JUICIO POLÍTICO EN EEUU

Trump sigue sumando victorias pese al 'impeachment'

El presidente de EEUU, Donald Trump, saluda al salir del 'Air Force One', en Filadelfia.

El presidente de EEUU, Donald Trump, saluda al salir del 'Air Force One', en Filadelfia. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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La semana que ahora concluye ha sido una de las más paradójicas de la alocada presidencia de Donald Trump. El republicano se convirtió el pasado viernes en el cuarto presidente en la historia de Estados Unidos acusado formalmente por el Congreso de haber cometido “altos crímenes y faltas”, el preámbulo para que sea juzgado políticamente en el Senado. Esa mancha irá perpetuamente asociada a su nombre y el neoyorquino comenzará el año técnicamente con la amenaza de ser destituido. Pero detrás del ruido del ‘impeachment’, del dramatismo del momento histórico y del bochorno de esa mitad del país que piensa que Trump ha “traicionado a la nación”, como esgrimieron los demócratas en su acusación, hay un presidente que cabalga hacia la reelección tras una semana repleta de victorias políticas

En apenas cinco días Trump se aseguró el respaldo demócrata para aprobar el remozado acuerdo comercial con México y Canadá (USMC), una de las grandes promesas de su campaña. Anunció a bombo y platillo un acuerdo con China para aliviar la guerra comercial a cambio de un régimen de protección para la propiedad intelectual estadounidense y un aumento de las importaciones chinas de productos agrícolas estadounidenses. Vio como el Congreso daba el primer paso para aumentar el gasto en Defensasubir el sueldo a los militares y crear su cacareada Fuerza Espacial, que pasará a ser la sexta rama del Ejército. Y antes de que acabe el año, también se espera que el Congreso apruebe otra ley para abaratar los medicamentos, otra de las prioridades de Trump. 

Malabarismos

La suma de elementos acaba conformando una copiosa cesta de Navidad para el electorado trumpista a menos de un año para las elecciones presidenciales. Hay regalos para todos. Salvaguardas salariales y sindicales en el USMC para los trabajadores industriales de MichiganWisconsin o Pensilvania, que abandonaron a los demócratas por Trump en el 2016 hartos de décadas de desidia gubernamental. Masivas compras de sojamaíz o trigo, en el acuerdo, con China, para los agricultores de las Grandes Llanuras, muy cercanos al republicano, a pesar de haber padecido más que nadie la guerra comercial. Un 4% de aumento salarial para los militares y un lugar en los libros de historia para la Fuerza Espacial que otros países acabarán inevitablemente emulando. 

"Esta ha sido una semana salvaje”, dijo el viernes el presidente incapaz de ocultar su satisfacción en medio de la tormenta del ‘impeachment’. Casi nada hubiera sucedido sin la cooperación de los demócratas, embarcados en una estrategia que tiene mucho de ruleta rusa. Por un lado, tratan de sentar a Trump en el banquillo; por el otro, están cooperando con él mucho más de lo que hicieron los republicanos con Barack Obama. “Somos capaces de caminar y mascar chicle al mismo tiempo”, dijo esta semana figurativamente, Nancy Pelosi, para explicar los malabarismos. Su partido quiere demostrar a los estadounidenses que no ha renunciado a proteger sus intereses y cumplir con sus promesas por más que sus diferencias con Trump sean insalvables. 

Fueron ellos los que se encargaron de introducir las protecciones laborales en el acuerdo con México y Canadá o de conseguir que EEUU se disponga a pagar por primera vez las bajas por paternidad de sus funcionarios, una de las medidas incluidas en la ley de Defensa. “Nos hemos comido su tortilla”, dijo Pelosi estos días para subrayar que las conquistas obtenidas para los trabajadores en el acuerdo comercial son producto de las enmiendas introducidas por los demócratas en la negociación con la Casa Blanca. 

Apoyo republicano sin fisuras

La pregunta es si serán capaces de vender estas conquistas como suyas o será Trump quien recoja los frutos en la campaña electoral. Al fin y al cabo, fue él quien decidió renegociar el USMC o enzarzarse en un pulso a cara de perro con China. Todo indica que el presidente vadeará el ‘impeachment’ sin problemas, ya que su partido le apoya sin fisuras y no permitirá que sea destituido.

Y entre medio los demócratas han visto en el Reino Unido como el Laborismo de “inspiración marxista” de Jeremy Corbyn se estampaba en las urnas. Dos de sus principales candidatos abanderan postulados muy similares, un escarmiento que resonará en la campaña, añadiendo más dudas a sus tribulaciones para elegir un candidato capaz de arrebatarle a Trump la Casa Blanca.