recuerdos del horror

La memoria viva de Auschwitz

Con ocasión del 75 aniversario de la liberación del campo de concentración nazi situado en la actual Polonia, la agencia de noticias francesa APF ha recopilado el testimonio de varios sobrevivientes del genocidio nazi que residen en Israel

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El Periódico

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Con ocasión del 75º aniversario de la liberación del campo de extermino nazi de Auschwitz, donde fueron asesinados más de un millón de judíos, la agencia de noticias francesa AFP ha localizado a algunos de los últimos supervivientes de la 'shoah' (Holocausto) que actualmente residen en Israel. Nacidos todos ellos en Europa, los supervivientes llegaron al Estado hebreo después de la segunda guerra mundial tras haber pasado parte de su infancia o adolescencia en los campos de la muerte y haber perdido a parte o a toda la familia y haber luchado por mantener su humanidad. Los actos en recuerdo y homenaje a las víctimas, más de 6 millones de judíos, se celebrarán el próximo 23 de enero en Jerusalén en presencia de los presidentes de Francia, Emmanuele Macron, y de Rusia, Vladímir Putin, y el 27 del mismo mes en Polonia, donde se encuentra el que fuera el campo de exterminio de Auschwitz.

Estos son los testimonios de algunos de los supervivientes del Holocausto nazi.

SZMUL ICEK

Nacido el 20 de septiembre de 1927 en Polonia

Número de prisionero: 117568

De 92 años, Szmul apenas puede expresarse por las secuelas que le dejó un accidente de coche. Así que necesita la ayuda de su mujer, Sonia, para reconstruir un pasado doloroso que le persigue día y noche. “No sé cómo explicar lo que pasó”, confiesa el anciano, con los ojos nublados y su mirada perdida en los recuerdos. De la pared del salón de su casa en Jerusalén cuelgan dos fotografías en blanco y negro. En una aparecen sus padres, Abraham y Gucia, y en la otra sus dos hermanas mayores, todos víctimas del genocidio nazi.

A sus hermanas las vio por última vez en 1942, cuando decidieron presentarse ante la Gestapo en un intento por salvar la vida de su familia. “Se fueron y desde entonces nunca más las volvieron a ver”, explica Sonia. Un mes después, los alemanes irrumpieron en la casa de los Icek y se llevaron al resto de la familia al campo de concentración. “Cuando llegaron en tren a Auschwitz”, cuenta Sonia, “Szmul iba cogido de la mano de su padre, como si fuera un niño pequeño. Un soldado los separó y obligó al padre a subir en un camión”. A su madre la vio de lejos y su padre murió en la cámara de gas.

Icek no ha querido regresar a Auschwitz, donde pasó dos años y medio, ni leer nada sobre ello. Cuando recuerda a sus padres y hermanas no puede contener las lágrimas y a pesar del cariño y afecto que le han mostrado a lo largo de los años su mujer, su hija y nietos, nunca ha logrado curar del todo sus heridas. Antes de instalarse definitivamente en Israel hace algunos años, este judío belga de origen polaco ocultaba el número que tiene tatuado en su brazo, marca de su paso por el campo de concentración. Desde que reside en el Estado hebreo lo muestra con orgullo. 

"Era como si le diera vergüenza enseñarlo. Yo le dije: 'Estuviste en el campo de concentración y debes de alegrarte de haber vuelto con vida'", dice Sonia, que durante la guerra tuvo que esconderse para evitar ser confinada en un campo de exterminio. 

MEHAHEN HABERMAN

Nacido en Checoslovaquia en 1927

Número de prisionero: A 10011

Mehahem fue el único de su familia -eran ocho hermanos- que salió con vida de los campos de la muerte. A pesar de su edad, 92 años, mantiene viva su memoria. Recuerda que cuando llegó a Auschwitz, de adolescente, fue apartado de la familia y fue llevado a un canal lleno de agua. Ahí le dieron una pala.

