TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

PERFIL | Qasim Soleimani, de héroe a mártir de la revolución

El líder de las fuerzas Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria, era quien dirigía las operaciones de Irán en las guerras de Irak y Siria

El comandante iraní Qasim Soleimani

El comandante iraní Qasim Soleimani / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Después de hablar a los soldados para que quedase clara la estrategia que debían de seguir para tomar la ciudad, se formó un remolino de gente en torno a Qasim Soleimani. Era octubre del 2015, el sitio a Alepo empezaba y Soleimani sonreía encantado: los soldados, uno a uno o en grupo, posaban a su lado para sacarse cuantos más 'selfies' mejor, que nunca se sabe cuándo se volverá a tener cerca a un hombre así.

La expectación con el general era normal: Soleimani era considerado el hombre más poderoso en Irán por detrás del ayatolá y guía supremo, Alí Jamenei, y lideraba las fuerzas Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria que actúa fuera del territorio de Irán. En concreto, el todopoderoso general, asesinado este viernes en un ataque de EEUU en el aeropuerto de Bagdad, era quien dirigía las operaciones en la guerra siria y en Irak.

Según la inteligencia estadounidense, de hecho, era él -y no el presidente sirio, Bashar el Asad- quien diseñaba las estrategia militar del régimen. Fue él -y no Asad- quien vinculó la milicia libanesa Hizbulá a la guerra. En definitiva, fue él quien consiguió que el presidente sirio salvase el pellejo en el 2014, cuando los rebeldes sirios parecían dispuestos a tomar Damasco por la fuerza.

Viejo combatiente

Soleimani, nacido en 1957, empezó su meteórica carrera militar en la década de los 80, durante la guerra entre Irak e Irán. En 1990 consiguió ser comandante de la Guardia Revolucionaria y, en 1998, fue designado como el jefe de las fuerzas Al Quds -Jerusalén en farsi, porque la toma de esta ciudad es el objetivo principal de este cuerpo de élite-.

Desde entonces y desde las sombras, Soleimani ha estado en todo: su cuerpo ha realizado ataques en Tailandia, la India, Nigeria y Kenia, además de en Siria, Irak y Afganistán. Su acción más famosa fue en el 2011, cuando las fuerzas Al Quds intentaron -y fallaron- asesinar el embajador de Arabia Saudí en Washington. Para hacerlo, contrataron un cártel de la droga mexicano. Pero se equivocaron: el cártel con el que contactaron trabajaba para la agencia antidrogas de EEUU. Después de ese suceso, Washington declaró a las fuerzas Al Quds como un grupo terrorista.

En los últimos años, Soleimani se centró, sobre todo, en las guerras de Irak y Siria, donde creó las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), un paraguas de milicias chiís que han luchado contra el <strong>Estado Islámico</strong> en Irak y para Asad en Siria. Estos grupos, comandados por iranís pero cuyos combatientes son iraquís y afganos, son temidos por la población suní de ambos países.

"Mártir"

"Soleimani es la persona operativa ahora mismo que más poder tiene en todo Oriente Próximo -dijo, en 2013, al 'The New Yorker' un exmiembro de la CIA en Irak-. Y nunca nadie ha oído a hablar de él". Con los años, la cosa ha cambiado: el poder de Soleimani aumentó; su popularidad, por sus victorias militares sobre el terreno, también.

En Irán, en los últimos años, su perfil creció enormemente, hasta ser considerado como un héroe de guerra y un veterano implacable que, durante sus años en el conflicto contra Irak, ascendió a comandante de división con apenas 20 años. De hecho, su importancia en Teherán era tan grande que hace unos años el líder supremo iraní, Alí Jamenei, se refirió a Soleimani como un "mártir viviente de la revolución". Ahora, el comandante que lo movía todo desde la sombra, está muerto. Y su muerte crea una incertidumbre enorme.