EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN

La ira de Lesbos

Ciudadanos de la isla griega protagonizan actos de violencia contra los inmigrantes y activistas de las ONG por la desesperada situación en los campos de refugiados y el temor de la nueva llegada de más inmigrantes

Inmigrantes recién llegados a la isla de Lesbos.

Inmigrantes recién llegados a la isla de Lesbos. / periodico

Irene Savio

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La rabia nunca vista en Lesbos. La célebre isla griega, antaño símbolo de solidaridad y acogida, ha estallado este lunes en episodios de violencia social e ira ciudadana tras el chantaje del pasado viernes del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de no bloquear las salidas de migrantes desde Turquía. Por segundo día consecutivo, las protestas se suceden en una Lesbos colapsada y sin medios para hacer frente a las llegadas.

A media tarde, turbas de civiles vestidos de negro y montados en motos impedían el acceso por las rutas secundarias al campamento de refugiados de Moria. Ya caído el sol, los caminos cercanos se llenaron de migrantes plantados en la ruta o que marchaban en dirección de Mitilini. De fondo se oían gritos y sirenas de ambulancias después de que un grupo de radicales se concentrara en el centro de la capital de Lesbos para manifestar su oposición a que en la isla se alberguen más migrantes.

El resultado fue también miedo y desazón entre muchos activistas y voluntarios que ayudan a los migrantes, algunos de los cuales no salieron de sus hoteles y se están planteando abandonar la isla tras la escalada de tensión. Una situación trágica que se sumó a la tragedia del fallecimiento de un niño frente a la costa de Lesbos. El pequeño fue declarado muerto tras haber sido trasladado al hospital de la ciudad, según informó la prensa local.

Maniobras con fuego real

Aparcada la calma, el Mando Supremo Militar para el Interior y las Islas de las Fuerzas Armadas de Grecia (ASDEN) también anunciaron maniobras militares inmediatas y con fuego real en el Egeo oriental, a poca distancia de las costas de Turquía, una acción cuyas consecuencias son imprevisibles. "Desde el 2 de marzo del 2020 y en las próximas 24 horas habrá disparos con munición real de armamento ligero y pesado con trayectorias rectas en las regiones marítimas al este de las islas del Egeo oriental, desde la isla de Samotracia a Kastelórizo”, informó el ASDEN en un comunicado recogido por la agencia de noticias oficial griega, AMNA. Al anuncio le siguió el ruido de cazas y helicópteros sobrevolando la isla. 

Este cóctel potencialmente explosivo elevó aún más la sensación de inseguridad en una isla que también vive del turismo. “Las protestas empezaron el domingo y es probable que en los próximos días la situación se haga todavía más tensa”, explicaba una nerviosa trabajadora de una compañía internacional de alquiler de coches. “Esta isla se ha vuelto un campo de concentración para migrantes. Esto es inasumible. Estamos agotados y Europa nos ha abandonado”, argumentaba en el mismo tono Gavriilis, un marinero jubilado. “Pero esta ira ha explotado porque Erdogan está usándonos como arma para presionar a la Unión Europea”, añadía, entristecido por la situación.

El viento ya había empezado a cambiar el domingo, cuando desconocidos incendiaron un centro de acogida para migrantes en la playa Skala Sykamineas, anteriormente gestionado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), según informó la prensa local. Este hecho y denuncias de activistas que afirmaron haber sido golpeados por grupos de radicales disparó la alerta de varias agencias internacionales y de las ONG, muchas de las cuales han recomendado a sus integrantes de mantenerse alejados de las grandes concentraciones.