crisis sanitaria global

Estados Unidos supera los 10.000 muertos y se prepara para lo peor

La Casa Blanca: "Este es nuestro Pearl Harbor"

La Casa Blanca: “Este es nuestro Pearl Harbor” / periodico

Ricardo Mir de Francia

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El mapa se ensancha. Los focos proliferan. La curva crece sin remisión. Y los hospitales siguen enfrentando notables carencias, según ha reconocido un informe oficial. Dos meses y medio después de que registrara su primer caso de covid-19, Estados Unidos se prepara para afrontar sus semanas más complejas hasta la fecha en el combate contra la pandemia de coronavirus.

Una pandemia que ha convertido al país en su epicentro mundial, con más de 337.000 casos y, desde ayer, más de 10.000 fallecidos. "Esta va a ser la semana más dura y triste en la vida de muchos estadounidenses", advirtió el domingo el portavoz de la sanidad pública, Jerome Adams. "Este será nuestro momento Pearl Harbor, nuestro momento 11-S. La única diferencia es que no será localizado. Afectará a todo el país". 

Uno de los modelos matemáticos con los que trabaja la Administración sostiene que en 10 días podría alcanzarse el pico de fallecimientos, con más de 3.100 muertes en un solo día, una cifra que superaría a las bajas provocadas por el bombardeo japonés de Pearl Harbor en 1941 o los ataques terroristas de Al Qaeda en el 2001. Esa perspectiva está llamada a ahondar los problemas del sistema sanitario, prácticamente al límite en ciudades como Nueva York, convertida en el principal vector del virus.  

Su alcalde, Bill de Blasio, ha afirmado que los hospitales neoyorkinos solo podrán aguantar hasta el miércoles con los suministros de los que disponen. Faltan respiradores, mascarillas, batas o guantes, una situación muy parecida a la que enfrentan otros centros sanitarios del país, según un informe del Departamento de Salud, que habla también de escasez de termómetros, desinfectantes, sábanas, comida para los pacientes y pruebas de diagnóstico

"Vamos a necesitar muchísima ayuda para superar esta semana", dijo Di Blasio. La ciudad ha instalado un hospital de campaña en Central Park y cuenta además con un buque hospital atracado en sus muelles. Pero no dejan de ser gotas en el océano de un estado con más de 127.000 contagios, casi los mismos que Italia y unos pocos menos que España.

La buena noticia es que el sábado cayó por primera vez la cifra estatal de muertos respecto a la jornada anterior, un dato que Donald Trump aprovechó para hacer nuevamente una lectura optimista de la situación. "Empezamos a ver la luz al final del túnel", dijo el presidente contradiciendo a sus expertos. Por todo el país siguen aflorando las críticas a la respuesta del Gobierno federal, que se resiste a tomar la iniciativa frente a la pandemia. En ocho estados, todos ellos gobernados por los republicanos, todavía no se ha ordenado el confinamiento de la población. 

Mapa de contagios

Y, entretanto, sigue ensanchando el mapa de contagios. Nueve estados han superado los 10.000 casos. Cuatro están en la costa este (Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts y Pensilvania), dos en el sur (Luisiana, Florida), uno en el oeste (California) y dos del Medio Oeste (Michigan e Illinois). Como ha pasado en otros países, las residencias de ancianos son uno de los principales focos de la epidemia, pero también se han registrado cientos de casos en varias prisiones, en un astillero de Virginia o en una procesadora cárnica de Nebraska. 

De las cifras de muertos empieza a emerger además una preocupante tendencia. La pandemia parece estar cebándose con la población afroamericana, más pobre y con una expectativa de vida más baja que la América blanca. El 81% de los fallecidos en el condado que rodea la ciudad de Milwaukee son negros, cuando solo representan el 26% de la población. Igual de desproporcionada es la cifra de muertes en Michigan, Illinois o Carolina del Norte.