POLÍTICA Y PANDEMIA

Trump pone a la OMS en su diana por el coronavirus

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Idoya Noain

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no es ni mucho menos el único que ha planteado críticas, y duras, contra la actuación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la crisis del coronavirus. Como mandatario del país que más fondos aporta al organismo de la ONU, sin embargo, es quien puede hacerle más daño. Y, por distintos motivos, parece dispuesto a hacerlo.

La semana pasada Trump redobló sus tambores de guerra contra la OMS, acusándola de ser "chinocéntrica", de "parecer errar siempre a favor de China" y de "haberse equivocado". Junto a esas críticas advirtió de que estaba en la guillotina la aportación estadounidense al organismo, cerca del 15% de los casi 5.600 millones de dólares de su presupuesto para el 2020 y el 2021, afirmando primero que la frenaría y matizando luego que solo lo estaba estudiando. Y 'The Washington Post' ha informado este lunes de que la decisión podría llegar esta semana.

Ya circulan en la Administración, según ha publicado 'Politico', borradores de una carta con el anuncio de suspensión de financiación tanto a la OMS como a la Organización Panamericana de la Salud, misiva en la que se insta también al Departamento de Estado, a la Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU y a otras instituciones a buscar organizaciones alternativas a las que enviar fondos.

Algunas voces de la Administración, no obstante, urgen a actuar con cautela en medio de una pandemia que está extendiendo la crisis por todo el mundo, empieza ahora a cobrar fuerza en países donde el trabajo de la ONU es más importante si cabe, y proponen que se plantee reformar la OMS pero usando mecanismos existentes.

Intereses políticos

Las denuncias de la lentitud con que actuó la OMS o de la supuesta benevolencia con que trató a China al inicio de esta crisis se han escuchado desde numerosos frentes. En EEUU, no obstante, para Trump y para los republicanos sirve también para hacer una descarga exterior de responsabilidades propias por sus errores y lentas acciones.

Para entender esta batalla, además, hay que tener en cuenta un marco más amplio: por un lado responde a la línea de asalto y ataque de la Administración Trump a organismos como Naciones Unidas y por otro refleja el peso dentro de su Gobierno del sector de halcones con Pekín. Y es más fácil asaltar al organismo establecido en 1948 que tensar la complicada relación bilateral con China, con quien la guerra de aranceles abierta por Trump solo entró en una tregua en enero con la primera fase de un acuerdo comercial parcial.

El propio Trump hace unos meses felicitaba públicamente a Pekín por su actuación ante el coronavirus. En enero aseguró que "China está trabajando muy duro para contener el virus" y añadió que "EEUU aprecia mucho su esfuerzo y transparencia". Y el 18 de febrero alabó a Xi mostrando su opinión de que estaba enfrentando la crisis "de forma muy profesional". Solo en marzo empezó a abrir un frente de ataque, inicialmente calificando el coronavirus de "virus chino" y luego, aunque dejó de usar el término, denunció que "no han actuado con transparencia", una conclusión que también alcanzaron los servicios de inteligencia de EEUU.

La crítica a la OMS crea un enemigo menos complejo o deja en indirecto el choque con China. Y Trump sigue un camino que antes que él han iniciado varios republicanos en el Congreso. Al menos 20 de ellos han presentado una resolución en la Cámara baja, controlada por los demócratas, pidiendo que se congelen las aportaciones económicas hasta que dimita el director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, y haya una investigación internacional sobre la OMS. El Comité de Control ha solicitado a la organización información sobre su relación con China. Y en el Senado también hay movimientos para poner en marcha investigaciones, en este caso solo de EEUU. El senador James Risch, que preside el comité de Relaciones Internacionales, va a esperar a mantener una conversación con Ghebreyesus agendada para esta semana.