“Teníamos que tirar cenizas al agua. En ese momento no sabía lo que estaba haciendo", explica. "Cuando regresé al campo se lo pregunté a un anciano que a su vez me preguntó qué día habíamos llegado al campo. Yo le dije: ‘Ayer’. Entonces me dijo: ‘Cuatro horas después de llegar, toda tu familia fue hecha cenizas y echada al canal’. Entonces comprendí dónde estaba”.

Mehahem vive ahora en una residencia de ancianos en Jerusalén. Sobrevivió al gueto, a diferentes campos de trabajo anexos a Auschwitz y después a la Marcha de la Muerte. Poco antes de la liberación, los nazis obligaron a los prisioneros a caminar en pleno invierno y sin comida desde los campos de concentración hasta Alemania o Austria. Mehahem logró superar también la tuberculosis que contrajo justo antes de ser liberado del campo de Buchenwald. Después de la guerra encontró con vida a su padre.

“Yo me dije: No quiero morir aquí. No quiero que mis cenizas fluyan por este canal hasta el río”, dice. “Ahí había un tipo que me dijo: ‘El que no tiene la fuerza para trabajar acabará en la chimenea’. Me quedé con esta frase en la mente”. Mehahem señala que cada día, sobre todo por las noches, recuerda esos días. No se pueden olvidar”, añade.

Su principal orgullo ahora son sus hijos y nietos, sobre todo los que han servido en el Ejército israelí y que a sus ojos simbolizan “la victoria” contra los nazis. Su victoria personal pero también la del pueblo judío, a pesar de los millones de muertos durante la 'Shoah'.  "Conocí a mucha gente que eran mejores personas que yo. ¿Por qué están ellos muertos y no yo?"

MALKA ZAKEN

Nacida en Grecia en 1928

Número de prisionera: 79679

Malka tenía 12 años cuando llegó al campo de exterminio. Llegó con una muñeca entre sus brazos y enseguida la separaron de su madre. Uno de sus trabajos consistió en doblar la ropa de las personas que morían en las cámaras de gas. Ahora vive en un pequeño apartamento en Tel-Aviv, acompañada de su colección de muñecas, algunas guardadas en cajas. “Cuando era pequeña, mi madre me compraba muchas muñecas, pero los nazis quemaron a mi madre”, dice. “Cuando estoy con mis muñecas me acuerdo de ella, es como cuando yo era pequeña en mi casa”. En ocasiones les habla. "No te preocupes, Sean, no es un alemán, no va a detenerme", dice refiriéndose al periodista.

“En Auschwitz nos golpeaban todo el rato, estábamos desnudas y nos golpeaban”, afirma. “Me acuerdo de todo, no lo olvidaré jamás. No olvidaré nunca cuánto sufrimos. ¡Qué infierno! No sé cómo pude sobrevivir”, dice. Habla del miedo que tenía de acabar en la cámara de gas y del hambre atroz que sufrían.

Al Holocausto sobrevivieron dos de sus hermanas -eran siete hermanos en la familia- pero ya murieron. “Después de la liberación, no podía dormir, me despertaba las noches gritando, tenía miedo y durante mucho tiempo estuve bajo tratamiento”.

SAUL OREN

Nacido en 1929 en Polonia

Número de prisionero: 125421

Para Saul “transmitir” lo que sucedió en los campos de exterminio es una misión a cumplir. Hombre religioso, de pequeño vivía en un pueblo cerca de Oswiecim (Auschwitz) en el seno de una familia ortodoxa, una infancia que se vio truncada por la invasión alemana de Polonia en 1939. Estuvo en un campo de concentración nazi hasta que acabó la guerra en 1945.

Saul fue uno de los seleccionados por un médico nazi como cobaya para experimentos médicos. Tiene lo vivido en Auschwitz escrito en un libro de memorias. Ahora recuerda el “hambre atroz” que pasaban los prisioneros. "No puede imaginarse el hambre que pasábamos. Nos daban, por ejemplo, para todo el día una sopa que era agua con trocitos pequeños de patatas que flotaban o un trozo pequeño de pan que intentábamos no acabarlo para tener algo que llevarnos a la boca después", recuerda.

