protestas en francia

El Gobierno de Macron intenta romper el frente sindical contra la reforma de las pensiones

El primer ministro acepta negociar las reivindicaciones de las centrales reformistas pero la edad de la jubilación sigue bloqueando un acuerdo

primer ministro francés edouard philippe protestas pensiones

primer ministro francés edouard philippe protestas pensiones / periodico

Eva Cantón

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno francés ha logrado poca cosa en los dos días de encuentros mantenidos con los agentes sociales para desatascar la reforma de las pensiones que lleva quince días bloqueando los transportes del país. La salida de la crisis no está cerca a pesar de que el primer ministro, Edouard Philippe, ve “avances concretos” y ha ampliado el menú de las negociaciones que se retomarán en enero para incorporar las reivindicaciones de los sindicatos reformistas, es decir, los que como la CFDT o  UNSA apoyan el sistema universal que terminará con los 42 regímenes de jubilación actuales.

La CGT y Fuerza Obrera (FO), opuestos frontalmente al nuevo método de cálculo de las pensiones, siguen reclamando la retirada del texto y han convocado una jornada de movilización para el 9 de enero. “Lo único concreto es que el primer ministro no ha escuchado a la calle”, ha sentenciado este jueves el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, tras salir de la reunión celebrada en el Palacio de Matignon. “Le corresponde al Gobierno apretar el botón de ‘stop’” ha añadido el líder de FO, Yves Veyrier.

Las dos centrales critican igualmente la “trampa” gubernamental de posponer las discusiones cuando el calendario apremia porque el proyecto de ley de la reforma se presenta en Consejo de Ministros el 22 de enero.

Edad pivote

Menos beligerantes, la UNSA ha pedido a los trabajadores en huelga de la empresa estatal de ferrocarril (SNCF), donde es el segundo sindicato, una “pausa” a la vista de los avances, aunque sigue teniendo como línea roja la famosa edad pivote o de equilibrio, que supone retrasar la edad de jubilación a los 64 años y el Ejecutivo defiende para garantizar la sostenibilidad del sistema.

Ese mismo escollo es el que impide al Gobierno contar con el apoyo de Laurent Berger,  secretario general del sindicato mayoritario CFDT, quien no obstante saludó la “voluntad de diálogo” de Philippe. “Hemos notado una apertura, hay que reconocerlo”, ha subrayado.

Mientras, el primer ministro ha indicado ante la prensa que la edad equilibrio no es pedir a algunos trabajadores jubilarse más tarde sino “permitir a muchos hacerlo antes” porque, según sus cálculos, ahora los franceses que han cotizado 42 o 43 años para poder cobrar el cien por cien de la pensión se retiran a los 67 años. Con el nuevo sistema esta edad se rebajará “significativamente”, según Philippe.

Margen de maniobra

El Gobierno no está dispuesto en ningún caso a bajar el nivel de las pensiones ni a subir las cotizaciones, en línea con la patronal, que entiende que se aumentaría el coste de la mano de obra y se reduciría el poder adquisitivo de los trabajadores.

En definitiva, Philippe cree que hay “margen de maniobra” para evitar el carácter “ciego” del que hablan los sindicatos al referirse a la edad de equilibrio, una medida que el jefe del Ejecutivo defiende con mayor energía que el propio Macron dando pie a los análisis que sitúan al jefe del Estado y al primer ministro al borde de la ruptura.

“Podemos llegar a un acuerdo con las centrales que apoyan el sistema universal”, ha resumido el primer ministro francés ofreciendo un “programa de trabajo para las organizaciones interesadas” intentando fracturar el frente sindical contra la reforma.

TEMAS