CRISIS EN IDLEB

Rusia y Turquía pactan un nuevo alto el fuego en el norte de Siria

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ruso, Vladímir Putin, este jueves durante su encuentro en Moscú.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ruso, Vladímir Putin, este jueves durante su encuentro en Moscú. / periodico

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Un nuevo parche para salir del paso y superar la crisis actual a la espera de la próxima escalada bélica en el norte de Siria? Esta pregunta rondaba insistentemente por la cabeza de los observadores después de las más de seis horas de reunión que han mantenido este jueves en Moscú el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Los dos mandatarios han acordado un nuevo alto el fuego que entraría en vigor al cabo de unas horas, en concreto a partir de la medianoche siguiente, además de crear una zona de seguridad alrededor de la estratégica carretera M4, que une las ciudades de Alepo con Latakia, ambas en manos del régimen. Patrullas conjuntas ruso-turcas velarán por la seguridad de esta importante vía de comunicación.

Los prolegómenos del encuentro no garantizaban que la cita culminaría con algún tipo de acuerdo, dados los recelos existentes. Ni siquiera estaba asegurado que hubiera una rueda de prensa tras las negociaciones, después de semanas de culparse mutuamente de no respetar acuerdos previos. Finalmente, Erdogan y Putin, que se han tratado con bastante más distancia y formalismos que en otras ocasiones, se han avenido a realizar una declaración conjunta ante la prensa, en la que no aceptaron preguntas, y han emitido un comunicado en el que se han comprometido a "continuar" los esfuerzos para estabilizar la situación en la provincia de Idleb, la última en manos insurgentes y donde se apelotonan millones de sirios que han huido del Ejército de Asad. 

Posición realista de Rusia

"Rusia ha logrado uno de sus objetivos, que es el pasaje seguro a través de la M-4", valora para EL PERIÓDICO<strong> Marianna Belenkaya</strong>, comentarista en temas de Oriente Próximo del diario Kommersant. El control de esta estratégica ruta ha sido uno de los motivos de los encarnizados combates de estas semanas, que han obligado a huir de sus casas a cientos  de miles de personas. Al mismo tiempo, la experta recuerda lo líquidos que son siempre los acuerdos en Siria. "Queda por saber si la oposición lo aceptará", ha continuado. Según Belenkaya, "Rusia ha adoptado en Siria una posición pragmática; su objetivo es que Asad recupere todo el país, pero comprende que no es realista", ha continuado. 

Reuniéndose en Moscú y no en Estambul con la presencia de los líderes de Francia y Alemania, como era la idea original, los dos presidentes demuestran que continúan prefieriendo las componendas bilaterales por encima de los acuerdos multilaterales negociados con mediadores. Tal formato es defendido sobre todo por el Kremlin, sabedor de que cualquier participación foránea podria implicar la implementación de una zona de no sobrevuelo en el norte de Siria para evitar el bombardeo de objetivos civiles por las fuerzas del régimen y la aviación rusa, una idea que ha evocado la cancillera Angela Merkel durante los últimos días. Los recientes combates en el enclave de Idleb han demostrado que ello es posible, sobre todo después de que los drones turcos causaran graves pérdidas al Ejército de Asad sin que sus baterías antiaéreas o las de Rusia pudieran hacer nada por impedirlo.