También explica su experiencia en la Marcha de la Muerte. “Caminamos 12 días seguidos, prácticamente sin comer. Nos paramos en un bosque donde había un caballo muerto. Todos nos precipitamos sobre el caballo. Cada uno cogimos un trozo del animal”, recuerda.

Tras ser liberado del campo, encontró a su hermano Moché, otro superviviente, y los dos se trasladaron a vivir a Israel.

DANNY CHANOCH

Nacido en Lituania en 1933

Número de prisionero: B2628

Danny Chanoch es el protagonista del documental del 2008 'Pizza at Auschwitz', el relato de un viaje que hizo con sus hijos a Polonia  para mostrarles la tragedia que vivió en el campo de concentración. Danny evoca las matanzas y la barbarie de los nazis. "Auschwitz sigue viviendo aquí en mi casa”.

De su larga y trágica experiencia recuerda ahora “haber caminado durante días y días bajo el frío helado y raspar el suelo con la esperanza de alcanzar la hierba congelada en la nieve para comer". Sigue traumatizado por escenas terribles, como la de supervivientes que comieron, dice, la carne de prisioneros asesinados por los alemanes. "La gente ya no podía soportar el hambre, así que tomaron carne humana y la cocinaron. Sabíamos que era una de las líneas rojas, como no robar el pan de los camaradas ", dice Chanoch, quien también pasó por los campos de Mauthausen y Gunskirchen, en Austria, de donde fue liberado.

"En ocasiones me pregunto: ¿Cómo habría hecho para vivir sin Auschwitz? Esta experiencia me ha permitido no olvidar lo esencial, de hacer aquello que he querido hacer. Me llevaron ahí, es una parte de mi vida".

SHMOUEL BLUMENFELD

Nacido en Polonia en 1925

Número de prisionero: 108 006

De 94 años. Shmouel guarda consigo un saco amarillo con tierra de todos los lugares donde sus familiares fueron asesinados por los nazis. Es un superviviente de Auschwitz y de la Marcha de la Muerte. El recuerdo de Shmouel está intacto: recuerda cada gueto, cada campamento, cada compañero. Desde la terraza de su apartamento en Bat Yam, un suburbio de Tel-Aviv, se puede ver el Mediterráneo, pero en el interior hay docenas de fotos, periódicos y documentos que se acumulan en las paredes y las mesas.

Una de las peculiaridades de Shmouel es que fue uno de los carceleros del criminal nazi Adolf Eichmann, coronel de las SS, uno de los responsables del traslado de judíos a los campos de exterminio que fue "cazado" en Argentina y juzgado y sentenciado a muerte en Jerusalén en 1962. Shmouel tuvo la oportunidad de tener en frente al criminal nazi y mostrarle su número tatuado en el brazo. "Tus hombres no han terminado el trabajo, estoy vivo", le dijo. “En una ocasión Eichmann se quejó gritando de que había mucho ruido y que no podía dormir. Yo le dije: ‘No estás en el despacho de Adolf Eichmann en Budapest, tu estás ahora en la oficina de Schmouel Blumenfeld”.

Schmouel suele viajar a Polonia con los grupos de estudiantes israelís que visitan Auschwitz.

BATCHEVA DAGAN

Nacida en 1925 en Lodz, Polonia

Número de prisionera: 45554

Llena de energía a sus 94 años, Batcheva será una de las supervivientes de Auschwitz invitada a la ceremonia oficial en Polonia el 27 de enero. Educadora y psicóloga, Batcheva ha publicado seis libros sobre la 'Shoah', cinco de los cuales destinados a los niños. “Yo sobreviví para explicar al mundo lo que pasó”, dice.

Durante el tiempo que Batcheva estuvo en el campo de exterminio estuvo en el almacén donde se amontonaban los zapatos y los objetos robados a los prisioneros. También tuvo que quemar las maletas de los judíos que llegaban al campamento. "Estuve allí 20 meses, 600 días y noches", repite. "Calculé las horas y los segundos, con el miedo de morir en cualquier momento ¡Tiene una idea de lo que significa vivir cada momento con la amenaza de que puede ser el último!"

