La revista satírica

"Charlie Hebdo sigue vivo"

Cinco años después del atentado yihadista que diezmó su redacción, la revista satírica denuncia las nuevas caras de la censura que minan la libertad de expresión

Flores y velas ante la antigua redacción de Charlie Hebdo en el quinto aniversario de la matanza.

Flores y velas ante la antigua redacción de Charlie Hebdo en el quinto aniversario de la matanza. / periodico

Eva Cantón

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Cada 7 de enero, Christophe Verdon protagoniza el mismo ritual. Apoya su escalera en la fachada de número 10 de la calle Nicolas Appert y va colocando con calma un affiche como el de las populares placas con el nombre de las calles parisinas. ‘Place de la liberté d’expression’ se lee en la que acaba de pegar junto a la placa que recuerda los once asesinados en el atentado terrorista contra la revista Charlie Hebdo.

“Desde el 2016 hago esto todos los años para sensibilizar a la gente y mostrar que no murieron en balde, que la libertad de expresión no se ha conquistado y que hay que luchar para defenderla”, cuenta este artista callejero de 57 años que ha dibujado en el cartel un rastro de sangre, una alambrada y el hastag #siemprecharlie.

Pasaban unos minutos de las 11 de la mañana de aquel 7 de enero de 2015 cuando los yihadistas Chérif y Saïd Kouachi irrumpieron en la sede de la revista satírica kalasnikov en mano. “¡Hemos vengado al profeta Mahoma!. ¡Hemos matado a Charlie Hebdo!”, gritaron en la calle tras cometer la masacre que privó a la redacción de sus caricaturistas históricos.

Dos días más tarde los terroristas fueron abatidos en una imprenta de la región parisina mientras en un hipermercado judío de la Puerta de Vincennes Amedy Coulibaly mataba a cuatro personas durante una toma de rehenes. Un día antes, su víctima había sido una joven policía.

“Cuatro días para desafiar el tiempo y luchar contra el mal absoluto”, recuerda en Le Figaro Laurent Nuñez, director del gabinete del prefecto de policía en 2015 y hoy secretario de Estado de seguridad. Los ataques conmovieron al país y el 11 de enero una marea humana recorrió las calles de la capital, una marcha histórica de rechazo al terrorismo encabezada por el presidente François Hollande y cincuenta líderes internacionales.

El eslogan ‘Yo soy Charlie’ se convirtió en la expresión del dolor y la solidaridad. Cinco años después sigue siendo mucho más que una frase.

“El espíritu de Charlie es el de la libertad de expresión. Aunque sea provocador, ese es su ADN”, reflexiona Miguel, francés de origen valenciano de 52 años, en las inmediaciones del antiguo local de Charlie Hebdo donde este martes se ha celebrado un sobrio homenaje en presencia del ex presidente François Hollande, los titulares de Interior y Justicia, Christophe Castaner y Nicole Belloubet ,y de la alcaldesa de París Anne Hidalgo. “Creo que ese espíritu sigue vivo”, agrega Apollinaire, de 57 años, vecino del barrio.

Hoy , los supervivientes de la masacre y los nuevos miembros de la redacción trabajan en un lugar secreto y fuertemente custodiado. Su director, Riss, señala en el editorial de la edición especial de este martes que cinco años después “Charlie Hebdo sigue vivo, para desesperación de los que esperaban verle desaparecer y  de quienes siempre lo detestaron”.

La revista denuncia en su portada “nuevas censuras, nuevas dictaduras” que siguen amenazando la libertad de expresión. “Hoy hay que decir mierda a las asociaciones tiránicas, a las minorías que se miran el ombligo, a los blogueros que nos pegan como maestrillos de escuela. Mierda a los nuevos gurús del pensamiento formateado”, escribe Riss.

Oleada yihadista

Los atentados de enero del 2015 marcaron el inicio de una oleada de ataques yihadistas que golpearon Francia duramente. El más sangriento fue el 13 de  noviembre de ese mismo año cuando tres comandos coordinados dejaron un reguero de 130 víctimas en el Bataclán y las terrazas parisinas.

En opinión de Hugo Micheron, autor de ‘El yihadismo francés’, pesaron en el debate político y en el tejido social pero no fueron el punto de partida del yihadismo francés. “En realidad, sacaron a la luz la amplitud que tenía este movimiento desde hacía años”, apunta en Le Monde.

Los 14 sospechosos de haber dado apoyo logístico a los hermanos Kouachi y a Coulibaly serán juzgados en París del 4 al 10 de julio.

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