COVID-19 en Brasil

Cacerolada contra Bolsonaro en las grandes ciudades brasileñas por el modo que banaliza al coronavirus

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Abel Gilbert

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"Fuera Bolsonaro", se gritó en la noche del martes en São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre y Brasilia. Las cacerolas acompañaron estruendosamente el reclamo que se relaciona con el modo en que el presidente banaliza lel coronavirus. El covid-19 provocó el primer muerto en el gigante sudamericano, un hombre de 62 años residente en Sao Paulo, con cuadros de hipertensión y diabetes. El mismo día,  el ex capitán del Ejército habló en tono despectivo de la pandemia. "Ha traído una cierta histeria y algunos gobernadores, creo, aunque puedo estar equivocado, toman medidas que van a perjudicar y mucho a nuestra economía", dijo. Horas más tarde, Bolsonaro comunicó a los brasileños que le dio negativo su segunda prueba para determinar si está infectado. Quince personas de su entorno que viajaron con él a Estados Unidos se encuentran infectados, entre ellos el secretario Especial de Comunicación Social), Fabio Wajngarten. 

Al margen de las declaraciones de Bolsonaro, el Gobierno de ultraderecha estudia solicitar al Congreso que reconozca el estado de calamidad pública hasta el 31 de diciembre de 2020 y, de esta manera, aumentar el gasto público para enfrentar los desafíos sanitarios.

Hasta el momento, 291 personas han contraído el virus que Bolsonaro ha llegado también a considerar al COVUD-19 una "fantasía". El pasado domingo estrechó manos de los manifestantes que pidieron en Brasilia el cierre del Congreso.  Algunos aliados de Bolsonaro comenzaron a tomar distancia política a partir de esas actitudes. La diputada regional Janaina Paschoal, una de las artífices del proceso parlamentario que llevó a la destitución de Dilma Rousseff (2011-2016), consideró que el presidente ha cometido "un delito contra la salud pública" al participar de la movilización del pasado domingo y por ello debe abandonar la presidencia.

Juicio político

La también abogada y profesora universitaria estimó, no obstante, que "no hay tiempo" para instaurar un juicio político contra el dirigente debido a la situación excepcional por la pandemia. En medio de la zozobra creciente de la población, que ha tenido su pico dramático horas atrás con la masiva fuga de tres cárceles paulistas de más de un millar de presos a los que se les había restringido las salidas por razones sanitarias,  Bolsonaro  prometió este martes celebrar su cumpleaños el próximo 21 de marzo con una "fiestita". Sus palabras provocaron una dura reacción en las redes sociales desde donde salió luego la convocatoria a la cacerolada.

El Congreso ha recibido no obstante la primera solicitud de "impeachment" contra el presidente por haber alentado la manifestación el Poder Legislativo. La ultraderecha quiere volver a las calles pese a las recomendaciones del ministerio de Salud. Los grupos más radicales quieren realizar su nueva manifestación en defensa de Bolsonaro frente a los cuarteles y bajo la consigna "¡ahora es la guerra!". Han propuesto movilizarse el 31 de marzo, cuando se cumplirá el 56 aniversario del golpe de estado que tanto reivindica el actual mandatario.