crisis sanitaria mundial

El Gobierno británico se blinda ante las críticas por la alta cifra de víctimas del coronavirus

Dos policías patrullan por el parque Greenwich de Londres.

Dos policías patrullan por el parque Greenwich de Londres. / periodico

Begoña Arce

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El viernes el Reino Unido perdía a casi mil personas en un solo día a causa del coronavirus. Ni Italia, ni España han alcanzado nunca esa aterradora cifra. El Gobierno apenas reaccionó. No hubo alarma, ni shock, ni sugerencia alguna de un endurecimiento de las actuales medidas de confinamiento, que permiten hacer fuera de casa una hora de ejercicio al día. El sábado se volvió a superar las novecientas muertes (917). Con la epidemia entrando en su fase más letal, “las muertes van a seguir aumentando durante las próximas dos semanas”, ha advertido el asesor científico del gobierno Patrick Wallace, aunque, añadió, hay signos de “una reducción en el número de nuevos casos”.

El Gobierno se blinda desde el inicio ante cualquier crítica repitiendo que actúa siguiendo “la ciencia”. Las deficiencias sin embargo en planificación son evidentes. La orden de confinamiento se dio más tarde que en otros países, cuando el contagio ya era imparable, después de buscarlo en un primer momento. Hay un enorme retraso en las pruebas del coronavirus. El ministro de Sanidad, Matt Hancock prometió realizar 100.000 test al día a finales de este mes, pero de momento no llegan a los 20.000. Mucho más inexplicable aún es la escasez de material protector para los sanitarios.  

Cuando un periodista quiso saber el viernes cuántos miembros de la sanidad pública han muerto víctimas del coronavirus, la jefa del servicio de enfermeras, Ruth May, que participaba en la conferencia del gobierno, le respondió que esa pregunta era “inapropiada” y se negó a darle la información. Hancock, a la defensiva, aseguró que hay equipos de protección suficientes para todos los trabajadores sanitarios. Un “material precioso” que, según sugirió, el personal de la sanidad pública utiliza en demasía.  La acusación soliviantó a los que están en primera línea arriesgando su propia vida protegiéndose a veces con bolsas de plástico.     

Planes trazados

 En esta situación de emergencia nacional el primer ministro lleva una semana hospitalizado. Boris Johnson salió de la UCI y mejora. En su ausencia, el Gobierno se atiene a los planes ya trazados previamente. Las decisiones se tomarán de manera colegiada, aunque sea Dominic Raab quien figure formalmente como suplente.

De momento no hay un vacío de poder, pero también en el Reino Unido se han comenzado a discutir posibles vías para ir recuperando la normalidad.  Una opción podría ser dejar que los primeros en salir del confinamiento sean los más jóvenes, entre 20 y los 30 años, que no vivan con sus padres. Otra es liberar del aislamiento a los trabajadores más importantes para restaurar la economía, como la construcción, las fábricas, o el comercio esencial. Una tercera posibilidad es ir relajando las medidas por distintas zonas del país.

 “Las decisiones a tomar en el futuro por el Gobierno van a ser más y más importantes” y “sería de gran ayuda saber de manera más formal, quién tiene poderes delegados del primer ministro y cuáles son esos poderes”, ha declarado  Bronwer Maddox, directora del think thank, Institute for Goverment.  “De momento hay munición científica para prolongar el aislamiento”, pero en el futuro “va a haber mucha presión de quienes quieren saber cuándo va a durar el confinamiento” y “finalmente esa es una decisión del Gobierno, una decisión política”.