DRAMA HUMANITARIO

Nuevos enfrentamientos en la frontera turcogriega entre migrantes y policía

Ankara denuncia la muerte de un refugiado por disparos provenientes de Grecia, pero las autoridades helenas lo desmienten

La Policía griega vuelve a lanzar gas contra los migrantes que tratan de entrar al país desde la frontera con Turquía

La Policía griega vuelve a lanzar gas contra los migrantes que tratan de entrar al país desde la frontera con Turquía. / periodico

Adrià Rocha Cutiller / Irene Savio

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Tan solo un día después de que la plana mayor de la Unión Europea visitara la frontera con Turquía –durante todo el martes la situación estuvo tranquila–, los enfrentamientos regresaron este miércoles a la zona. Durante toda la mañana, la policía griega frenó varias intentonas de refugiados de cruzar la frontera hacia Grecia con el lanzamiento de gases lacrimógenos y balas de goma. Turquía, por su parte, aseguró que los griegos también usaron munición real. Un inmigrante falleció y otros cinco resultaron heridos. Según Ankara, fue por  disparos de la policía griega. Atenas lo desmintió.

Lo que sí es cierto es la batalla propagandística que se ha instalado entre griegos y turcos. «Turquía crea y difunde noticias falsas que tienen como objetivo atacar a Grecia. Hoy dijeron otra mentira: afirman que hay varios refugiados heridos y un muerto supuestamente por fuego griego. Lo niego categóricamente», afirmó Stelios Petsas, portavoz del Gobierno de Atenas.

Sin embargo, para demostrar que quien miente es el Ejecutivo heleno, el de Ankara se pasó la mañana mandando vídeos a la prensa en los que se veían los ataques contra refugiados. 

Contrainformación

Grecia contrarrestó esta información publicando vídeos en los que se ve a policías turcos disparando también botes de gases lacrimógenos. Lo hacían hacia los policías griegos. Al final, quien sufre todo esto es quien está atrapado en los enfrentamientos; miles de personas que se desplazaron hasta aquí tras el anuncio del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de que abría las fronteras para que pudieran pasar a Europa.

«Mi empleado me dijo que lo quería intentar. Quería cruzar hacia Grecia», explica Ozan, propietario de un restaurante de carretera cerca de Edirne. «Pero vi lo que nos hacían a los que intentábamos cruzar. La violencia de todo ello. Así que desistí», dice el trabajador, que lleva varios años en Turquía pero es nativo de Afganistán.

Baile de cifras

El Ministerio del Interior de Turquía aseguró que un total de 135.844 migrantes han abandonado el país hacia Grecia desde que el pasado viernes el Gobierno de Erdogan anunciara que ya no podía ni intentaría evitar que cruzaran hacia la UE. La cifra resulta exagerada si se contrasta con la que da Grecia, que contabiliza en unas 24.000 las personas que han tratado de entrar sin éxito en su territorio. Los detenidos se elevan a 183. 

En las islas griegas, donde también se han multiplicado las llegadas, la situación sigue muy tensa. Las autoridades griegas trasladaron hoy al puerto de Mitilene, capital de Lesbos, a unos 500 inmigrantes, en su mayoría llegados en botes de goma el sábado y domingo. Todos serán alojados de momento en un barco militar. Nadie sabe, salvo quizá el Gobierno de Atenas, qué pasará exactamente con estas personas. Si serán trasladadas al continente, devueltas a Turquía o a sus países de origen, o alojados de manera indefinida en el mar a bordo del buque.

Ninguno de ellos tuvo la alternativa de presentar su solicitud de asilo, un derecho que Grecia ha suspendido durante un mes. Algunas oenegés intentaron contactar con ellos para que pudiesen dar su autorización a presentar una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Las autoridades griegas siguen defendiendo su decisión. «Grecia siempre ha sido una fuerte defensora de las leyes internacionales», explicaba ayer a este diario Thanos Dokos, consejero de Seguridad del primer ministro, Kyriacos Mitzotakis.

Toque de la UE

«Sin embargo, en estas circunstancias muy difíciles estamos intentando evitar el colapso del sistema griego de acogida para los migrantes y refugiados. Si esto ocurriera, todos los migrantes, incluso los que están todavía en el país, se verían afectados», explicaba Dokos. Esta decisión «será levantada tan pronto como sea posible, en cuanto se estabilice la situación en la frontera grecoturca». 

La UE, por medio de la comisaria europea de Asuntos Interiores, Ylva Johansson, admitió que Grecia se enfrenta a «una situación excepcional», pero recordó que la  «protección fronteriza» de la UE debe hacerse «con pleno respeto de los derechos fundamentales».  Las circunstancias que afronta Grecia «no tienen precedentes», recordó  también el comisario para la promoción del Modo de Vida europeo, Margaritis Schinas.