TERCERAS ELECCIONES

Netanyahu se queda a las puertas de la mayoría absoluta en Israel

El Likud y sus aliados suman 59 de los 61 escaños necesarios en el Parlamento para formar gobierno

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Ana Alba

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El primer ministro israelí en funciones, Binyamin Netanyahu, se fue a dormir bien entrada la madrugada de este martes anunciando que su partido, el Likud, líder de la derecha israelí, había conseguido "una victoria gigante" en las terceras elecciones legislativas que ha celebrado el país en once meses, y que podía contar con el apoyo de 60 de los 61 diputados necesarios en la Kneset (Parlamento israelí) para formar gobierno.

Pero con el 92% de los votos escrutados, el Likud conseguiría el apoyo de 59 diputados y se quedaría a dos de los necesarios. El partido de Netanyahu se mantiene a la cabeza, aunque con 35 escaños, en lugar de los 37 que le otorgaban ayer las proyecciones.

Su rival, la coalición de centroderecha Azul y Blanco, encabezada por el exjefe del Estado Mayor Benny Gantz, tendría 32 asientos en una Kneset de 120.

Reunión de Netanyahu con líderes que le apoyan

El bloque de fuerzas de ultraderecha, nacional-religiosas y religiosas ultraortodoxas tiene mucho más al alcance los 61 diputados que los blanquiazules. Las formaciones citadas han prometido su apoyo a Netanyahu y ya se han reunido con él.

Si el recuento de votos mantiene las cifras actuales, los ultraortodoxos de Shas y Judaísmo Unido de la Torá conseguirían 10 y 7 escaños respectivamente y la formación Derecha obtendría 6.

Los árabes, tercera fuerza en la Kneset

La tercera fuerza en el Parlamento será la Lista Conjunta, integrada por partidos mayoritariamente árabes, a la que el recuento da 16 asientos, su mejor resultado desde que se constituyó.

Pero Gantz no va a gobernar con el apoyo árabe, o al menos eso dijo. Tampoco todos los integrantes de la Lista Conjunta quieren respaldarlo, sobre todo si no cambia sus políticas respecto a los palestinos.

Siete escaños para Lieberman

Según el escrutinio, el ultraderechista laico Israel Nuestro Hogar tiene 7 escaños. Su líder, Avigdor Lieberman, dejó claro que no serán para Netanyahu si lo apoyan los religiosos, ni para Gantz si lo respaldan los árabes. No obstante, podría pactar en cualquier sentido.

Los que apoyan a Azul y Blanco son tres pequeños partidos de centro-izquierda que concurrían a las elecciones -tras las del 9 de abril y el 17 de septiembre- como Laboristas-Gesher-Meretz. Según el escrutinio, tendrían 7 escaños.

Falta sumar el voto de los afectados por la cuarentena del coronavirus (4.000 de 5.600 electores), el de los soldados, los presos y los residentes en el extranjero, hecho que podría modificarlo todo. Ahora sí viene de un escaño.

El Likud mueve hilos

El Likud ya ha empezado a mover los hilos para convencer a algún opositor de que lo apoye. Una diputada de Azul y Blanco ha denunciado chantaje para obligarla a respaldar al Likud.

Hay varias opciones abiertas. Ni tan solo puede descartarse la formación de un gobierno de unidad nacional entre el Likud y Azul y Blanco. Aunque parece complicado porque los de Gantz no quieren ser socios de un primer ministro imputado por fraude, cohecho y abuso de poder en tres casos de corrupción. El juicio a Netanyahu, el primer jefe de gobierno imputado en Israel en el ejercicio de su cargo, empieza el 17 de marzo. 

El embrollo judicial de 'Bibi' no altera el voto

El embrollo judicial no parece haber alterado el voto de una buena parte de los ciudadanos, que aún ven a 'Bibi' como el hombre fuerte que puede sacar a Israel de todos los apuros y ejecutar la política ultraderechista que aprueban.

Hace unos días, Netanyahu prometió que si lo reelegían, la anexión de partes de Cisjordania a Israel, algo ilegal según la ley internacional, sería "cuestión de semanas".

"La mayoría del electorado ha emitido un voto abrumador de desconfianza respecto al poder judicial", opina Amnon Lord, columnista del diario más leído en Israel, el gratuito de derechas 'Israel Hayom'. 

"El público ni siquiera ve las acusaciones como delitos y considera que palabras como soborno y abuso de poder están poco respaldadas por los hechos. Si los delitos molestaran al público, Netanyahu se habría ido hace mucho tiempo", asegura Lord.

Gobierno de unidad centrista

Por su parte, Ben Caspit, del diario de derechas 'Maariv', cree que el único camino lógico para Netanyahu es formar un gobierno de unidad centrista con Azul y Blanco que implique un acuerdo para alternarse en el cargo de primer ministro.

Según Caspit, esta situación le proporcionaría "otro año en el poder (a Netanyahu), en el que podría negociar un acuerdo con la justicia desde una posición de fuerza”. “Esta es la única solución lógica a la situación actual. Unas cuartas elecciones serían desastrosas”, sentenció Caspit.