ELECCIONES MUNICIPALES EN FRANCIA

La extrema derecha aspira a conquistar el poder en Perpinyà

Mercado de la plaza Cassanyes de Perpinyà, en el depauperado barrio de Saint Jacques.

Mercado de la plaza Cassanyes de Perpinyà, en el depauperado barrio de Saint Jacques. / periodico

Laura Puig

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En el cuartel general de Louis Aliot, en la calle Mailly de Perpinyà, cuelga un calendario de campaña plagado de post-it con los diferentes actos previstos. En la nota amarilla colocada en la casilla del día 22 de marzo, fecha de la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas (la primera es el 15), solo hay escrita una palabra: "Victoire". Y es que el partido de Aliot, Reagrupación Nacional (antiguo Frente Nacional), tiene en Perpinyà uno de sus principales objetivos en estos comicios. Sería la primera ciudad de más de 100.000 habitantes en manos de la extrema derecha.

Bastión de la derecha desde hace seis décadas, todos los sondeos dan la victoria en la primera vuelta a Aliot, con más del 30% de votos y superando con holgura al actual alcalde y candidato de Los Republicanos, Jean-Marc Pujol (19%). No obstante, Pujol está convencido de que en la segunda vuelta revertirá esta situación, como ya sucedió hace seis años. "En un 'tête-à-tête' con Aliot, las encuestas me dan la victoria a mí", puntualiza a EL PERIÓDICO.

En el 2014, Pujol y Aliot se midieron en la segunda vuelta después de que el resto de listas se retiraran para evitar dispersar el voto y que la extrema derecha venciera. En esta ocasión, no parece que vaya a ocurrir lo mismo.

Llamada a la responsabilidad

Agnès Langevine, de Europa Ecología-Los Verdes (EELV), tercera en los sondeos (15%), ya ha manifestado su intención de mantenerse en la contienda. "Todo el mundo debe asumir su responsabilidad y preguntarse si quieren abrir la puerta a Reagrupación Nacional", avisa Pujol.

"Perpinyà es una ciudad complicada. Hay una parte muy rica y otra, considerable, que es muy pobre", afirma Jacques Ollion, responsable en la ciudad de la oenegé de apoyo a los inmigrantes La Cimade. "Es una ciudad pobre, fracturada, sin vida en los barrios y con pocos servicios públicos", coincide en el análisis Caroline Forgues, candidata de la lista ciudadana La Alternativa, apoyada por formaciones de izquierda como La Francia Insumisa, ERC, o el Partido Comunista. De hecho, Perpinyà es una de las poblaciones de Francia con un índice de paro más elevado, del 25% -que llega hasta el 80% en algunos barrios- cuando la media en el país es del 14%, y la tasa de pobreza es del 32%. Estos dos indicadores, junto a la inseguridad (es la principal inquietud para el 58% de sus habitantes) han formado, según Ollion, "un caldo de cultivo para la extrema derecha".

Tendencia

A juicio de Eliane Le Dantec, directora del departamento de Sociología de la Universidad de Perpinyà, se trata de una "tendencia" que se observa en Francia y otros países de Europa, a pesar de que la "vocación natural" es que las "clases populares voten a la izquierda". "Es algo muy preocupante", añade Le Dantec, quien insta a los partidos progresistas a preguntarse por qué han perdido tantos apoyos.

El periodista y bloguero local Nicolas Caudeville considera que un posible triunfo de la extrema derecha en Perpinyà no denota que sea una ciudad "fascista". En su opinión, "es una sociedad destrozada mentalmente" y compara a sus habitantes con los lotófagos, personajes mitológicos de la 'Odisea' que consumen flor de loto y olvidan inmediatamente su pasado y sus proyectos de futuro. "Louis Aliot es el último problema de Perpinyà. Él no ganará, perderán los otros", subraya.

Pero Aliot, que esta vez concurre sin etiqueta para poder aglutinar a gente de otras sensibilidades en su lista, rechaza la clasificación de Reagrupación Nacional en la extrema derecha. Vicepresidente del Frente Nacional entre el 2011 y el 2018 y considerado el artífice de su desdemonización, explica que su formación "ha evolucionado mucho". "Hoy es un partido patriota, porque lo primero que defiende es la nación, y populista, porque defiende al pueblo".

La campaña ha girado principalmente sobre dos ejes: la seguridad y la rehabilitación del barrio de Saint Jacques, en el depauperado centro urbano y habitado en su mayoría por la importante comunidad gitana de Perpinyà. Tanto Pujol como Aliot coinciden en las propuestas: aumentar las medidas para combatir la delincuencia y acabar con el grave problema de tráfico de drogas, e implementar el proyecto para trasladar la facultad de Derecho al centro de la ciudad, paralizado por la oposición de los vecinos por miedo a ser expulsados del barrio.

"Si gana Aliot, será peor a nivel de discurso, pero no de hechos. Pujol, sin decirlo, ha hecho lo que pensaba que habría hecho Aliot", concluye Ollion.

"Tenemos miedo"

"No tengo una opinión particular sobre el alcalde Pujol, pero Perpinyà no ha mejorado mucho con él", explica Sandrine, una comerciante de 49 años que se declara hastiada de los políticos por su falta de credibilidad. No obstante, se muestra inquieta ante una victoria del candidato que apoya Reagrupación Nacional: "No me importa quién gane, pero él no".

Nadja, vendedora de verdura en el mercado de la plaza Cassanyes, en el barrio de Saint Jacques, opina lo mismo y considera que si Aliot es alcalde "cambiarán cosas". "Tenemos miedo", subraya. A escasos metros, tras un mostrador de huevos, Didier se muestra encantado con una posible victoria de la extrema derecha: "Sería muy bueno que ganase Louis Aliot. Creo que habrá más seguridad y el mercado estará mejor. Antes nos podíamos instalar mejor, ahora solo hay extranjeros vendiendo".

En otro mercado, el de Les Halles Vauban, Céline Pons considera que la contienda final será entre Pujol y Aliot y que el segundo tiene posibilidades de ganar. "Pujol es demasiado viejo. No importa el partido político que gane. Necesitamos un alcalde que dinamice la ciudad, gente joven que la sacuda", añade esta comerciante de 48 años.