Crisis sanitaria

Coronabonos: La Alemania más solidaria

Cotizaciones en la bolsa de Fráncfort.

Cotizaciones en la bolsa de Fráncfort. / periodico

Andreu Jerez

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“Cuando durante una tormenta algunos se tiran por la borda, no sirve de nada que el resto de la tripulación salte detrás. Es mejor quedarse en el barco y lanzarles un flotador". Este es sólo uno de las párrafos dedicados estos días por cierta prensa alemana a los llamados coronabonos. La metáfora usada por una columnista del diario conservador 'Die Welt' ilustra bien el rechazo militante de buena parte de la política, el empresariado y el electorado de Alemania a una emisión conjunta de deuda europea. Una demanda que cada vez se hace más fuerte en la Unión Europea para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales que ya está generando el coronavirus en el Viejo Continente.

Los estados de la UE más afectados por la pandemia son precisamente los que acumulan una mayor deuda pública. Los devastadores efectos del virus los convertirá muy probablemente en víctimas de la especulación financiera. Su margen para reactivar las economías con dinero público se estrechará así aún más. Economistas ya advierten de que la Gran Recesión de hace una década podría quedarse en anécdota si no se actúa de manera conjunta.

Momento excepcional

Pese a la excepcionalidad del momento, la posición del Gobierno alemán, con Angela Merkel al frente, no se ha movido ni un milímetro desde la crisis financiera del 2009: Berlín sigue ofreciendo un rotundo 'no' a la mutualización de la deuda. Esta permitiría a los estados más golpeados por el virus, como Italia y España, acceder una financiación en mejores condiciones en los mercados internacionales.

Ayudas sí, mutualización de la deuda no, responde el Ejecutivo de Berlín, secundado por otros como el holandés y el austríaco. La negativa es interpretada como una señal de insolidaridad no solo por la periferia europea, sino también por políticos y economistas de Alemania. Son las otras voces de la mayor potencia de la UE.

“Cada vez hay más gente en el espectro político y de los institutos económicos de Alemania que apoyan los coronabonos. Por eso nos preguntamos por qué el Gobierno alemán se sigue oponiendo de manera tan testaruda. Parece no haber aprendido de la última crisis: precisamente el error entonces fue no encontrar una respuesta europea común”, dice Marcus Wolf, analista de Movimiento Ciudadano para el Cambio Financiero. La oenegé, fundada por el exdiputado verde y experto en asuntos económicos Gerhard Schick, es una de las organizaciones alemanas que empatiza con las demandas de España, Italia y Francia.

“Tal vez sea difícil de entender en el extranjero -- explica Wolf--, pero en Alemania sigue prevaleciendo la idea de un presupuesto público equilibrado y de reducir el endeudamiento. En este caso, sin embargo, no se trata de emitir deuda común europea de manera indefinida, sino de una medida limitada en el tiempo ante la actual situación excepcional en la que unos países se ven más afectados que otros”.

Rechazo histórico

El rechazo en Alemania a una emisión conjunta de deuda avalada por todos los estados de la UE no surge de la última recesión, sino que se remonta a la introducción del euro hace dos décadas. “En Alemania nació entonces el mito de que se puede disfrutar de las ventajas de la moneda común sin tener que apoyar al resto de países”, explica a EL PERIÓDICO el eurodiputado verde Sven Giegold, uno de los impulsores de la petición #WeAreInThisTogether que urge a la emisión de bonos comunitarios.

“Durante años se les ha dicho a los alemanes que se puede tener una unión económica y monetaria, y al mismo tiempo que cada uno de los estados siga siendo independiente financieramente. Y eso es falso”, continúa Giegold. “Es irónico que dos de los principales beneficiados del euro, Holanda, gracias a su paraíso fiscal, y Alemania, con sus superávits comerciales, sean los que se opongan de manera más tozuda”, añade. Cuando en España e Italia miles de personas luchan por su vida y sus sistemas sanitarios están al borde del colapso, Alemania insiste en que su opción es la mejor para la UE, argumenta Giegold: “Y eso no es muy europeísta”.

En lugar de los coronabonos, Berlín apuesta por usar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), creado durante la última crisis para rescatar a los países del euro. Con más de 400.000 millones de euros, el fondo ofrece préstamos a cambio de reformas económicas. Grecia y Portugal, que acudieron al rescate, ya conocen las duras condiciones.

“Respiración artificial”

“El dinero barato del Banco Central Europeo llega a los mercados financieros, pero no a la economía real. Es como mantener con vida a un paciente con respiración artificial, y al mismo tiempo sacarle sangre”. Fabio De Masi, diputado federal alemán de La Izquierda, prefiere esa metáfora para describir la situación del euro: mientras el BCE compra deuda pública de los estados europeos, la UE desaprovecha la opción de los eurobonos, argumenta el político alemán de padre italiano.

“El Gobierno alemán teme romper un tabú”, explica De Masi a EL PERIÓDICO. “Además, puede utilizar el MEDE para hacer recortes más duros. Un ejemplo: durante la crisis de Grecia, sus aeropuertos regionales fueron privatizados. La alemana Fraport fue la beneficiada. El Ejecutivo alemán intenta usar la crisis para imponer los intereses de empresas alemanas”.

El experto en asuntos económicos del partido más a la izquierda del arco parlamentario alemán expone de manera pragmática su defensa de los coronabonos: “Cerrarán empresas, se destruirán empleos y al final tendrán que aprobarse caros rescates. Por eso los coronabonos son más baratos. Y ello va también en el interés de Alemania. Si a la crisis del coronavirus le sigue una crisis del euro, y si no conseguimos controlar la situación en Italia o España, tampoco la conseguiremos controlar en Alemania”.

Las voces alemanas a favor de los coronabonos creen que de la respuesta a la peor crisis que sufre Europa desde la Segunda Guerra Mundial depende el futuro del proyecto europeo. “Si los estados europeos no se apoyan suficientemente en esta crisis histórica, si son Cuba, China o Rusia los que envían médicos y material a Italia, entonces la UE se hará innecesaria”,  zanja De Masi.

Un paso por la unidad europea

“Ahora necesitamos más solidaridad europea. Este es un momento crucial para la cooperación en Europa. Tenemos que demostrar que somos una comunidad de valores con un destino común, que trabajamos para el otro en un mundo global y turbulento. Es tiempo de dar pasos valientes para superar el miedo. Es el momento de la unidad europea, no de la división nacional. Llamamos a nuestros gobiernos a superar los viejos patrones de división en Europa y en la Eurozona”.