proceso de 'impeachment'

Los demócratas presentan sus cargos contra Trump: abuso de poder y obstrucción

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Ricardo Mir de Francia

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El proceso para juzgar políticamente a Donald Trump en el Congreso de Estados Unidos cumplió el martes con otro de sus grandes hitos. La mayoría demócrata en la Cámara Baja acusó formalmente al presidente de abuso de poder y obstrucción al Congreso, los dos cargos que sentarán las bases para tratar de forzar su destitución. Pero el anuncio de los llamados artículos del ‘impeachment’, derivados de las presiones de Trump a Ucrania para que investigase a su rival político Joe Biden y sus intentos para bloquear la posterior investigación parlamentaria, también puso en evidencia la extrema polarización política que impera en Washington. Los republicanos rechazaron sin matices las acusaciones mientras la Casa Blanca las definía como un "intento gratuito y patético para tratar de derrocar a la Administración".

Si algo demuestran las acusaciones formuladas es que los demócratas han optado por simplificar al máximo su caso y centrarlo en delitos de naturaleza política, lo suficientemente ambiguos para esquivar un farragoso proceso legalista. "Tenemos que ser claros: nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente", dijo el diputado Jerry Nadler al presentar los cargos en un acto tan solemne como exigía el momento histórico, rodeado del liderazgo de su partido. El Comité Judicial que preside ha redactado los artículos, plasmados en una resolución que acusa a Trump de haberse embarcado en una campaña "corrupta" para "solicitar la interferencia de Ucrania en las elecciones presidenciales del 2020".

Teoría conspiratoria

Concretamente, al exigir a sus autoridades que abrieran una investigación contra Biden y su familia, y una segunda sobre la supuesta injerencia ucraniana en los comicios del 2016, una teoría de corte conspiratorio abrazada por el presidente. La resolución añade que, para coaccionar al país eslavo, el presidente condicionó las ayudas militares y la visita de su presidente a la Casa Blanca a la apertura de las investigaciones. "En todo esto, Trump abusó de los poderes de la presidencia al ignorar o dañar la seguridad nacional para obtener un beneficio político personal impropio", asegura el texto. 

Esa es la primera de las acusaciones. La segunda tiene que ver con la actitud de la Casa Blanca durante la investigación de ‘impeachment’ abierta por el Congreso a finales de septiembre para esclarecer su conducta. Desde el primer día, Trump vetó a los altos cargos de su Administración para impedir que testificaran y tanto la Casa Blanca como los Departamento de Estado o Defensa rechazaron todos los requerimientos del Legislativo para entregar documentos y pruebas. "El presidente se embarcó en un desafío a la investigación sin precedentes, categórico e indiscriminado", dijo Nadler. 

Presunto chantaje

Los demócratas han dudado hasta el último momento sobre los cargos que debían conformar la acusación. Uno de ellos era la "obstrucción a la justicia", un cargo que hubiera incluido las documentadas maniobras de Trump para trabar la investigación de la trama rusa que durante dos años condujo el fiscal especial, Robert Mueller. Otro de los contemplados era el delito de "soborno", derivado del presunto chantaje a las autoridades ucranianas. Ninguno de ellos ha sido finalmente incluido en los artículos presentados este martes, que se amparan en la ambigua definición de "altos crímenes y faltas" que provee la Constitución para juzgar a un presidente. Los otros delitos son la "traición" y el "soborno"

El proceso se trasladará ahora al pleno de la Cámara de Representantes, que votará la semana que viene para aprobar los cargos imputados. Una vez lo haga, comenzará oficialmente el ‘impeachment’ con el juicio político a Trump en el Senado. El republicano será el tercer presidente en la historia que se enfrenta a un trance semejante. "No he hecho nada malo. Esto es una absoluta locura política", respondió Trump en Twitter.

La acusación emborronó el que iba ser un gran día para él, después de que los demócratas le dieran el visto bueno para aprobar en el Congreso el remozado tratado de libre comercio con México y Canadá. Y en una cruel ironía del destino recibió en la Casa Blanca al ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov. Y es que ha sido gran medida su afinidad hacia Rusia la que ha convertido su presidencia en un constante circo de escándalos e investigaciones.