Crisis política en Brasil

Bolsonaro convoca una marcha a favor del cierre del Congreso

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Abel Gilbert

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Brasil se encamina hacia una crisis política de impredecibles derivaciones desde el momento en que el presidente Jair Bolsonaro respaldó un acto convocado por los sectores más duros de la ultraderecha para reclamar el cierre del Congreso y del Supremo Tribunal Federal (STF).

La oposición e integrantes de la máxima autoridad judicial alertaron de los peligros que enfrentan las instituciones con la manifestación del 15 de marzo. El bolsonarismo más extremo llamó a ganar la calle después de que el ministro de Seguridad Institucional, el general Augusto Heleno, acusara al Parlamento de "chantaje" al Ejecutivo en las negociaciones del presupuesto 2020. El excapitán y actual jefe de Estado utilizó su cuenta en whatsapp para invitar a sumarse al acto organizado bajo la consigna Brasil es nuestro, no de los políticos de siempre

El diputado conservador Alberto Fraga confirmó que su amigo Bolsonaro se convirtió en difusor de la convocatoria: "Recibí un vídeo, él me lo envió". Al menos seis congresistas ya respaldaron la iniciativa: Carla Zambelli, Filipe Barros, Guiga Peixoto, Aline Sleutjes, Delegada Éder Mauro y la senadora Soraya Thronicke. 

Críticas a Bolsonaro

El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, recordó que "solo la democracia es capaz de absorber las diferencias de la sociedad sin violencia" y pidió que se respeten sus instituciones. El general de reserva Santos Cruz, exministro de la Secretaría de Gobierno de Bolsonaro, criticó la marcha y la calificó de irresponsable al usar imágenes del general Heleno y el vicepresidente general Hamilton Mourão. "Confundir al Ejército con algunos asuntos temporales de Gobierno, partidos políticos y personas es usar de mala fe, mentir, engañar a la población", aseguró. 

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva instó a los legisladores y a la sociedad brasileña a hacer frente a las "manifestaciones contra la democracia, la Constitución y las instituciones en otro gesto autoritario de quienes atacan la libertad y los derechos todos los días". Lula subrayó a través de twitter que "Bolsonaro nunca coincidió con la democracia". Se trata de "un falso patriota" y un "falso moralista" que "entrega nuestra soberanía a Estados Unidos y condena a la gente a la pobreza".

Ciro Gomes, quien quedó en tercer lugar en las presidenciales de 2018, consideró que Bolsonaro "transformó a Brasil en un país de canallas". El dirigente socialdemócrata y exgobernador del estado de Ceará estimó que el avance de la ultraderecha obedece a la "impotencia de los poderes constituidos para hacer que la Constitución Federal sea respetada".

Advertencia

"Bolsonaro no está a la altura del cargo si apoya la acción contra el Congreso", dijo Celso de Mello, uno de los ministros del STF. Advirtió que si el presidente continúa por esa senda puede "incurrir en un delito de responsabilidad, transgredir la supremacía político-legal de la Constitución y las leyes de la República". Esos cargos, recordó, pueden derivar en el juicio político y la pérdida del cargo.

El presidente del STF, José Antonio Dias Toffoli, recordó por su parte que "no hay democracia sin un Parlamento activo, un poder judicial independiente y un Ejecutivo ya legitimado por el voto". A su criterio, Brasil "no puede vivir con un clima de disputa permanente". 

Golpe de extrema derecha

"El presidente encendió fuego a la ebullición de movimientos extremistas que planean manifestarse el 15 de marzo", denunció en su editorial el diartio paulista Folha. Sostuvo que "la escoria del bolsonarismo difunde mensajes de ataque e insulto al Congreso Nacional y de exaltación a los oficiales militares, un llamamiento a su intervención. Este es un golpe de extrema derecha, francamente una minoría en el país".

De acuerdo con Folha "tal vez solo el miedo a la destitución puede detener la peligrosa aventura de Bolsonaro". La publicación se preguntó si con la marcha de mediados del próximo mes no se busca "desviar la atención pública de cuestiones espinosas", como la proximidad del clan Bolsonaro con milicianos (parapoliciales) de Río de Janeiro bajo sospecha de tener relación con el asesinato de la concejal Marielle Franco, en 2018.