Buttigieg sufre y Sanders aguanta en el debate previo a las primarias de New Hampshire

Los candidatos demócratas tratan de prevenir la fractura del partido tras las heridas de Iowa

Los candidatos demócratas, durante el debate antes de las primarias.

Los candidatos demócratas, durante el debate antes de las primarias. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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Tras el accidentado comienzo en Iowa de las primarias a la nominación demócrata, siete de los aspirantes a disputarle la presidencia a Donald Trump trataron de pasar página para centrarse en la nueva contienda del próximo martes en New Hampshire. En el debate más vivaz de los celebrados hasta ahora, todos se esforzaron por prevenir que el partido se canibalice a las primeras de cambio con llamamientos a la unidad y gestos de camaradería. Lo que no quitó que los vencedores en Iowa, Bernie Sanders y Pete Buttigieg, centraran los ataques de sus rivales, necesitados de oxígeno en la rica Nueva Inglaterra para no perder comba. No todos lo consiguieron. Elisabeth Warren estuvo inusualmente apagada y Joe Biden reconoció que no espera demasiado de la segunda cita de las primarias. 

“En Iowa me llevé un golpe y probablemente también me lo llevaré aquí”, dijo el vicepresidente poco después de abrirse el debate en Manchester, la principal ciudad de New Hampshire. Su campaña lo apuesta todo a Nevada y Carolina del Sur, estados donde por primera vez tendrán un peso decisivo los votantes hispanos y negros. Si no gana ninguno de los dos, muy probablemente tendrá que hacer las maletas porque ha visto a las primeras de cambio como Buttigeig, un hombre 40 años más joven que él y totalmente desconocido hasta hace cuatro días, pasaba a convertirse en la opción de los sectores moderados del partido. 

Biden, no obstante, estuvo más despierto y combativo que otras noches. Presentó a Sanders como un candidato vulnerable por el estigma que acarrea su etiqueta de socialista y al alcalde de South Bend como una apuesta incapaz de atraer a las minorías, que en estas primarias representarán cerca del 25% de los votos. También Amy Klobuchar, que compite por los mismos votantes que el lugarteniente de Barack Obama, jugó una carta parecida. Dijo que Sanders divide al país casi tanto como Trump y que Buttigieg es demasiado inexperto. 

Tras su quinto puesto en Iowa, la senadora sigue sin despuntar en las encuestas, pero volvió a tener una noche muy sólida. Fue probablemente la mejor. Y supo poner en evidencia al candidato revelación con su postureo durante el ‘impeachnment’. “Usted dijo que era agotador verlo y que le daban ganas de cambiar de canal para ver los dibujos”, le espetó a Buttigieg. “Ya tenemos a un advenedizo en la Casa Blanca y mire dónde nos ha llevado. Por eso creo que tener algo de experiencia es bueno”.

Buttigieg gana en los mítines. En los debates es todo estoicismo. Y le cayeron por tierra, mar y aire sin que supiera zafarse siempre de forma convincente. Frente a la consistencia a prueba de bombas de Sanders, que llevó defendiendo las mismas ideas durante 40 años sin claudicar nunca a los intereses del momento, su principal rival en este arranque cambia como el viento, ya sea en su postura respecto a la descriminalización de las drogas como al apoyo a un sistema de Sanidad pública, posturas de las que ahora parcialmente reniega. 

Ambos clamaron victoria en Iowa, donde Sanders ganó por unos miles de votos y Buttigieg se llevó un delegado más tras el recuento preliminar, susceptible todavía de ser revisado. La reválida llegará el martes. Las encuestas vaticinaban un paseo militar para el senador en New Hampshire, donde ya ganó por 22 puntos a Hillary Clinton en 2016, pero en los últimos días Buttigieg ha pasado a pisarle los talones. Habrá que ver si el debate tuvo algún impacto. 

Sanders estuvo sólido como una roca. Meses después de haber sufrido un ataque al corazón, ha relanzado su movimiento y vuelve a atronar contra inequidades del sistema estadounidense. “El modo en que unimos a la gente es acabando con esa desgracia internacional que hace de este país la única nación rica de la Tierra que no garantiza la sanidad para toda su población como un derecho humano”, dijo el candidato izquierdista de 78 años.