"Lo que intento es convertir mi experiencia en algo positivo para los niños, que sea educativo. No solo cuento el horror de la 'Shoah', sino también cosas maravillosas, como la solidaridad entre los prisioneros, el apoyo mutuo, la capacidad de compartir un pedazo de pan, la amistad. Seguimos siendo seres humanos ", afirma. "Estoy viva ... ¡Sufrí pero gané!"

AVRAHAN GERSHON BINET

Nacido el 15 de enero de 1938

Número de prisionero: 14005

Avraham era un niño de seis años cuando llegó a Auschwitz, pero afirma que recuerda muy bien ese lugar que describe como el "infierno". Asegura que cuando estuvo allí nunca lloró porque temía que si lloraba lo matarían. "Todos los días asesinaban a niños por nada", dice en el piso donde reside en Bnei Brak, un suburbio de Tel-Aviv. Actualmente, dedica su vida al estudio del Talmud, que lee todas las mañanas durante varias horas.

Lo hace porque no lo pudo hacer cuando era joven, como le hubiera gustado a sus padres que hiciera. Además de él, también sobrevivieron al genocidio nazi su hermano y su hermana.

DOV LANDAU

Nacido el 10 de agosto de 1928 en Hungría

Número de prisionero: 161400

Dov ha viajado a Auschwitz más de 100 veces para explicar sobre el terreno su trágica experiencia a gente que visita el lugar, sobre todo a grupos de estudiantes. Participó también en la Marcha de la Muerte, donde vio morir a la mitad de sus compañeros. Totavía conserva en su casa de Tel-Aviv  los pantalones que utilizaba en el campo de concentración de Buchenwald, del que fue liberado en 1945. 

Hoy recuerda con voz potente, que la utiliza para cantar oraciones en la sinagoga que hay cerca de su casa, los horrores que le tocó vivir. "Mi padre me dijo: 'Nos separamos, nunca nos volveremos a ver'. Se puso la mano en la cabeza y agregó: 'Sobrevivirás a este infierno y solo te pido uno cosa: ¡mantente judío!'", dice en su pequeño apartamento que parece un museo del Holocausto con fotos y numerosos documentos de archivo.

HELENA HIRSCH

Nacida el 23 de mayo de 1928 en Rumanía

Número de prisionero: A 20982

Helena, que se mueve lentamente con un andador pero que mantiene su mente bien despierta, se define a sí misma como una "heroína". "Si estoy viva es porque soy una heroína". De origen rumano, explica con gran detalle cómo logró sobrevivir al gueto,  a los campos de trabajo y a Auschwitz, adonde fue deportada en 1944.

Logró salvarse de la cámara de gas cuando sus camaradas fueron enviadas al horror porque se encondió en las letrinas. Dice que consiguió salvar su vida en varias ocasiones por una suerte que no sabe explicar. A punto de cumplir los 92 años, reside en Bnei Brak, un suburbio de Tel-Aviv, en un apartamento situado en la cuarta planta de un modesto edificio que no tiene ascensor. Su estado de salud le impide salir del piso, pero cuando vienen a visitarla no deja de explicar su historia, la de su lucha contra la muerte y su "victoria" contra los nazis. Helena es la única superviviente de su familia del Holocausto.

SHMOUEL BOGLER

Nacido en 1929 en Hungría

El más pequeño de diez hermanos, Shmouel fue deportado con gran parte de su familia a Auschwitz y logró escapar a la muerte en un campo de trabajo al que fue enviado junto a uno de sus hermanos. Sobreviviente de la Marcha de la Muerte, igual que su hermano, intentó emigrar al Mandato de Palestina en mayo de 1947. Fue detenido por los británicos y unos meses más tarde fue liberado, pero cayó prisionero de la Legión árabe jordana en 1948 mientras combatía en defensa de las localidades judías en Gush Etzion, al sur de Jerusalén. "Me preguntaba si iba a pasar toda mi vida como un prisionero", recuerda ahora.

Luego se convirtió en policía y en comandante adjunto de la región sur de la policía israelí. Shmouel es un testimonio infatigable de la 'Shoah', sobre todo desde que se jubiló y publicó sus memorias.