Alemania se asoma a la recesión por el impacto del coronavirus

Alemania se enfrenta a una de la peores crisis económicas de su historia. Es la conclusión del llamado comité de sabios que asesora al Gobierno de la cancillera, Angela Merkel. En un informe publicado este lunes, los expertos exponen las posibles consecuencias del colapso generado por el coronavirus.

Los tres economistas que conforman el grupo reconocen, sin embargo, que la actual situación es tan volátil que es muy difícil hacer previsiones fiables. La inexistencia, por ejemplo, de cifras reales sobre la cantidad de infectados es una de las razones de esa incapacidad de realizar proyecciones certeras.

Ante ese vacío de datos, el comité dibuja tres escenarios: el primero, que considera más probable, prevé un cierre de la economía de cincos semanas y una caída del PIB alemán de 2,8% en el 2020, con un crecimiento del 3,7% para el 2021; el segundo contempla medidas restrictivas más largas, con un retroceso del PIB muy pronunciado de hasta el 10% en el segundo trimestre del 2020, lo que repercutiría en una caída anual de más del 5% (similar a la de la Gran Recesión del 2009) y una recuperación en forma de U en el 2021, cuando se registraria un crecimiento de casi el 5%; y el tercer escenario, en caso de que las restricciones se alarguen más allá del verano, proyecta una ola de cierres de empresas y despidos, con una caída del 4,5% para este año, y una recuperación mucho más lenta, con repercusiones apreciables a más largo plazo, que se evidenciarían con un crecimiento de solo un 1% en el 2021.

Dique contra el desempleo

Sea cual sea el escenario final, los tres economistas advierten de que la locomotora económica europea se asoma ya a la recesión. Ante la falta de alternativas al cierre de la actividad económica y al semiconfinamiento de la población, el comité de sabios reafirma al Gobierno federal en las medidas tomadas hasta ahora: programa de reducción de jornadas, créditos a las empresas para evitar que cierren (y contener el aumento del desempleo), un inevitable paquete de gasto público que incentive el crecimiento y una inyección financiera al sistema sanitario para contener el avance del virus.

La capacidad de diagnóstico es, en este último punto, fundamental. Ese es precisamente uno de los factores que parece reducir el número de fallecidos en Alemania (menos de 500 con una cifra de infectados que se acerca a los 60.000). Con una capacidad de más de 300.000 tests semanales, según las autoridades alemanas, el objetivo podría ampliarse hasta los 200.000 diarios, como se desprende de un documento del Ministerio de Interior filtrado a medios alemanes.