LA SITUACIÓN EN ITALIA

Sin funerales en Lombardía

Los ataúdes con los fallecidos por el covid-19 se amontonan en las salas fúnebres, se bendicen y se acabó el ritual

Un médico atiende a un paciente en el hospital Spedali Civili de Brescia, el viernes.

Un médico atiende a un paciente en el hospital Spedali Civili de Brescia, el viernes. / periodico

Rossend Domènech

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El nombre del difunto está escrito con rotulador y el ataúd parece confeccionado  cien años atrás. No hay tiempo para más. Un cura con mascarilla da una bendición, sin parientes, porque están confinados en sus casas o en el hospital. Y así termina el rito fúnebre.

Las 19 salas mortuorias de Brescia (200.000 habitantes), al norte de Milán y el foco más intenso de los últimos días en Italia, están saturadas. Llegan a entrar a 40 cadáveres por día. El ayuntamiento ha decidido que al crematorio vayan solo los residentes, los demás se reparten por la región. La cola en el crematorio de Brescia es de unos 120 cadáveres.

"Muchos médicos están enfermos y otros, al final del turno, se encierran en un trastero del hospital a llorar en soledad. A causa de la falta de aparatos informáticos, colocan los expedientes clínicos sobre una mesa y deciden, en base a algunos parámetros, a quién curar para intentar salvarlo y a quién dejar para más tarde", o tal vez para nunca. Es lo que decía un mensaje enviado ayer a este periodista desde el interior del hospital de Brescia, una realidad que cámaras y fotógrafos no pueden documentar.

Los familiares en cuarentena están en sus casas, o en una uci, y se enterarán de la muerte del marido, esposa, tío, padre o madre solo cuando salgan, si salen. "Dolor en el dolor", murmura el cura desde detrás de la mascarilla.

Incorporación de médicos jubilados

Bérgamo, con sus 120.000 habitantes, está un poco más allá, también en Lombardía. Enferman unas 50 personas por día, 300 cada 24 horas en las últimas cuatro jornadas. Fallecen 10 personas cada día. Los médicos explican que "este virus circula desde octubre", pero se enteraron "solo porque los pacientes de pulmonía no se curaban" y, al final, decidieron consultar al Instituto Superior de Sanidad. Era ya finales de febrero y las consecuencias de aquel retraso se ven ahora.

En sus hospitales, 76 médicos han sido contagiados. Han asumido a todos los facultativos jubilados disponibles, para realizar tareas necesarias pero de segundo plano, como tomar la temperatura de los viajeros que llegan y salen del aeropuerto. "Cuando esto termine, será una posguerra", dice en una entrevista por Skype uno de los miles de industriales de la zona, entre las más altas en densidad industrial del país, pensando en qué ocurrirá dentro de dos semanas. A la capilla del cementerio local llegan 50 ataúdes por día. Se amontonan, se bendicen y se acabó.

Un poco más abajo está Milán, en cuya provincia comenzó todo, con el foco de Codogno y otros 11 municipios. Durante dos semanas fueron aislados, lo que pareció, entonces, una medida extrema. Ayer hubo cero contagios. Sin embargo, Milán ha tenido que lanzar una licitación europea para conseguir material sanitario.  El presidente autonómico, Attilio Fontana, solicita médicos, porque los de la región, con turnos de seis de la mañana a diez de la noche, no resisten más. Los aceptan incluso sin pasar por ninguna criba, basta que estén inscritos en los colegios de sus países. China, Cuba y Venezuela ya han respondido.

Cuidados intensivos en lavanderías

Lombardía tenía ayer 9.059 positivos (1.865 más que el viernes) y 966 muertos (75 más). En las uci hay 1.060 enfermos, pero la capacidad de los cuidados intensivos es de unos 600. Según las autoridades regionales, "se ha adaptado todo lo posible para crear zonas intensivas, incluso en las lavanderías hospitalarias", y los que estaban en las uci por otras enfermedades han sido trasladados a otras regiones.

Tanto Brescia como Bérgamo ya había comenzado a construir hospitales de emergencia para enfermos de covid-19 en recintos feriales, pero Protección Civil los ha parado. "Requieren demasiado tiempo". 

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