censura en Downing Street

Periodistas en las listas negras de Johnson

El primer ministro británico prohibe a los informadores de ciertos medios asistir a reuniones informativas del Gobierno

boris johnson

boris johnson / periodico

Begoña Arce

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“En 22 años, desde que soy periodista político, nunca he vivido un día como hoy”. Paul Waugh, del  'HuffPost UK',  acababa el lunes de ser vetado en  una reunión informativa gubernamental. La misma suerte corrieron otros colegas. “Fuentes de Nº 10  (la oficina del primer ministro) insisten en que jefes de política como yo “no estamos siendo prohibidos, simplemente no somos invitados”, denunció Waugh en un tuit.

El nuevo encontronazo de Boris Johnson y la prensa se produjo cuando Lee Cain, el director de comunicaciones del primer ministro, intentó excluir de la conferencia a Waugh y a reporteros del 'Independent', el 'Daily Mirror', 'PoliticsHome' y otros medios. Cuando los periodistas se hallaban esperando en el hall de la residencia de Downing Street, pasaron lista y se les dividió en dos. “Me sentí terriblemente mal cuando me apartaron a un lado de la sala, mientras leían los nombres uno por uno de los colegas que formaban el grupo considerado ‘aceptable’ por Nº 10. Siniestro y triste”, escribiría Pippa Crear, del 'Daily Mirror'. Los excluidos fueron ‘invitados’ por miembros de la seguridad a marcharse. En solidaridad, lo hicieron todos los presentes, boicoteando la cita.

Johnson, que trabajó varios años como periodista en Bruselas, está utilizando de manera alarmante el estilo Donald Trump para librarse de la prensa molesta, aunque como apunta Jon Sopel, el corresponsal de la BBC en Washington, allí  “habían pasado seis meses de administración Trump, antes de que algo así ocurriera. Las cosas parecen moverse rápido en Londres”. El británico es el primer jefe de Gobierno que está censurando informadores y medios. Jane Merrick trabajó durante cuatro años durante la era de Tony Blair en el 'Daily Mail', el diario más virulentamente conservador y populista. “Su equipo nos detestaba, puedo decir que justificadamente”, recuerda, “y sin embargo nunca nos prohibieron estar en ninguna reunión de funcionarios de su gobierno, jamás”, incluso cuando Merrick le preguntó a Blair en directo en televisión por el número de soldados muertos en Irak.

Expulsión inmediata

Los responsables de comunicaciones de Johnson han prohibido a sus ministros participar en el matinal de radio 'Today' de la BBC y en 'Good Morning Britain' de la cadena de televisión ITV. La cadena Channel 4 está en la lista negra. Los miembros del equipo tienen ordenes de no almorzar con la prensa y en 'The Guardian' se sugiere que Dominic Cummings, el todopoderoso consejero de Johnson, tiene  una ‘red de espías’ para saber quién habla con periodistas, un ‘delito’ castigado con la expulsión inmediata.

El discurso de Johnson a la nación, el 31 de enero con motivo del ‘brexit’, fue otro ejemplo de la tensión creciente. Millones de británicos seguían los programas especiales en televisión y esperaban ver a las 10 de la noche la alocución del primer ministro, que nunca llegó. BBC y ITV decidieron no emitir el video, que Johnson colgó en la página oficial de Downing Street en las redes sociales. El mensaje de fabricación casera fue grabado por la gente de Downing Street pasando de los equipos profesionales de televisión encargados siempre de estos eventos. Otro indicio de su deseo de “puentear” a la prensa son las sesiones que Johnson ha empezado a realizar respondiendo directamente a las preguntas previamente seleccionadas del público. Un terreno abonado a toda clase de manipulaciones.