CRISIS SANITARIA

Aumentan las muertes en Brasil por el coronavirus y la infección ya llegó a las "favelas" de Río de Janeiro

Crece el miedo da la propagación del contagio en las barriadas pobres del gigante sudamericano mientras Bolsonaro sigue minimizando la pandemia

Imagen de la favela Rocinha en Río de Janeiro.

Imagen de la favela Rocinha en Río de Janeiro. / periodico

Abel Gilbert

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"Pronto la gente sabrá que han sido engañados por estos gobernadores y por una gran parte de los medios de comunicación en este tema de coronavirius". El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tiene una disputa encarnizada con los estados que han declarado la cuarentena. El excapitán calificó de "lunático" a Joao Doria, el gobernador de Sao Paulo, el motor industrial del gigante sudamericano. "Creo que hay una exageración en eso", insiste Bolsonaro al hablar sobre la pandemia que ya ha provocado al menos 34 muertos y más de 1800 infectados. Tres de los decesos tuvieron lugar en Río de Janeiro.

Pero la Secretaría de Salud de la "ciudad maravillosa" informó que hay otros 10 casos de fallecimiento que podrían estar relacionados con el<strong> COVID-19</strong>. Un 70% de los brasileños tienen miedo al contagio, de acuerdo con una reciente encuesta. Ese pavor adquiere otra intensidad en las "favelas", como se conocen a las barriadas más pauperizadaso donde viven 35 millones de personas expuestas a la violencia y en las peores condiciones sanitarias. Los problemas de abastecimiento de agua potable son estructurales.

Ciudad de Dios, la "favela" de la zona oeste de Río que se hizo mundialmente famosa por una película del mismo nombre, 15 años atrás, ya forma parte del mapa de las infecciones en Brasil. La posibilidad de que el coronavirus se propague por los "morros (colinas)" las y zonas periféricas de la segunda ciudad del país ha dejado de ser remota. Solamente en Río de Janeiro se levantan 763 "favelas" que alojan a 1,5 millones de personas. El Estado es una figura ausente y son los "favelados", como se llaman a sus habitantes, los que comenzaron a tomar cartas en el asunto.  

Lavarse las manos no es sencillo

En el Complexo do Alemão, una de las barriadas más conflictivas, objeto de permanente disputa por bandas de narcotraficantes, los dirigentes sociales decidieron crear "oficinas de crisis" sin esperar la ayuda de las autoridades. El Instituto Raíces en Movimiento ha recurrido a la música funk para concientizar a las personas. "¿Eres consciente del coronavirus? Déjame darte la visión. Esta triste enfermedad ha afectado a nuestro mundo. Seamos conscientes y hagamos toda la prevención para nuestra comunidad. Lávese las manos con frecuencia, con agua y jabón. Evite salir de la casa para evitar aglomeraciones", se escucha en las radios comunitarias.

Pero el llamamiento a "lavarse las manos" tiene una compleja materialización en las zonas más humildes. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) ha publicado un estudio según el cual 34 millones de brasileños no acceden al agua corriente. Después de que se conociera el caso de infección en Ciudad de Dios, el alcalde carioca y pastor evangelista Marcelo Crivella ordenó en la noche del domingo el cierre obligatorio del comercio en la ciudad a partir del martes. El estado de Río se encamina hacia la cuarentena que tanto enfurece a Bolsonaro.

Apenas una “girpecita”

El Brasil de Bolsonaro, con su subestimación de la pandemia, que llegó a ser calificada de "gripecita", es un "barco a la deriva" en la opinión de Dorrit Harazim, columnista del diario O Globo. A su criterio, el presidente "y su descendencia" merecían limitarse al papel de meros personajes secundarios "en el drama nacional". Sin embargo, el excapitán del Ejército y sus hijos son protagonistas estelares. Para Jornal do Brasil, Bolsonaro "parece ignorar los retos de ser un presidente de la República" en tiempos de crisis sanitaria.

Durante la última semana, el mandatario no solo ha escuchado dos caceroleadas. El coronavirus, le empieza a pasar una factura que puede ser muy costosa. La cámara de Diputados ya recibió siete peticiones de juicio polítco. Para Carlos Sávio Gomes Teixeira, investigador de la Universidad Federal Fluminense, en Río de Janeiro, el COVID-19 representa un "desafío a la forma de Gobierno del presidente" y puede tener un "efecto político devastador".  “Él no tiene esperanza. La vana ignorancia, el gusto por lo sórdido y el exhibicionismo furtivo están tan profundamente arraigados en su personalidad que evita cambios racionales”, señaló Mario Sergio Conti en su columna publicada por el diario paulista Folha, después de que el presidente banalizara una vez más la situación.