INICIO DE LAS PRIMARIAS EN EE UU

Caos en el recuento del caucus demócrata en Iowa

Los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, junto al magnate Tom Steyer (tras ellos), durante el debate.

Los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, junto al magnate Tom Steyer (tras ellos), durante el debate. / periodico

Ricardo Mir de Francia / Des Moines (Iowa)

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Confusión y perplejidad en Estados Unidos. Horas después de que debieran anunciarse los primeros resultados del caucus de Iowa, la cita que abre el largo proceso de primarias para escoger al candidato demócrata a la presidencia, esos resultados están todavía por llegar. Ni un solo voto escrutado ha sido anunciado. El Partido Demócrata de Iowa, encargado de la organización de los comicios, tuvo que salir al paso de la frenética rumorología que tomó cuerpo para afirmar que el retraso se debe a “inconsistencias” en el recuento. Y no parece que vaya a solucionarse pronto porque ya se ha informado a las campañas de que los resultados no se anunciarán hasta bien entrado el martes. El caos monumental ha dejado en el aire el desenlace de una jornada que marcará el paso de estas primarias y que transcurrió sin incidentes significativos.

El aparato demócrata negó que los problemas estén motivados por una posible incursión en sus sistemas informáticos o un fallo de la aplicación utilizada para contar los votos en los 1.700 colegios electorales del estado. “Además de los sistemas tecnológicos utilizados para tabular los resultados, estamos también utilizando fotografías y papeles para validar que todos los resultados coinciden”, dijo el partido en un comunicado. “Es simplemente un problema con el recuento. La aplicación no se cayó y tampoco se debe a un hackeo o una intrusión. Simplemente tardaremos algo más de tiempo en informar de los resultados”. Los cambios introducidos este mismo año en el sistema de los caucus, que obligan a hacer tres recuentos distintos en cada colegio electoral, habrían ayudado a complicar las cosas. 

El retraso en el escrutinio no impidió que los candidatos ofrecieran sus discursos, en gran medida para aprovechar la atención de los estadounidenses frente al televisor. Sin datos para cantar victoria o reconocer la derrota, todos hicieron una lectura optimista de la jornada electoral, diferente a la de otras citas electorales, porque la gran mayoría de los caucus comenzaron a las 19.00 horas de Iowa y en algunos casos se prolongaron durante más de dos horas. 

El único candidato que se atrevió a cantar victoria fue Pete Buttigieg, el alcalde de South Bend, una pequeña ciudad de Indiana, un estado del Medio Oeste. “No conocemos todos los resultados, pero ahora que todo se ha hecho y se ha dicho, sabemos que Iowa ha dejado en shock a la nación”, dijo el político centrista de 38 años. “Según todas las indicaciones, nos vamos a Nuevo Hampshire con la victoria”. De ser así, habría nacido una estrella. Un nuevo Barack Obama, solo que blanco, millenial y gay, porque Buttigieg está tratando de recoger el testigo del expresidente con un discurso que apela a la esperanza y tiende puentes entre las dos Américas.   

Una victoria de Buttigieg no sería del todo una sorpresa por lo visto sobre el terreno y lo anticipado por la última encuesta publicada antes del caucus, pero sí por el desconocimiento generalizado que el alcalde sigue generando a lo largo y ancho del país. El último sondeo lo situaba codo con codo con Bernie Sanders, el candidato socialdemócrata que ya estuvo a punto de conquistar la nominación hace cuatro años y que en esta campaña es el aspirante que más ha recaudado. “Tengo la sensación de que nos va a ir muy bien en Iowa”, dijo el senador de Vermont a sus seguidores. “Hoy marca el principio del fin para Trump, el presidente más peligroso en la historia moderna de EE UU. Su campaña publicó el recuento recogido por sus representantes en el 40% de los colegios de Iowa y las cifras lo situaban primero, seguido por Buttigieg y con Elisabeth Warren en tercera posición. 

Nadie debería descartar a la senadora por Massachusetts, que goza de un enorme tirón entre las mujeres y la América progresista más educada. Warren tiene un discurso muy parecido al de Sanders, pero derrocha más empatía, compasión y atención al detalle. A veces demasiada: tiene planes para todo. “Hoy estamos un paso más cerca de ganar la batalla por la América que imaginamos posible”, dijo la antigua profesora de escuela pública, desde la que dio el salto a Harvard, antes de convertirse en la arquitecta de la Agencia de Protección al Consumidor, creada para combatir los abusos financieros. “Los estadounidenses hacemos grandes cosas. Eso es lo que somos”, dijo Warren. "No nos conformamos, no retrocedemos, nos enfrentamos a los grandes problemas con grandes soluciones”.

Por lo visto estos días en Iowa, el gran perdedor podría ser Joe Biden, el hombre que partía como favorito cuando la carrera comenzó. En el colegio electoral de Des Moines, al que asistió este corresponsal, ni siquiera superó el corte del 15% de votos necesario para dar validez a su candidatura y competir por los delegados. Le votó casi exclusivamente gente muy mayor. “Este es solo el comienzo de la carrera por la nominación. Nos queda mucho camino por andar”, dijo el lugarteniente de Obama a su parroquia, como si predijera la debacle. Entre sus seguidores no cundía del todo el desánimo, pero sí se hacían lecturas realistas. “Si hoy nos hundimos y tampoco sacamos un buen resultado en Nuevo Hampshire, tendremos que ganar en Carolina del Sur. Si no lo hacemos, todo se habrá acabado”, decía a este diario David Adelman, lobista en Washington y consultor de campañas.  

El desastre con el recuento está llamado a poner en evidencia al Partido Demócrata y cuestionar todavía más el rol de Iowa como primer estado en las primarias de ambos partidos. La campaña de Trump y su entorno no tardó en aprovechar la oportunidad para lanzar teorías conspiratorias en las redes sobre los motivos que habrían provocado los fallos en el recuento.