La crisis económica argentina

El FMI reconoce que la deuda externa de Argentina no es sostenible y recomienda una quita

Un grupo de personas pasan junto a un cartel que pide al Gobierno argentino no pagar la deuda al FMI, en Buenos Aires.

Un grupo de personas pasan junto a un cartel que pide al Gobierno argentino no pagar la deuda al FMI, en Buenos Aires. / periodico

Abel Gilbert

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Cristina Fernández de Kirchner cumplió 67 años este miércoles y pareció recibir a modo de regalo un reconocimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo admitió que la deuda externa argentina, que se incrementó en 100.000 millones de dólares durante los últimos cuatro años, "no es sostenible". La misión que visitó este país en las últimas horas detectó que "la capacidad de enfrentar el nivel y el servicio de la deuda pública se deterioró significativamente" en comparación con el 2019.  Por eso, para el FMI, "se necesitaría" de una reestructuración del enorme pasivo sobre la base de "una contribución apreciable de los acreedores privados". Lo que sugiere el Fondo es una importante quita de capital e incluso intereses para ayudar a un país que, según han insistido a coro el propio presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta, no está en condiciones de afrontar los vencimientos de la deuda por unos 58.000 millones de dólares en el 2020 ni afrontar los pagos por 29.000 millones de la misma moneda en el 2021.

La misión estudió por varios días las cuentas públicas en una Buenos Aires pauperizada. Dijo haber tenido "reuniones muy productivas" con sus anfitriones. Tras esos encuentros aceptó que Argentina no puede alcanzar un superávit primario que le permitiera pagar lo que debe. La crisis se lo impide. De acuerdo con cifras oficiales, la deuda pública argentina pasó de representar el 52,6% del PIB en el 2015 al 91,6% del PIB en el tercer trimestre del 2019. Esto representa un crecimiento del 74%. El documento que el FMI emitió en este país antes de que partiera su comitiva ha sido entendido por los especialistas como un gesto de Kristalina Georgieva, la nueva directora del organismo, hacia las autoridades peronistas que asumieron el 10 de diciembre pasado.

Pero el Gobierno considera que es un gesto a medias porque el FMI ha vuelto a subrayar en la capital argentina que no acepta quitas de los préstamos que hizo a la Administración de derechas pasada por 44.000 millones de dólares. Se trata de un tema que divide aguas. La semana pasada, el portavoz del organismo, Gerry Rice, negó que "el Fondo haya violado alguna norma" con el crédito que recibió en el 2018 el Gobierno de Mauricio Macri. Fernández de Kircher le respondió en su cuenta de Twitter con el texto del Artículo VI del Convenio Constitutivo del FMI en el que se señala que "ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital". El jefe de Estado fue incluso más elocuente. "Así como el Fondo ha faltado a las obligaciones que tenía cuando le prestaba dinero a un tomador compulsivo de créditos, que no podía pagar de ningún modo y todos sabían que era para financiar la fuga de divisas y controlar el tipo de cambio, ahora podría reflexionar y tener en cuenta esto otro, la posibilidad de una quita". La salida de dólares del circuito financiero formal llegó a los 79.480 millones de dólares entre el 2015 y el 2019.

Suspensión de pagos

La misión del FMI se abstuvo de formular una autocrítica relacionada con los efectos económicos y sociales que tuvo el severo programa de ajuste aplicado por Macri a cambio de los 44.000 millones de dólares. El documento se conoce en medio de rumores frecuentes en los mercados sobre la posibilidad de que Argentina decida una suspensión de pagos de su deuda privada si no llega a buen puerto una negociación con los acreedores en las próximas y cruciales semanas. Buena parte de la suerte política de Fernández depende de una salida airosa de ese atolladero.

En este contexto, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se encontrará este fin de semana con Georgieva en Riad, Arabia Saudí, en el marco de una reunión del G-20. También se verá allí con el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, y otros representantes del G-7. "El Gobierno no va a aceptar que la sociedad argentina quede rehén de los mercados financieros internacionales, ni va a favorecer la especulación por sobre el beneficio de la gente", ha señalado Guzmán en más de una oportunidad antes de subirse al avión.