CUENTA ATRÁS PARA EL 'BREXIT'

El nuevo estatuto de asentado genera inseguridad en los europeos que viven en el Reino Unido

La falta de un documento físico que acredite el permiso de residencia permanente es la principal queja, según un estudio académico

Tres hombres caminan por el centro financiero de Londres, este jueves.

Tres hombres caminan por el centro financiero de Londres, este jueves. / periodico

Begoña Arce

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El 'brexit', para los más de tres millones de ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido supone "inseguridad, desconfianza y la sensación de no ser bienvenido", afirma Tanja Bueltmann, profesora de Inmigración en la universidad inglesa de Northumbria. Esos son los términos más repetidos entre los participantes en el primer estudio académico sobre quienes deben regularizar su situación y presentar pruebas de años de actividad laboral, ingresos o viajes al extranjero. Todo eso para conseguir el llamado 'settled status' o estatuto de asentado. "El hecho de tener que solicitar a las autoridades el poder permanecer en el Reino Unido tras el 'brexit', ha provocado disgusto, angustia, y recelo. Hay muchas dudas sobre un sistema que nadie sabe a ciencia cierta cómo va a funcionar". 

Más de 3.000 residentes europeos han participado en la encuesta dirigida por Bueltmann, con gente de todas las edades, la mayor con más de 90 años. El trámite es, en principio, sencillo, pero no automático, ni es una simple inscripción. A un 33% de los solicitantes se le ha reclamado aportar pruebas adicionales y hay un 10% pendiente de resolución. En ese grupo abundan "mujeres, trabajadores autónomos, desempleados, pensionistas, estudiantes y todos los que están fuera del mercado laboral por razones médicas".

El estudio muestra que un 10%  ha decidido no hacer nada, con el peligro potencial de ser "deportado", como advirtió el secretario de Estado para la Seguridad, Brandon Lewis. Unos se niegan a solicitar el permiso por una cuestión de principios, asqueados con el procedimiento. Otros, en torno al 7%, cree erróneamente que no necesita hacerlo, algo que ve con relativa frecuencia María Llorente. Ella forma parte de la organización 3millon, en defensa de los europeos, y colabora en una oenegé que ayuda con las solicitudes a gente que lo necesita. "Algunos de los que llevan mucho tiempo aquí, 30, 40,50 años, creen que no tienen que pedir el permiso". Es algo que se da "en cierto sector de la comunidad española, que emigró hace décadas. Están casados con ciudadanos británicos, completamente integrados y creen que solo las personas de países que han entrado más recientemente en la Unión Europea, como los del Este, tienen esa obligación".

Peticiones de doble nacionalidad

Llorente es venezolana, hija de padres españoles y reside en el Reino Unido con un pasaporte español.  Ya consiguió el estatuto de asentada, pero ahora está pidiendo la nacionalidad británica. "Es la única maneara de sentirme segura. Me gustaría volver a España y aunque en teoría el estatuto de asentado es permanente, si estás más de cinco años fuera del Reino Unido lo puedes perder. No quiero que eso ocurra porque tengo un hijo británico", explica. La falta de un documento impreso, un carnet por ejemplo, acreditando el derecho a la residencia, es la mayor queja (90%) entre los encuestados. El casero, el empresario, el trabajador en el servicio sanitario o un empleado de la Administración tendrán que verificar el estatus en una página web, poner el número de pasaporte y recibir un código para comprobar la aprobación. Eso está llevando a que, como Llorente, muchos europeos estén pidiendo la doble nacionalidad. Tener el pasaporte británico no implica renunciar al español, pero la tramitar la naturalización cuesta unos 2.000 euros.

Matías, de 55 años y con más 30 en Londres, donde trabaja en una entidad financiera, ya tiene el pasaporte británico. Lo pidió "para dejar todas las opciones abiertas", pensando en una jubilación no muy lejana. "Me siento más protegido". Su amiga Rosa, de la misma edad, bien conocida en el mundillo de la música y el cine, harta con la nueva situación, ha optado por liquidar bienes y enseres y mudarse definitivamente a la casa que ha adquirido en la costa del Levante español.