetro cuadrado),"no haya sucumbido a una hecatombe". "No pondré caballos de Frisia en el confín, pero quien viene aquí a pasear sin un motivo serio, será bloqueado", abundó.

Las últimas cifras de Protección Civil dan en Campania un total de solo 744 positivos del Covid-19 y 116 muertos, contra los 36.000 contagiados y 14.000 muertos de Lombardía (Milán). "El día nueve, los contagios serán cero", anunció  para añadir. "Un milagro en el que nadie creía, sino que se frotaban las manos por la que estaba llegando y ahora están decepcionados". "Hemos sido solidarios, modestos y humildes, no era seguro", añadió el político.

Padre severo y bondadoso

El gobernador, como llaman en Italia a los presidentes autonómicos, se dirige una o varias veces al día por televisión a los casi seis millones de habitantes de la región y les habla como un padre severo y bondadoso, un pedagogo encarnecido, un filósofo que está de vuelta de decenas de denuncias recibidas y que, a la vez, ha transformado la antigua capital del reino borbónico en un polo de excelencia médica y lugar alejado de "la ciudad de las basuras" y de los camorristas, el exejército privado de los borbones y hoy tercera mafia del país.

Su popularidad crece por días o por horas. Sus sermones familiar-televisivos son re-interpretados en video por una sociedad local, con jocosidad, eficacia y la complicidad del interesado, hasta el punto de que ya no se distingue lo que dijo de su interpretación. “Hemos ganado un gran respeto en toda Italia”.